Michael Hudson:
"La mayoría de los bancos - con el Deutsche Bank en la cumbre del
espectro aquí - han decidido que no pueden continuar haciendo préstamos
dinerarios, así que van al segundo plan de negocio: prestan dinero a los
capitalistas de casino. Es decir, a gente que quiere jugar con
derivados.
Un derivado es una apuesta sobre si una acción o un
bono o un activo inmobiliario va a subir o a bajar. Hay un ganador y un
perdedor. Es como una apuesta hípica. Ocurre que el mayor banco que ha
prestado para este juego - no para la producción real, no para la
inversión, únicamente para especular- ha sido el Deutsche Bank. Los
prestatarios tomaron prestado del Deutsche Bank para jugar.
¿Cuál
es la mejor apuesta del mundo en este momento? Es apostar a que las
acciones del Deutsche Bank van a bajar. Los vendedores al descubierto
han tomado prestado de sus bancos para apostar a que las acciones del
Deutsche Bank van a bajar. Ahora se retuercen las manos diciendo: "¡Oh!
los especuladores nos están matando". Pero es el Deutsche Bank y los
demás bancos quienes están proporcionando el dinero a los especuladores
para apostar con crédito (...)
Ese es
el precio que la zona euro piensa que vale la pena pagar. Es el precio
que pensó que valía la pena que Grecia pagara. Para salvar a los bancos,
toda la zona euro debería volverse como Grecia.
Hay que hacer que
los gobiernos vendan la totalidad de sus propiedades públicas; vendan
sus ferrocarriles, vendan su territorio público. En esencia hay que
introducir el neo-feudalismo. Hay que retrasar el reloj de la historia
miles de años atrás y reducir la población europea a la esclavitud de la
deuda. Es una solución tan fácil como la que la Eurozona ha impuesto a
Grecia. Y los líderes y los bancos urgen a los economistas responsables a
que promuevan esta solución para la población en general.
BROWN:
Hablemos de la otra pequeña parte de información dada a conocer por el
FMI sobre la deuda. La deuda global ha llegado actualmente a cerca de
ciento cincuenta y dos billones de dólares. Esto incluye la deuda
pública, la deuda familiar, la deuda de las empresas no financieras.
¿Qué significa todo esto para la deuda del sistema financiero global y
para la gente común, Michael?
HUDSON: Significa que la única
manera en que la gente puede pagar la deuda es reduciendo drásticamente
su nivel de vida. Esto significa que acepten convertir sus planes de
pensiones de prestación definida (usted sabe lo que va a recibir) en
"planes de aportación definida", en los que Ud. pone el dinero, pero no
se sabe lo que tendrá al final.
Para salvar a los bancos de las
pérdidas que acabarían con su valor neto hay que deshacerse de la
Seguridad Social. Esto significa en esencia que hay que abolir el
gobierno y dar su gestión al sistema bancario para que lo ejerza, con la
idea de que el papel de los gobiernos es extraer ingresos de la
economía para pagar a los tenedores de bonos y a los bancos.
Cuando
se dice “pagar a los bancos” lo que realmente se quiere decir es pagar a
los tenedores de acciones bancarias. Estos son, básicamente, el Uno por
Ciento. Lo que se ve directamente en el informe del FMI, en este
crecimiento de la deuda, es que el Uno por Ciento de la población posee
unas tres cuartas partes de toda esta deuda. Esto significa que hay que
elegir: o bien salvas la economía, o bien salvas al Uno por Ciento de la
pérdida de un solo centavo.
Todos los gobiernos, desde la
administración de Obama hasta Angela Merkel, la zona euro y el FMI se
comprometieron a salvar a los bancos, no a la economía. Ningún precio es
demasiado alto para intentar que el sistema financiero continúe
funcionando algo más de tiempo. Pero finalmente no se puede salvarlo
debido a que es una cuestión de matemáticas. Las deudas crecen y crecen.
Y cuanto más crecen más se contrae la economía. Al reducir la economía,
se reduce la capacidad de pagar las deudas, por lo que es una ilusión
creer que el sistema puede ser salvado. La cuestión es ¿durante cuánto
tiempo la gente va a estar dispuesta a vivir en esta ilusión? (...)
Todavía estamos en el colapso que comenzó
después de 2008. No hay un nuevo colapso, no ha habido una
recuperación. Los salarios del noventa y nueve por ciento han disminuido
de manera constante desde el año 2008. Han disminuido especialmente
para el veinticinco por ciento inferior de la población. Esto significa
que han bajado especialmente para los negros y los hispanos y demás
trabajadores de cuello azul. Su valor neto de hecho ha pasado a ser
negativo y no tienen suficiente dinero para salir adelante.
De
hecho, una de las grandes empresas de consultoría acaba de hacer un
estudio de la “generación del milenio”. Ernst and Young hizo un estudio y
resultó que el setenta y ocho por ciento de estos jóvenes están
preocupados por no tener suficientes oportunidades de encontrar un
trabajo bien pagado para poder devolver los préstamos estudiantiles. Un
setenta y cuatro por ciento no puede pagar los servicios sanitarios si
enferman. Un setenta y nueve por ciento no tiene suficiente dinero para
vivir cuando se retiren. Así que, tenemos ya a toda una generación, no
sólo aquí sino también en Europa, que no consigue obtener empleos bien
remunerados. La única manera de que puedan vivir tal como se les
prometió es tener padres lo suficientemente ricos para procurarles un
fondo fiduciario"
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