¿Qué se puede esperar de un Ministro del Opus Dei, que condecora a vírgenes y santos, que conspira con ayuda de otros cargos públicos para destruir a sus opositores políticos, que fabrica una monstruosa Ley Mordaza, que recibe a delincuentes en su despacho, que crea un régimen de policía política, que concede a dedo las condecoraciones y honores policiales a personas que no tienen nada que ver con el cuerpo, que disculpa a los Guardias Civiles que mataron a unos migrantes cuando se acercaban a nado a las costas de Ceuta, que coloca cuchillas en las vallas fronterizas, o que practica las devoluciones en caliente? No se puede esperar otra cosa que los CIE. Unos aberrantes centros que nunca se debieron haber construido (...)
Los CIE no son centros "de acogida", ni tienen "habitaciones", como nos quiere convencer la TVE del PP. Los CIE son inhumanas cárceles donde se respira desasosiego, pobreza, miseria, indefensión, acoso, torturas, amenazas, incertidumbre. Los CIE son una típica manifestación de una degradante sociedad, de una sociedad en declive cultural y espiritual, que disfruta condenando a la marginalidad a aquéllos que vienen a crear riqueza en ella. Los CIE no pueden ser exponente de una sociedad democrática, libre y avanzada, respetuosa con los derechos humanos. Estos centros, que han sido definidos por las organizaciones de derechos humanos como los "Guantánamos" españoles, sólo son inmundos calabozos para estos migrantes "sin papeles", que según nuestro Gobierno, no poseen derechos. Los CIE acumulan un buen número de denuncias por el incumplimiento sistemático de los servicios médicos, alimentarios, de asistencia social y jurídicos. La gestión continúa siendo exclusivamente policial, y no disponen de ningún reglamento de funcionamiento interno. Se constatan continuamente la falta de prendas de abrigo, el hacinamiento de los migrantes en celdas con aspecto carcelario, las personas enfermas esparcidas por el suelo, y las notificaciones de expulsión sin notificación previa. Hasta el Tribunal Supremo ha cuestionado este sistema de retención de inmigantes, y la propia ONU ha advertido de las inhumanas condiciones de este tipo de centros, en muchos de los cuales se han descubierto redes de abusos sexuales a las migrantes, o han llegado a fallecer personas como consecuencia de la falta de atención médica. Varias sentencias judiciales avalan todo ello. Pero los CIE también se han convertido en auténticos agujeros negros donde desaparecen personas, víctimas de controles policiales de identidad basados en patrones físicos y en criterios racistas, que son detenidas en plena calle sin motivo justificado, vulnerando los más básicos principios y garantías constitucionales. La guinda del pastel la ponen un conjunto de perversas empresas que organizan vuelos de deportación masiva de forma sistemática, mediante acuerdos previos con el gobierno, que se embolsan muy buenas cantidades por ello. Pero claro, todo eso no nos lo contarán nunca en la TVE del PP"
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