“En los países democráticos no se percibe la naturaleza violenta de la economía, mientras que en los países autoritarios lo que no se percibe es la naturaleza económica de la violencia”
Bertolt Brecht

"Hay que aprender de los errores del siglo XX y superarlos. El capitalismo no lo ha hecho. Los socialistas deben hacerlo"
Tariq Ali

"La cuestión no es mercado sí o mercado no, es qué espacio tenemos que concederle al mercado para que tenga efectos positivos y qué espacio tenemos que quitarle para que no tenga efectos negativos"
César Rendueles ("Capitalismo canalla" antídoto para "Los enemigos del comercio" de A. Escohotado)

"Los poderosos siempre han perseguido a los alfabetizadores, a los que paraban las balas con columnas de periódico, a los que hacían escudos con libros cargados de metáforas y razones. También a los que han hecho visibles a los invisibles, a los que enseñan a decir no con una sonrisa y también a los que enseñan desde el monte a recordar que no hay que vivir de rodillas"
J.C. Monedero

Qué son los PsyOps: "Los daños que causan las PsyOps [Operaciones Psicológicas] se reflejan en la aparición de cambios en el plano cognitivo y mental (...) Toda operación militar, y por tanto toda operación psicológica, tiene que contar con una cadena de mando. El análisis detallado de los mensajes a través de Twitter y Facebook ha permitido descubrir «nodos de red», o sea estados mayores implicados en la operación. Estos están entrenados en el uso de métodos de control de las multitudes para crear una situación de contagio entre individuos de diferentes medios y orígenes. De esa manera, los estados mayores logran localizar fácilmente los «repetidores de opinión», o sea los individuos que influyen sobre los demás. Los especialistas pueden entonces optar entre informarlos sobre el proyecto o mantenerlos en la ignorancia de lo que está sucediendo"
Valentin Vasilescu (experto en inteligencia militar)

"Gozamos de tres bienes de valor incalculable. La libertad de conciencia, la libertad de palabra y la prudencia de no usar nunca ninguna de las dos". Mark Twain.


domingo, 30 de septiembre de 2018

Cloaca España

 
"Jueces y fiscales allí sentados escuchan con naturalidad cómo Delgado acusa a sus homínimos de irse de putas con menores, y uno de sus colaboradores más eximios narra la creación de un servicio de inteligencia “vaginal”. Se ríen con alegría en lugar de taparse la nariz. Apuntalan con chascarrillos la narración de su honorable comisario: “¿Sabes lo que hice para llevarme al huerto a todo el mundo? Montar una agencia de modelos. ¡Qué gilipollez! (…) Pero gente dura, correosa, en los consejos de administración, le ponías una ‘chorbita’, se la tiraba y a ese tío que iba a tomar (…) y muerto. Pero la gente es más simple… No he visto gente más tonta. Además, es lo importante, contaban las cosas para que las chicas se sintieran cautivadas. Y claro (….) de verdad, de verdad, fíjate qué cosa tan tonta: era la información vaginal que yo decía. Era una cosa absurda”.
Lo cual que a nuestros jueces y fiscales les resulta normal que un miembro de la policía española monte una casa de putas de lujo para sonsacar información económica y política a diputados y empresarios del Ibex-35: “No he visto gente más tonta”, que diría el comisario. A la ahora ministra de Justicia, Dolores Delgado, entonces fiscal de la Audiencia Nacional, le parece un modo de informarse de lo más efectivo: “Éxito garantizado”, aclama el plan. El adalid de la justicia universal, Baltasar Garzón, ríe desde el fondo del audio las gracias del policía putero. Qué le importan a nadie las modelos prostituidas. Las chicas Bond de este arrabal. Qué le importa a jueces y fiscales el relato de un delito de chantaje manifiesto. Lo cuenta tan gracioso el comisario"

https://blogs.publico.es/repartidor/2018/09/29/las-cloacas-son-el-estado/
 
 

"La Comisión de Gastos Reservados es el único organismo de control de los secretos oficiales que existe en el Congreso de los Diputados. La conforman, por un acuerdo no escrito, las portavocías de los grupos parlamentarios y se reúnen a petición de la presidenta del Congreso. Sus deliberaciones son secretas y quienes divulguen la información vertida en ellas se arriesgan a consecuencias penales, no meramente de régimen disciplinario.
En los últimos tiempos se han producido cuatro comparecencias: dos del director del CNI —Félix Sanz Roldán—, una de la anterior vicepresidenta del Gobierno y una cuarta del anterior ministro de Exteriores. Han tratado temas diversos: las relaciones por parte del CNI con Abdelbaki Es Satty, “imán de Ripoll” responsable, según las investigaciones, de los atentados de 2017 en Barcelona y Sitges; la supuesta injerencia extranjera en la crisis con el Gobierno de Catalunya; y el propio uso de los fondos reservados.
Corinna zu Sayn-Wittgenstein fue la protagonista ausente de la última reunión de la comisión hasta el día de hoy. Se celebró a principios del verano. Sobre la mesa, las informaciones sobre el papel del rey emérito, Juan Carlos I, como intermediario en la venta de armas, a través de Sayn-Wittgenstein. La ex del rey fue “pillada” en una conversación con José Manuel Villarejo. En aquella ocasión, Sanz Roldán defendió que las grabaciones fueron “guionizadas” y que parten del despecho de Sayn-Wittgenstein.
Pese al secreto debido, la versión del CNI de lo que sucedió en esa comisión se divulgó a las pocas horas. Sobre esa versión se ha edificado, en las semanas posteriores, el rechazo de PSOE, PP y Ciudadanos a la creación de una comisión de investigación sobre el rey Juan Carlos. Caso cerrado. Como la responsabilidad política de los GAL, los beneficiarios de las amnistías fiscales de la historia reciente o las contraprestaciones recibidas por los corruptores de los papeles de Bárcenas. Casos cerrados por los límites que se ha impuesto el Estado y los que el poder judicial se ha autoimpuesto o ha decidido no explorar.
Democracia blindada
En 1968, la cúpula franquista tomó dos decisiones cruciales. La primera fue la creación de la aún vigente Ley de Secretos Oficiales, uno de los “vértices fundamentales del modelo español de impunidad”, en palabras del historiador Sergio Gálvez Biesca. Un blindaje que afecta a los crímenes del franquismo, pero que fue asumido y reforzado por la legislación posterior para preservar a los gobiernos del escrutinio por parte de opinión pública, historiografía y periodismo. “Cada retoque de la ley —explica Gálvez— ha supuesto una pequeña ampliación restrictiva en torno a un cada vez mayor número de diferentes materias potencialmente objeto de ser declaradas clasificadas o reservadas”.
Cuentan que fue el ministro de Educación quien preocupó a Franco con noticias de la insurrección que se fraguaba en las universidades. Luis Carrero Blanco y José Ignacio San Martín crearon la Organización Contrasubversiva Nacional, germen, junto con el servicio del Alto Estado Mayor del Ejército, de los posteriores Seced y Cesid —el actual CNI—. De las tácticas de contrasubversión se evolucionó hasta el actual concepto de inteligencia y análisis.
De la estructura militar y el espionaje tutelado por el Mosad israelí, se pasó a la actual estructura policial y la coordinación —conflictiva— con los equipos operativos de Policía y Guardia Civil.
Cincuenta años después, servicios de inteligencia y secretos de Estado funcionan con relojes distintos pero bajo el mismo huso horario. La razón de Estado sigue regulando los silencios, marcando la agenda política, convirtiendo la investigación periodística en una guerra de dossieres, empozoñando —las más de las veces— los debates sobre transparencia y participación democrática.
Una razón de Estado escurridiza para quienes son ajenos a ella y potencialmente incendiaria para quienes intentan cabalgarla. Definida por intereses económicos y empresariales, por la pretensión hegemónica de la Iglesia católica, por la fe ciega en la unidad territorial y los rescoldos del imperialismo pasado, el africanismo y la relación con América Latina.
Sobre esa entraña, y sobre cloacas, secretos, mentiras y dossieres, se edifica la actual democracia española. Cincuenta años después de los dos movimientos tácticos del franquismo, cuarenta después de la aprobación de la Constitución"
 
 

jueves, 27 de septiembre de 2018

Pinceladas de destrucción creativa II


Se vende Madrid más todavía, no solo en los grandes pelotazos urbanísticos: pero eso sí, con el carisma de Carmena. Cuyo mayor logro, revertir la deuda y crear superávit, lo premió cesando a Sánchez Mato, su artífice:
 
"No cuesta mucho entender qué papel jugarán los datos que posee Google a la hora de llevar la liberalización del mercado inmobiliario a nuevos límites. Por eso, aunque el Ahora Madrid quiera revertir la venta de viviendas de protección pública a Fidere, esta medida debería ir acompañada de evitar que la plataforma predeterminada para ofrecer todo tipo de servicios, tanto municipales como empresariales, sea Alphabet (…) Corremos el riesgo de que alguien crea que verdaderamente tratan de colocar “la tecnología al servicio de la humanidad”, en lugar de proveer los servicios municipales o autonómicos a cambio de dinero (...)
 Aquello que escribieran Adorno y Horkheimer en su Dialéctica de la ilustración (Akal), sobre la administración total de la vida practicada por los de arriba no parece estar tan lejos: “El individuo queda determinado sólo como cosa, como elemento estadístico, como success or failure [éxito o fracaso]”. Esta dócil sumisión derivará de la convergencia entre la vigilancia con fines comerciales, las plataformas de internet de las cosas y los sistemas de computación en la nube, capaces de recopilar, procesar y realizar análisis para administrar de manera más eficientes los servicios urbanos (…)
En suma, vemos que las compañías tecnológicas se convierten en quienes impulsan las grandes transformaciones socioeconómicas detrás las Smart Cities. Tal vez, a eso se referiría Eloy Cuéllar cuando apeló a la “destrucción creativa” de Joseph Schumpeter durante su intervención en la feria.
Ciertamente, esta solución infraestructural o “ajuste espacial” a la crisis de acumulación, como la teorizaría en torno a la geografía David Harvey, es lo que explica la conquista de las empresas privadas sobre ambos espacios, físico y digital, gracias al control total sobre la infraestructura tecnológica, y por ende su capacidad para predecir buena parte del comportamiento de la vida urbana de los ciudadanos (…) Si además comprendemos que CityNext también incluye productos que van más allá de los problemas de una ciudad, como la “administración de prisioneros y delincuentes”, o que ofrece sus “servicios de Gobierno” presumiendo de su alianza con el Departamento de Defensa estadounidense, no cuesta mucho comprender cuáles son los grandes peligros de este consenso positivista en torno a la vigilancia predictiva: profundizar en la discriminación social existente "
 
https://www.elsaltodiario.com/ciudad-marca/radiografia-madrid-futuro-smart-city-ciudad-privada
 
 


Chris Hedges
 
"Durante la crisis financiera de 2008, los bancos centrales del mundo, incluida la Reserva Federal, inyectaron billones de dólares fabricados ex-profeso para que circulasen por el sistema financiero global. Hoy, este descomunal suministro de dinero ha creado una deuda mundial de 325 billones de dólares, más de tres veces el PIB mundial. El dinero fabricado fue a parar a bancos y empresas, que lo prestaron a depredadores tipos de interés, y lo emplearon para seguir generando intereses sobre deudas impagables, o para recomprar acciones, lo que en la práctica supuso una compensación millonaria para las élites. Esta creación de dinero no fue invertida en la economía real. Los productos no llegaron a fabricarse ni venderse. Los trabajadores no fueron reinsertados en la clase media con ingresos sostenibles, protección social o pensiones. Los proyectos en infraestructuras no se llevaron a cabo. El dinero fabricado infló la escandalosa burbuja financiera construida sobre deuda y ocultó un sistema financiero enfermo destinado al colapso.
¿Qué desencadenará el próximo crash? ¿Los 13,2 billones de deuda que los hogares de Estados Unidos acumulan? ¿Los 1,5 billones de deuda en préstamos universitarios insostenibles? ¿Los miles de millones que Wall Street ha invertido en la industria del fracking para perder, más allá de lo que ha logrado generar, 280 mil millones de dólares? Quién sabe. Lo cierto es que el crash financiero que proviene de aquel que ya tuvo lugar en 2008 es inevitable. Y esta vez, con tipos de interés próximos a cero, las élites no tienen un plan de escape. La estructura financiera se desintegrará. La economía mundial se adentrará en una espiral de muerte. La rabia de una población traicionada y empobrecida empoderará, me temo, a la derecha más demagoga, que prometerá venganza contra las élites mundiales, la renovación moral o aquella aspiración mítica de una edad de oro en la que inmigrantes, mujeres y personas de color tengan su sitio.
La crisis financiera de 2008, tal y como Nomi Prins señaló, “convirtió a los bancos centrales en una nueva clase de súper brokers”. Saquearon el tesoro nacional y amasaron billones para terminar siendo económica y políticamente omnipotentes. En su libro: ‘Complot: cómo los bancos centrales manipularon el mundo’, nos cuenta que los principales bancos centrales e instituciones financieras manipularon fraudulentamente los mercados y emplearon el dinero fabricado, o como ella dice, ‘el dinero falso’, para inflar en el corto plazo los beneficios de los activos vinculados a la burbuja, al mismo tiempo que todo aquello nos conducía a un peligrosísimo precipicio financiero (...) “La Fed causó un daño terrible comportándose así porque posibilitó la crisis financiera. Se convirtió en un desregulador, en lugar de en un regulador. Al inicio de la crisis financiera, la solución que podía corregir y salvar a la economía de la Gran Recesión -o como quiera que se le llamara por aquel entonces-, fue fabricar billones y billones de dólares en una especie de éter electrónico”.
La Reserva Federal concedió unos 29 billones de dólares de esta clase de dinero fabricado a los bancos americanos, de acuerdo a los investigadores de la Universidad de Missouri. ¡29 billones de dólares! Se podrían haber garantizado matrículas gratis a cada estudiante, la sanidad universal, rehabilitado infraestructuras, realizar la transición a las energías limpias, amortizado la deuda estudiantil, aumentado los salarios, rescatados a los hogares endeudados, haber creado bancos públicos para que invirtieran a bajos tipos de interés en las comunidades, haber provisto de un ingreso mínimo garantizado a todo el mundo y promovido programas de empleo masivo para los desempleados. 16 millones de niños no se hubieran ido a la cama hambrientos (...)
La Fed redujo los intereses a prácticamente cero. En Europa incluso se llegaron a tipos negativos, lo que venía a significar que pagaban por conceder dinero. La Fed, en una buena jugada de contabilidad, incluso permitió a los bancos colapsados usar los préstamos sin intereses para que compraran bonos públicos. Luego se los devolvían a la Fed y recibían un 15% de intereses (...) 
“Han fabricado dinero a lo bestia. Los han usado para hinchar los activos. Incluso las acciones. No se sabe de dónde ha venido. Como el dinero es barato, hay más préstamos ofrecidos por empresas. Hay más dinero tomado prestado por la administración. ¿Y luego dónde vas a recuperarlo? Al estado, a la economía social. Extraes dinero de los programas sociales. Impones la austeridad.
Dado el impactante nivel de dinero fabricado que tiene que ser repuesto, los bancos necesitan construir cada vez más extraordinarios nichos de deuda. Esta es la razón por la que cuando te retrasas en pagar la liquidación de la tarjeta de crédito, los tipos de interés saltan hasta el 28%. Esta es la razón por la que si caes en bancarrota, todavía tienes que responder por tu préstamo de estudiante. Esta es la razón por la que los salarios están estancados o han bajado, mientras los costes, ya sean del sistema sanitario y los productos farmacéuticos, o de las comisiones bancarias y de los alimentos básicos, están por las nubes. El inexorable aumento de la deuda crece y crece para alimentar a la bestia hasta que este sistema depredador falla por la aparición de impagos masivos. El día en que las optimistas proyecciones de beneficios provenientes del fracking dejen de ser la excusa para continuar inundando de dinero las endeudadas empresas del sector ya está llegando.
Las sesenta compañías más grandes del sector no están consiguiendo generar la suficiente liquidez como para cubrir sus costes operativos. Según escribe Bethany McLean, “en total, de 2012 a 2017, han acumulado un cash flow negativo de 9.000 millones de dólares por trimestre”.
El sistema financiero global es una bomba de relojería. La cuestión no es si explotará, sino cuándo explotará. Y una vez que lo haga, la incapacidad de los especuladores globales para emplear la fabricación de dinero a tipo de interés cero y encubrir la debacle desembocará en el desempleo, el aumento de los precios de las importaciones y los servicios básicos y en una devaluación en la que el dólar acabará tan depreciado que acabará desterrado como divisa mundial de reserva. La fabricación de este tsunami financiero transformará Estados Unidos, hoy en día ya una democracia fallida, en un estado totalitario. La vida se convertirá en algo de muy poco valor, especialmente para los vulnerables -trabajadores sin papeles, musulmanes, gente de color pobre, mujeres y niñas, anticapitalistas y críticos acusados de ser agentes de fuerzas extranjeras- que serán demonizados y culpabilizados del colapso. Las élites, en un intento desesperado por salvaguardar su riqueza, arrasarán con lo que quede"
 
 

domingo, 23 de septiembre de 2018

La madre del cordeuro


Esto es lo que trataban de decir Monereo, Anguita e Illueca en el artículo reciente que tanta polémica ha suscitado en la izquierda. Desde mi punto de vista, Fazi lo expresa mejor desactivando malentendidos desde el comienzo:
 
 Thomas Fazi:

"Recuperar la soberanía popular es la única manera de reactivar las políticas de izquierdas. Hemos pasado los últimos diez años debatiendo asuntos estúpidos: reducir el déficit, fijar ratios de deuda al PIB más generosos…Nada de esto tiene significado, son solo números en un ordenador, creados y destruidos a voluntad por bancos centrales y la banca privada. El dinero se crea en un ordenador, justo igual que tú estas redactando esta entrevista ahora mismo. Y pensar que en mitad de crisis múltiples: ecológica, humanitaria, nuevas guerras… nos pasamos el 90% del tiempo hablando de déficit, ¡ésta es la absurdidad del sistema!
La idea de que abandonar el sistema dañará la solidaridad europea es absurda: es este sistema el que precisamente está creando conflictos entre países. No hemos visto este nivel de desconfianza desde el final de la Segunda Guerra Mundial. Eso impide cooperar en cualquier tema, como los refugiados.
Permitir a los países recuperar su soberanía monetaria y mejorar las condiciones de sus ciudadanos sería un elemento esencial para una verdadera cooperación europea (…)
 Alemania ha estado explotando este sistema a su favor, pero es la arquitectura la que está equivocada. La mayoría del poder alemán se cancelaría mañana fuera del euro. Es su papel dentro del BCE el que les otorga el control. Incluso su gran superávit comercial se reduciría, su moneda se apreciaría…
En resumen, no puedes solucionar una crisis creada por el euro dentro del euro. A no ser que Alemania acepte limitar su superávit, que es casi imposible. Tenemos que salir del modelo económico que bloquea nuestro pensamiento más allá del mantenimiento del euro y sus principios (...)
Tenemos que abandonar la idea de TINA (acrónimo de There Is No Alternative: no hay alternativa, en inglés). Tenemos que reconocer que hay alternativas al nivel doméstico. Por supuesto, si un país no tiene su propia moneda, necesitas recuperarla. En el caso de Europa, el espacio para la maniobra política es más amplio de lo que muchos izquierdistas piensan.
¿Cuál es tu visión del populismo de derechas, que también esta “reclamando el Estado”? ¿Es demasiado tarde para frenar su ascenso?
¡Nunca es demasiado tarde! Todavía creemos que las cosas se pueden cambiar, por eso escribimos lo que escribimos.
¿Por qué ha tenido más éxito la derecha? Primero de todo, no han tenido miedo de criticar a Europa, incluso sobre cuestiones legítimas.
Salvini tiene argumentos increíblemente racistas, pero cuando dice que la imposición de Bruselas de un límite de déficit del 3% es un problema, suena lógico. También Le Pen combinó su discurso xenófobo con lecturas muy razonables del sistema euro. Han atacado a la UE frontalmente en estas cuestiones fundamentales.
Los partidos de la extrema derecha han hecho campaña contra el euro durante años. Mientras que la mayoría de partidos de izquierda todavía se abstienen de criticar seriamente la eurozona, mucho menos hablar de salirse del euro.
La segunda razón es que no están asustados de ser radicales. Como escribió Perry Anderson en la New Left Review, la derecha, incluida la extrema derecha, están formando un consenso porque no les da miedo parecer radicales, proponer soluciones anti-establishment. Aunque xenófobas, proponen medidas radicales: cerrar las fronteras, abandonar la UE…
La izquierda debe ser igual de radical que la derecha si quiere empezar a arrancar el consenso lejos de la derecha. “Tenemos que reformar el Parlamento Europeo”. “Hagamos a la Comisión más transparente”. No se puede ganar el consenso social con esto.
Finalmente, la derecha no tiene miedo de invocar las identidades nacionales (...) Por todas partes vemos que la tesis del “final de la historia“ de los años 90 es falsa. “Oh, la identidad es artificial, hablar de ella es ceder al discurso conservador…” Todo esto se está mostrando como un error.
Es exactamente lo contrario. Las élites cosmopolitas desnacionalizan la identidad con su intento forzado de crear una identidad europea. Y pensaron que sería suficiente para librarse de la identidad nacional (...)
La alianza al Estado-nación se puede declinar de forma progresista. Incluso por los liberales. Gente como Roosevelt en EEUU y Beveridge en Reino Unido aprobaron las reformas del New Deal y crearon el estado del bienestar moderno con gestos a la nación: esto es lo que somos, avanzamos juntos como sociedad. Entonces, la izquierda comprendía la necesidad de articular el discurso nacional con el discurso de clase. Hoy, visiones progresistas de una comunidad nacional son necesarias.
¿Sientes que el éxito relativo de Corbyn en Reino Unido después del referéndum a favor del Brexit confirma el argumento de vuestro libro?
La cuestión del Brexit no es ni siquiera sobre los efectos concretos del voto, abandonar la UE. Lo que podría hacer a largo plazo es ampliar el horizonte de posibilidades. Uno de los problemas es que, siempre y cuando permanezcas dentro de este sistema, estás obligado a funcionar dentro de fronteras muy estrechas.
Una vez abres esta ventana, las posibilidades aumentan. La gente puede sentirse emocionalmente conectada con la alternativa. Si el Brexit termina sucediendo, en sí mismo demolería el argumento de TINA. Porque la idea de que no había alternativa se empleó por los que estaban a favor de permanecer en la UE durante el referéndum.
Todas las predicciones de desastre han sido desmontadas. Si hubiese ganado el sí a permanecer en la UE, Cameron todavía ocuparía el poder y los conservadores serían más fuertes que nunca. El Partido Laborista habría destruido a Corbyn por no apoyar la permanencia en la UE lo suficiente. En lugar de esto, estamos en una situación donde los conservadores están en un completo caos, y Corbyn no para de subir en las encuestas.
Esto apoya el argumento del libro. En el caso del Reino Unido, su pertenencia a la UE impondría límites a un programa socialista radical. Muchos aspectos del programa de Corbyn serían difíciles o imposibles de implementar con reglas europeas: por ejemplo, renacionalizaciones (...)
El éxito de Corbyn es el resultado de la repolitización de la sociedad y las masas. Necesitas tener una ventana de posibilidades para hacerlo.
Por todo ello, tenemos que ocuparnos del asunto de abandonar el euro, que amplificaría el debate y el tipo de transformaciones que son posibles. Si no hacemos esto, acabaremos atrapados en esta prisión con el “no hay alternativa”."

https://www.elsaltodiario.com/pensamiento/thomas-fazi-la-idea-de-que-los-gobiernos-no-tienen-alternativa-es-una-patrana
 

miércoles, 19 de septiembre de 2018

Misiles inteligentes

 
Es obvio que si el estado está invirtiendo dinero en una industria que genera pérdidas para hacerle la ola a Arabia Saudí, puede invertirlo en reconvertir esa industria hacia las energías limpias conservando, incluso aumentando puestos de trabajo, en la actividad más rentable del futuro. Solo con 730 millones de pérdidas en diez años podría perfectamente pagar a todos esos trabajadores gaditanos mientras reconvierte con tranquilidad empresas y astilleros para cosas verdaderamente útiles para la Humanidad. La respuesta de Margarita Robles a los diputados del PP que la despreciaban afirmando que los misiles son más inteligentes que ella, hubiera sido concederles que la inteligencia de ellos, en cambio, es exactamente la misma que la de esos misiles. Otra cosa es que el aparato del PSOE vaya a importunar alguna vez a la terrorífica industria de las armas española.

Pascual Serrano:
 
"Amnistía Internacional ha documentado más de 36 bombardeos que “podrían constituir” violaciones y crímenes en virtud del derecho internacional. Las bodas, funerales, los mercados y los centros médicos son algunos de los objetivos de los bombardeos de la coalición liderada por Arabia Saudí en Yemen. El 23 de abril la aviación saudí bombardeó la celebración de una boda en la provincia yemení de Haya, 33 personas fallecieron y 41 resultaron heridas a causa del ataque, cuyo objetivo fueron las tiendas de invitados. Una imagen difundida por medios locales permitió identificar el origen de la munición utilizada en el ataque. Se trataba de los restos de una bomba guiada por láser GBU-12 Paveway II, fabricada por la empresa norteamericana Raytheon. Estos son ejemplos de la “utilidad” y “eficacia” de las bombas que venderemos a Arabia Saudí (...)
Por supuesto que los trabajadores de Navantia y sus familias tienen derecho a sobrevivir. Pero visto la anterior, toca reflexionar si es ético sostener esa manutención en la muerte de miles de civiles por el ejército de una monarquía absolutista. Sentencias del tipo de “si no las vendemos nosotros se las venderán otros” o “mi responsabilidad es mirar por el interés de mis vecinos como alcalde”, como han dicho los sindicatos y el alcalde de Cádiz, son razonamientos inmorales e incluso xenófobos. Recuerda ese argumento de la ultraderecha de que los que importan son los españoles y no los seres humanos. ¿A Kichi le importan los gaditanos (mejor dicho, su puesto de trabajo) y no los seres humanos no gaditanos? ¿De verdad el sindicalismo español no sabe ni de internacionalismo, ni de derechos humanos, ni de solidaridad hasta el punto de interesarse solo por los empleos de su empresa? Hubo un tiempo en que trabajadores de Europa se negaban a trabajar en las industrias que vendían armamento al bando golpista de Franco. Es evidente que todos los que defendemos el fin de la venta de armas a Arabia Saudí o cualquier otra dictadura debemos pensar en una alternativa para esos trabajadores, como desde el ecologismo la planteábamos para los mineros del carbón u otras reconversiones industriales que hubo en España (...)
La humanidad ha mejorado cuando los principios éticos y los derechos humanos se han puesto por delante de cuestiones particulares como el empleo de algunos, es el caso de la prohibición de las bombas de racimo o las minas antipersona, o el embargo a la Sudáfrica del apartheid. Es indiscutible que, en todos esos casos, se perdieron muchos puestos de trabajo, pero se entendió que había un motivo mayor.
Del mismo modo, países como Alemania, Bélgica, Holanda o Noruega ya no autorizan ni exportan armas que se puedan utilizar en el conflicto de Yemen, siguiendo directrices de la ONU y el Parlamento Europeo.
Lo preocupante es que España vive un boom en la venta de armas al mundo como nunca antes en su historia. Los millones de euros facturados entre el 2015 y 2017 han convertido a España en uno de los mayores proveedores mundiales de armas a Arabia Saudí. En estos años, ha ocupado el cuarto puesto en la lista de los principales exportadores de armas a la monarquía del Golfo, y ha conseguido posicionarse como el séptimo país del planeta que más comercializa armamentos y material bélico. Quizás lo que está haciendo la industria militar española es aprovecharse de que otros países sí tienen escrúpulos para apropiarnos de ese mercado.
Existe otro detalle todavía mucho más preocupante, como señala Pere Ortega, del Centre Delàs d’Estudis per la Pau, Navantia, empresa pública propiedad del Estado, es una empresa donde su cuenta de resultados siempre ha sido negativa. En 2016 se perdieron 230 millones, y en los últimos diez años 730 millones de euros. Y si pierde dinero es porque los costes de producción de sus buques son superiores al valor de su venta. Por tanto, las cinco corbetas que se venderán a Arabia Saudí por 1.800 millones para cubrir sus costes de producción deberían tener un valor más elevado. Las pérdidas se subsanan con recursos del Estado, es decir, ni Navantia ni los españoles ganamos dinero vendiendo esas armas a los saudíes, al contrario, se las vendemos por debajo de su coste, estamos subvencionando las armas con las que Arabia Saudí masacra en Yemen o impiden la llegada de alimentos y ayuda humanitaria a una población donde se calcula que siete millones de personas están al borde de la inanición. Este es otro argumento para ir trabajando en una alternativa a los trabajadores de Navantia. Como señala Ortega, los sindicatos de Navantia, el ayuntamiento de Cádiz, el Gobierno de Andalucía y el Gobierno del Estado no se han puesto a investigar y diseñar un plan de conversión de esa naviera. No se ha buscado la complicidad de colegios profesionales de ingenieros, de asociaciones profesionales y de empresarios para llevar un plan de revitalización de la zona. Y seguro que es posible una reindustrialización y puesta en marcha de nuevos servicios en toda la bahía de Cádiz para limitar el impacto negativo de una conversión industrial de Navantia (…)
Es curioso cómo, desde el poder, se apoyan unas causas de defensa de puestos de trabajo y no otras. Paradójicamente la mayoría no sabe que España está perdiendo dinero y puestos de trabajo por apoyar las sanciones a Rusia e Irán propuestas por Estados Unidos, puesto que se está bloqueando importantes ventas a esos países, sobre todo de productos agrícolas, sin que ni medios ni gobernantes hayan protestado o al menos reconocido. Países que, por cierto que no están bombardeando a nadie.
La sociedad española en general debe hacer suyo el problema de los puestos de trabajo de Navantia, pero también los trabajadores y sus familias deben hacer suyo el drama de la muerte de miles de personas por las armas que ellos fabrican. Esa es la solidaridad que nos hace humanos"

http://rebelion.org/noticia.php?id=246675

 

lunes, 17 de septiembre de 2018

Obsolescencia

 
En la animación de Steve Cutts la maquinaria destruye ecosistemas mientras extrae los minerales entre un ruido ensordecedor, grúas, camiones, contenedores llenos que parten en mil barcos. Aparece la mano de obra esclava montando los móviles, olvida mencionar genocidios como el del Congo.
Suena cristalino el eco mágico del Cascanueces de Tchaikovsky.
El producto final brilla en un podio publicitario irresistible, llegamos a leer la palabra inglesa obsolescence en los neones.
El personaje se pavonea por la calle con el último modelo, pero en lo que tarda en llegar a casa la cartelería ya anuncia dos, tres, cuatro nuevas versiones del mismo: la obsolescencia programada le hunde el fugaz ánimo de la plenitud de diseño. Para cuando abre la puerta vuelve a desinflarse en vacío.
Luego una pesadilla en la televisión de su salón que termina por presentar miles de versiones más, más la pesadilla propia en el sillón bajo acordes triunfales de Beethoven, entre montañas de chatarrería global acumulada en medio de una negrura posnuclear, de la que despierta precisamente con la vibración del aparato, entre sudores y un ataque de ansiedad.
Una envolvente melodía de new age le acompaña en su meditación y conversión, entre cantos de pájaros y seres queridos por el bosque... lo que termina siendo arrasado ruidosamente por las grúas iniciales del corto, de nuevo al ritmo desenfrenado de Beethoven.
Y el horror, esta vez despierto, en el rostro protagonista antes del fundido en negro.
 
                                                                      
                                                           
 
 

sábado, 15 de septiembre de 2018

Zombies

 
En el Congreso llegó a plantearse hace año y medio la pregunta al gobierno por su preparación ante un eventual apocalipsis zombie. Va sin coña.
Como el mito anda siempre embarazado de logos, suponemos que ello dispensaba de preguntarle al anterior o a este gobierno por su preparación ante la eventualidad de un próximo apocalipsis financiero. Ni siquiera en un 15 de septiembre que conmemora, plagado de sombras amenazantes, la histórica caída de Lehman Brothers entre cajas de cartón.
 
 

viernes, 14 de septiembre de 2018

El rapto de Europa

 
Michel Feher:
 
"Una natalidad en declive, una hostilidad creciente hacia los extranjeros y una deflación crónica: la combinación de estos rasgos distintivos convertirá pronto a Europa en un asilo de ancianos fortificado donde, según sus recursos, los residentes achacosos podrán consagrar el tiempo que les queda a gestionar sus carteras o a exaltar sus raíces. ¿Sigue siendo posible contemplar otra salida? (…)
El tejido industrial de Europa del sur resistió mientras la devaluación de las divisas seguía siendo una opción, pero desde el principio de los 2000 la creación de la zona euro lo descompuso rápidamente. Un nuevo orden económico se puso entonces en marcha, fundado paralelamente sobre las exportaciones de las potencias septentrionales, el endeudamiento de sus adversarios meridionales y la explotación de los trabajadores de Europa central y oriental. En lugar de invertir en el conjunto del territorio europeo, los países del norte se decantaron por subvencionar la adquisición de sus productos –fabricados en gran medida en su hinterland post-soviético–prestando sumas considerables a las naciones mediterráneas en vías de desindustrialización.
Algo enmascaradas por el acceso del crédito del Sur –tanto para gobernados como para gobernantes– y también por la moderación salarial que los Estados del norte infligen a sus ciudadanos –por miedo a que la inflación perjudique la competitividad de sus industrias exportadoras–, las disparidades sociales y regionales acrecentadas por préstamos y subcontrataciones que forman la trama económica de la Unión Europea se ponen al descubierto tras el crack de 2008. Si el ansia de los Estados por intervenir –para salvar al sector bancario de la bancarrota– hace pensar en un primer momento en un resurgimiento del keynesianismo, los dirigentes europeos no tardarán, bajo los auspicios de Alemania, en adoptar el camino opuesto transfiriendo el coste del rescate de las instituciones financieras hacia sus propios conciudadanos.
Austeridad y fuga de cerebros
Desde el invierno de 2010, a través de la contracción de los presupuestos sociales y la reducción de los costes de trabajo, los poderes públicos se esfuerzan por restaurar la confianza de los mercados de renta fija en su propia deuda. Ya golpeados de lleno por la Gran Recesión de 2009, los países de Europa meridional serán propiamente devastados por las medidas destinadas a restaurar su atractivo a ojos de los inversores.
Su empobrecimiento ha impedido sin duda a los europeos del sur cumplir con la función de importadores de productos del norte que les había sido asignada hasta el momento. Por ello, el gobierno de Berlín y sus secuaces dentro de las instituciones europeas no dudaron en sacrificar el poder de compra de sus antiguos clientes. Antes incluso del inicio de la crisis financiera, los exportadores alemanes ya se habían desplegado hacia China y los Estados Unidos. Liberados de su dependencia respecto del mercado interior de la UE, se beneficiaron además del desempleo creado por las políticas de austeridad: estas les permitieron contratar los servicios de jóvenes licenciados españoles, italianos, griegos y portugueses abocados al exilio por falta de perspectivas en sus lugares de origen.
Los programas de consolidación presupuestaria impuestos por los dirigentes del norte –gracias al apoyo de sus colegas del este y a la diligencia de los “gobiernos de expertos” del sur– no olvidaron diseminar el odio y el despecho entre las poblaciones afectadas. Preocupados por orientar los reproches hacia objetivos menos inconvenientes que los proveedores de fondos cuyos deseos satisfacen, los electos europeos se esfuerzan entonces por promover los temas favoritos de la extrema derecha –el coste pretendidamente exorbitante de la inmigración y el odio del que han sido objeto aquellas personas ordinarias que se han quejado–, sin olvidar amonestar a los partidos populistas por propugnar soluciones excesivas para el “malestar identitario” del que se hacen eco (...)
Dando crédito a las fobias azuzadas por las formaciones nacionalistas, los dirigentes europeos no han dejado de perseguir un objetivo doble: se trataba de debilitar la oposición a sus recetas económicas, incitando a los electores de indignación nostálgica a dejarse seducir por auténticos reaccionarios, y al mismo tiempo de convencer a los ciudadanos indignados por un resurgir de una derecha abiertamente racista para actuar de barrera, otorgando sus votos a los defensores del statu quo.
El uso de la extrema derecha tanto como vía de salida a las frustraciones suscitadas por el sometimiento de los elegidos a sus acreedores, como a modo de repelente en cada cita electoral, fue eficaz hasta el invierno de 2015. Desde entonces, hay que hacer frente a dos desafíos imprevistos: por un lado la victoria en Grecia de una izquierda hostil a los dictados de Berlín –cuando el miedo a los fascistas de Amanecer Dorado debía asegurar el mantenimiento del poder a la coalición de derechas– y, por otro, la decisión de Angela Merkel de abrir las fronteras de Alemania a  los refugiados sirios –cuando un año más tarde el abandono de la operación italiana Mare Nostrum, consagrada al rescate de los barcos de migrantes a la deriva, señalaba que en Europa “humanitario” ya solo rimaba con “efecto llamada”(…)
Intransigentes en su voluntad de ahogar los últimos impulsos de generosidad que han atravesado el continente, los dirigentes europeos, al contrario, se han mostrado complacientes frente a las erupciones pestilentes, cuyas manifestaciones más estridentes han sido la campaña de los partidarios del Brexit y de Donald Trump. Si el trampantojo que ha constituido la victoria de Emmanuel Macron sobre Marine Le Pen pudo momentáneamente crear ilusiones, a partir de 2017 la estrategia consistente en integrar los discursos y prácticas de la extrema derecha y, al mismo tiempo, usar a sus representantes a modo de espantapájaros, ha dado lugar a un proceso de alianzas más o menos formalizado.
A la participación o apoyo de los partidos marrones a los Gobiernos italiano, austriaco, finlandés, belga, búlgaro, eslovaco y danés, se ha sumado la aprobación de Angela Merkel a la derecha bávara en su creación de un “eje” (sic) entre Berlín, Roma y Viena destinado a luchar contra la inmigración ilegal y las concesiones sin fin de las instituciones comunitarias hacia los grotescos impulsores del “Grupo Visegrad”. Puede también destacarse el dispositivo inspirado en el Retrato de Dorian Gray, en Francia, donde la verdad política del yerno ideal del Eliseo se inscribe en una máscara haciendo una mueca, que sirve de rostro a su ministro del Interior.
De un suicidio a otro
El color azul-marrón de la Europa actual debería facilitar su entendimiento con los Estados Unidos de Donald Trump. Pese a su desacuerdo respecto a la cuestión de la desregulación climática –que la administración republicana niega mientras la Comisión de Bruselas se jacta de llevar a cabo un combate compatible con el mantenimiento del valor accionarial de las empresas contaminantes–, los aires de convergencia abundan: en el ámbito del dumping fiscal –donde Irlanda, Luxemburgo o los Países Bajos tienen los mandos–; de la desregulación financiera –donde, en respuesta al desmantelamiento del dispositivo Dodd-Frank, los bancos europeos han obtenido el derecho de calcular a su antojo la exposición al riesgo de sus activos–, y por último en el de la fobia migratoria, los dirigentes de la UE no tienen en efecto nada que envidiar a sus homólogos de Washington"
 
 

martes, 11 de septiembre de 2018

El fin del largo siglo XX

 
Andrés Piqueras:
 
"Difícil escapar a la sensación de que vivimos dentro de una especie de “acelerador social de partículas”, de partículas históricas, de fragmentos de lo que fueron sociedades, economías, que hoy se ven sometidas a una “tensión electromagnética” insoportable, de manera que todo lo sólido está estallando por los aires.
El vértigo de la aceleración se debe al derrumbe de toda la economía del valor, la caída de la rentabilidad del capital a consecuencia de su propio proceso de sobreacumulación que se arrastra de forma definitiva desde los años 70 del siglo XX. Pero mientras este magma subterráneo de crisis va haciendo su camino, su causalidad profunda llega a las conciencias humanas a través de los fenómenos políticos que acontecen en la superficie de la corteza terrestre. Cada vez más difíciles de pasar desapercibidos, incluso para poblaciones mundiales entrenadas para no ver ni entender nada de lo que ocurre.
La sensación de vértigo es más acusada desde el derrumbe de la Unión Soviética, en que el mundo vivió la metamorfosis del imperialismo estadounidense -consagrado por el poderío militar, industrial, financiero y monetario resultado de la Segunda Guerra Mundial-, hacia un sistema de gobernanza que buscaba establecer un “orden legal” de alcance mundial destinado a la supremacía del mercado sobre las sociedades a escala universal.
Este sistema fue muy cuidadosamente elaborado sobre una base ideológica que permitió la verdadera toma del poder educativo, mediático, jurídico y político por las grandes empresas en EEUU a partir de la década de 1970. Fue así, controlando las instituciones de enseñanza superior, que en EEUU y en las formaciones sociales centrales en general, se creó el cuerpo de funcionarios gubernamentales, de ejecutivos empresariales, de economistas, políticos y periodistas orgánicos, que han impuesto y refuerzan diariamente la formación del “sentido común”, el pensamiento único que colabora con esta dominación y que, paradójicamente, en esta etapa constituye una de las contradicciones principales que impide al capitalismo realmente existente cualquier suerte de reacción de auto-salvación frente a su crisis sistémica (…)
Pero ante la posibilidad de un nuevo mundo productivo-energético, última vía para poder hacer una transición más o menos “suave” al post-capitalismo, el capitalismo degenerativo realmente existente sólo puede oponer destrucción y putrefacción. El hegemón no parece dispuesto a dejarse relevar sin destruir y su capacidad de destrucción es varias veces planetaria. Su peligrosidad es mayor si tenemos en cuenta que su zona de seguridad energética (y la de sus subordinados imperiales) está precisamente en Asia Occidental. No puede dejar que esta región se le vaya de las manos, aunque tenga que financiar yihadistas, paramilitares y terroristas de todo pelaje en ello. EE.UU. tiene alrededor de un cuarto de millón de efectivos del Ejército, la Marina y las Fuerzas Aéreas, en el 70% de los países del mundo, con más de 450 bases militares extraterritoriales. Con 607.000 millones de $ de presupuesto militar declarado, suma casi tanto como el gasto militar de todo el resto del mundo junto. Ha sido EE.UU. quien ha lanzado la «guerra contra el terrorismo» desde hace más de dos décadas, y con ella ha arruinado países y destrozado sociedades enteras: Afganistán, Somalia, Irak, Libia, Siria… Además, esa especial guerra perdura y se extiende hoy por más de 60 países, principalmente a través de operaciones secretas. De hecho, se ha convertido en la forma en que la principal potencia tiende a implantar su particular visión de un «dominio total» («Full-spectrum dominance», como fue definido en el clave informe del Pentágono titulado Joint Vision 2020). Es su estrategia para devastar territorios, hacerlos ingobernables, y así agujerear la zona de estabilidad chino-rusa. Por cierto, que la misma deja también a Israel y Arabia Saudita (dos aspirantes a ser la potencia regional) en una muy incierta situación, de ahí que su matonismo crezca por momentos (…)
 1) La facción de poder norteamericana que sostiene a Trump ha enterrado la “globalización neoliberal” que buscaba la hegemonía universal vía el “orden legal” al que los países se adherían –vía los Acuerdos de Libre Comercio y la OMC- para convertirse en vasallos de EEUU (aplicando las leyes de Washington). El fin de la era neoliberal se da en el contexto de la disolución social, de la total decadencia del sistema político: la democracia liberal. También del fracaso de esas capas de clase de políticos, funcionarios y “expertos” que llegaron a los puestos de poder al negar la sociedad y mantener una fe irracional en el mercado, manifestándose totalmente incapaces de pensar de otra manera y poder así maniobrar frente al nuevo curso de los acontecimientos. Nos dejan un sistema económico moribundo, viviendo artificialmente de dinero inventado y una huida hacia adelante a partir de deudas sobre deudas. El propio FMI augura que el próximo (y probablemente inminente) estallido de la crisis podrá ser más de 10 veces mayor que el de 2007-2008.
2) Ese “orden tan bien construido” tenía, además, una falla fatal: la posibilidad de que los países con un Estado fuerte recuperasen la soberanía nacional y popular para establecer sus propias políticas. Este ha sido el caso de China (y ya también de Rusia). Otras formaciones sociales pueden seguir su sendero, bajo su zona de estabilidad contra el caos (Siria e Irán, en especial; mientras que Venezuela vive el dramatismo de estar situada en lo que todavía, aunque ya no por mucho tiempo, puede ser la “zona de exclusión” de EE.UU., su “patio” intocable; tiene por ello que resistir prácticamente sola un poco más, hasta que esa zona se descomponga también, para poder entrar en el paraguas de la zona de estabilidad de las potencias emergentes. El problema es que EE.UU. también sabe que cuenta con poco tiempo para destruirla).
3) China constituye ya una potencia mundial con capacidad de resistir los embates del Gran Imperialismo (y a diferencia de Rusia no ha sido vencida en la Guerra Fría). Para posibilitarse a sí misma como nuevo hegemón necesita construir un orden mundial multipolar -lo que Rusia también busca por razones parecidas- sobre el cual basar el conjunto de sus relaciones. Esto contraría el objetivo estadounidense de restablecer la unipolaridad vía la potencia militar, las transnacionales y el dólar.
4) La agresión de las potencias imperialistas contra Siria para rediseñar el mapa de Asia Occidental [El Oriente Medio Ampliado], la intervención de Rusia a pedido de Damasco, y más tarde la colaboración de Irán (y hasta cierto punto, paradójicamente, también de Turquía), para combatir al Estado Islámico y demás fuerzas paramilitares y terroristas, catalizó a partir de 2013 una nueva realidad geopolítica que se caracteriza por la pérdida de poder político (y limitación del poder militar) de EEUU en esa importante región, sin hablar de los aspectos comerciales y económicos (gasoductos rusos en Turquía e Irán, y este último país entrando en el meollo de la Ruta de la Seda, con crecientes relaciones económicas bilaterales con China y Rusia).
5) La Unión Europea, ejemplo de un mecanismo supraestatal neoliberal basado en el “avasallamiento consentido” (que termina siendo avasallamiento a secas, como demostró el caso de Grecia), se encuentra frente a una muy difícil redefinición de sus relaciones con EEUU por las previsibles nuevas sanciones de Washington contra Irán y las medidas contra China y Rusia que desatarán potenciales guerras y crisis económicas, financieras y monetarias muy perjudiciales para los intereses europeos (los cuales EE.UU. ha ignorado de forma despreciativa). Europa pierde peso en el mundo a pasos agigantados, pero todavía es un actor clave en el equilibrio de fuerzas mundial. Hacia dónde se incline podrá decidir la balanza de fuerzas final. Por el momento y aceleradamente, los planes de EE.UU. pasan por enfrentarla a Rusia y que Europa vuelva a ser el campo de batalla mundial, lejos de las costas norteamericanas. Los Estados sin soberanía que componen la UE, con la excepción de Alemania, se ven supeditados a lo que decida este país en adelante. Su clase capitalista se encuentra desgarrada entre sus compromisos de seguridad (militar, económica y de inversiones) con el Eje Anglosajón, y los intereses reales que la llevan a estrechar lazos con el mundo asiático emergente. El despliegue militar de EE.UU. en Europa oriental (poniendo ahora nuevo énfasis en Polonia –e incluso Macedonia-) y la guerra económica contra Rusia, van destinados a disuadir a la clase capitalista alemana de escoger la segunda opción. Mientras, el perjuicio económico para el conjunto de la UE es ya evidente. Ésta no saldrá de su crisis económico-política (por no hablar de sus atolladeros energéticos) mientras no establezca buenas relaciones con Rusia, como un país también europeo que más que amenazar puede contribuir a su seguridad energética y militar. Por eso, el “aliado” norteamericano que empobrece y pone de nuevo en un riesgo atroz a Europa, puede empezar a desvelarse cada vez más para las propias poblaciones europeas como un “amigo” peligroso. ¿Terminará, en todo caso, de desempolvar la UE su viejo proyecto de defensa común, fuera de la tiranía de EE.UU.? Hay señales de cambio incluso en algunos de los países más subalternos de aquél (como Italia –no tanto en España mientras el PP no termine de autodestruirse-). De Europa depende que la emergencia de Asia sea en realidad la de Eurasia.
6) Las luchas literalmente “a muerte” entre las facciones de poder estadounidense pondrán al mundo en un riesgo sumamente grave, como posiblemente no ha conocido hasta ahora. La facción guerrerista unipolar, que busca el enfrentamiento militar (antes de que EE.UU. se convierta en una potencia mediana) no dará cuartel. Por ahora, la impunidad de EEUU e Israel han dañado (quizás irremediablemente) la credibilidad de la ONU y demás instituciones del orden multilateral. No parece imposible que pronto estalle una grave crisis en torno al disfuncionamiento del Consejo de Seguridad y que se plantee la disyuntiva de sufrir la suerte de la Sociedad de Naciones. En todo caso, el sabotaje de lo que resta de mecanismos multilaterales implica asimismo una redefinición de la OTAN: ¿aceptarán la UE, Japón, Canadá y Australia que la OTAN pase a ser el principal instrumento para que EEUU, Israel y Arabia Saudita sigan actuando con total impunidad y en contra de sus intereses? ¿O por el contrario pueden presionar para que la solución bélica en Asia Occidental sea una en la que todos puedan ganar algo? Rusia es el actor central en ello. Macron y buena parte de la UE ya lo han reconocido. Se trataría de que Rusia garantice la no nuclearización de Irán, a cambio de que los cuerpos de ejército, fuerzas paramilitares y terroristas sostenidas por las potencias “occidentales” se retiren de Asia. La energía para Europa y EE.UU. podría estar garantizada si se creara una Comunidad Mundial del Petróleo y del Gas, a imagen de la construcción europea de postguerra en torno al carbón y el acero. Sería un punto de entendimiento mundial (basado en la seguridad energética común) mientras se realiza la inevitable transición energética"
 
 
 

lunes, 10 de septiembre de 2018

Happiness


La animación Happiness, de Steve Cutts, ilustra magistralmente la estafa que constituye el concepto de “felicidad” que promueve el capitalismo:


 
 


jueves, 6 de septiembre de 2018

Cretinización de alto nivel

 
"La situación ha ido a peor. “Las universidades ya no preparan a sus alumnos para el pensamiento crítico, no les enseñan a analizar y criticar los sistemas de poder y los presupuestos culturales y políticos... se han convertido en escuelas profesionales, en criaderos de gestores de sistemas preparados para servir al Estado empresarial. Firmando un pacto faustiano con éste, muchas de esas universidades han visto incrementarse las donaciones que reciben y los presupuestos de sus departamentos con miles de millones de dólares procedentes de empresas y del Gobierno… A cambio, esos centros universitarios, al igual que los medios de comunicación y las instituciones religiosas, no solo guardan silencio sobre el poder empresarial, sino que también tachan de a todo aquel que dentro de sus confines cuestiona los desmanes empresariales y los excesos del capitalismo sin trabas…sobre todo en los departamentos de Ciencia Política y Economía, repiten como loros la desacreditada ideología del capitalismo desregulado” (Hedges, 2011,22-23). A lo que hay que añadir la cada vez mayor precarización del profesorado, la burocratización de la Universidad y el endeudamiento creciente de los estudiantes, según Chomsky
El resultado final es la irrelevancia intelectual y social de la Universidad como espacio de reflexión y de pensamiento independiente, convertida desde hace mucho tiempo en un espacio de sumisión y de aburrimiento. Las Universidades llevan muchos años vendiendo humo. Los estudiantes ven con claridad que no aprenden sino que asisten, dentro del esquema del “estalinismo de mercado” (Fisher, 2016) a un ritual (no se le puede llamar enseñanza) en el que no cuenta que se aprenda sino que “prima la evaluación de los símbolos del desempeño sobre el desempeño real” (Fisher, 2016,76). Es decir, que se satisfaga la apariencia de aprender, de ahí tanta burocracia y papeleo inútil de carácter ceremonial que hay que cumplir sin que importe en absoluto si los estudiantes realmente aprenden a pensar por cuenta propia. Lo importante para aprobar la evaluación que el Ministerio realiza de cada Facultad o Grado, de cara a renovar la acreditación para seguir impartiendo la enseñanza, es demostrar que se cumple un protocolo, que se obedece, que se rellenan bien las Guías Docentes (aunque no se sepa bien qué se dice en ellas) no qué es realmente lo que se enseña.
Obviamente, formar personas que piensen por cuenta propia es una amenaza para la continuidad de esta ‘normalidad patológica’ (…) 
La escuela de la ignorancia requerirá reeducar a los profesores, es decir, obligarles a “trabajar de forma distinta”, bajo el despotismo ilustrado de un ejército potente y bien organizado de expertos en “ciencias de la educación”. Evidentemente, la labor fundamental de dichos expertos será definir e imponer (por todos los medios de que dispone una institución jerárquica para garantizar la sumisión de los que de ella dependen) las condiciones pedagógicas y materiales de lo que Debord llamaba la “disolución de la lógica”: en otras palabras, “la pérdida de la posibilidad de reconocer instantáneamente lo que es importante y lo que es accesorio o está fuera de lugar; lo que es incompatible o, por el contrario, podría ser complementario; todo lo que implica tal consecuencia y lo que, al mismo tiempo, impide” (Michéa, 2002, 46-47). (Cursiva en el original).
Y lo mismo ocurre con la investigación, lo importante no es qué se investiga sino dónde se publica. Mi experiencia es que la credibilidad la tienen, a título individual, algunos profesores/as pero en conjunto la universidad es un espacio estéril, de ignorancia, del que los estudiantes están deseando escapar lo más pronto posible (Saludable desprecio, llamaba Azaña en 1911 a esta actitud) con su papelito-título de dudosa utilidad. Esta huída es más que comprensible pero no es nueva. Hace ya bastantes años que suelo hacer dos preguntas a los estudiantes de distintas universidades cuando imparto algún curso o conferencia. La primera es ¿Cuándo dejaron ustedes de estudiar para aprender y empezaron a estudiar para aprobar? La respuesta, habitualmente unánime, es: en el primer cuatrimestre del primer curso de la Licenciatura o del Grado, algo que yo interpreto como el desánimo total ante las prácticas y contenidos habituales de enseñanza. La segunda es ¿Cuántos profesores sienten que realmente les han enseñado algo o les han transmitido entusiasmo a lo largo de los cursos de Licenciatura o de Grado? La respuesta nunca pasa de cinco profesores en toda la carrera, el mismo resultado que expresé yo, y el grupo de estudiantes amigos, a lo largo de mis años de estudio de la Licenciatura de Económicas en la Universidad Complutense de Madrid entre 1970 y 1975.
Una Universidad con estos resultados está prácticamente muerta, es realmente una escuela de ignorancia y prepara a los estudiantes para ser “cretinos militantes”, como señala Debord o simplemente los prepara para esta normalidad patológica. De hecho, era Edgar Morin el que afirmaba en su Introducción al pensamiento complejo (1994) que “Mientras los medios de comunicación producen la cretinización vulgar, la Universidad produce la cretinización de alto nivel. La metodología dominante produce oscurantismo porque no hay asociación entre los elementos disjuntos del saber ni posibilidad de engranarlos y de reflexionar sobre ellos. Nos aproximamos a una mutación sin precedentes en el conocimiento: éste está, cada vez menos, hecho para reflexionar sobre él mismo y para ser discutido por los espíritus humanos, cada vez más hecho para ser engranado en las memorias informacionales y manipulado por potencias anónimas (…) Esta nueva, masiva y prodigiosa ignorancia es ignorada, ella misma por los sabios. Estos, que no controlan, en la práctica, las consecuencias de sus descubrimientos, ni siquiera controlan intelectualmente el sentido y la naturaleza de su investigación” (Morin, 1994, 31). Y en su espléndido artículo titulado “El desafío de la globalidad” (1993), Morin nos indica que esta cretinización no se refiere sólo a las ciencias sociales sino que es un resultado inevitable del pensamiento por piezas inconexas, es decir, de la ‘falsa racionalidad’ con la que nos educan en la universidad y que impide realmente pensar con claridad, comprender y reflexionar (…)
Por eso habría que considerar en qué medida este “estudiar para aprobar” de la mayoría de los estudiantes no es nada más que una señal de inteligencia, asumiendo que no van a aprender las majaderías que se les pretenden enseñar, y les hace, quizás, más inmunes a esa cretinización, pues los estudiantes aprenden que tienen que repetir lo que el profesor les dice pero sin creerse nada de lo que escriben si quieren conseguir el aprobado y el papelito final. Así pues, memorizan, repiten y borran esperando que en algún otro momento puedan tener la posibilidad de aprender algo y disfrutarlo. En cualquier caso, lo que sí es cierto es que no aprenden a relacionar. Como le dice un estudiante a otro en un dibujo de El Roto, “Mejor es que crean que no entendemos lo que leemos a que sepan que no nos interesa”. Y en otro dibujo del mismo autor, un estudiante le dice a otro, “Los llaman exámenes, pero se trata de saber si agachamos bien la cabeza”. El dibujante Miguel Brieva acierta plenamente con su dibujo sobre la enseñanza al mostrar que ésta se centra en enseñar a Repetir (mentiras) en lugar de enseñar a Pensar por cuenta propia. Por otro lado, la mayoría de las carreras universitarias siguen siendo excesivamente largas y sin apenas contenido relevante, sin enseñar a relacionar, duplicándose y triplicándose “temas sin contenido y sin profundidad” y evitándose las cuestiones clave y las preguntas relevantes que son las que permiten comprender en qué sociedad vivimos, qué implicaciones tiene nuestra manera de “pensar” y de vivir y qué perspectivas tenemos como especie para vivir de manera razonable en este planeta"
 
 
 

domingo, 2 de septiembre de 2018

Aviso para navegantes en tierra

 
Franco Berardi (BIFO)
 
"Después de las elecciones italianas de 2013, Mario Draghi dijo: “Que nadie se preocupe, la economía europea avanza, continúa con el piloto automático”.
El avance del Cinco Estrellas mostraba que la austeridad financiera iba influenciando los equilibrios electorales y en el ánimo de los electores, pero con su inteligente sonrisa melancólica, Draghi sugería que la sociedad tiene derecho a expresar su opinión y su voluntad a través de las elecciones democráticas, pero esto al final, no cambia nada: las finanzas son una cosa seria y no se dejan influenciar por el voluble sentimiento de la gente.
Como hemos visto en los últimos diez años, Mario Draghi tenía razón. Millones de personas salieron a las calles en 2011 para protestar contra el recorte de sus salarios y de las pensiones efectuado por el sistema bancario. Pero ese recorte no solo no se ha interrumpido en ningún momento, sino que se ha constitucionalizado bajo el nombre de fiscal compact. En 2015, el 62% de los griegos votaron No al Memorando de la Troika pero Tsipras tuvo que agachar la cabeza y tirar la toalla. Medio millón de jóvenes griegos abandonaron el país mientras se hundía en la depresión.
Esto ha ocurrido en todas partes: una pequeña minoría se está apoderando de la riqueza producida por la sociedad y los trabajadores han perdido la mitad de su renta, se han visto privados de los servicios sociales con los que lograban tener una vida aceptable, y han sido obligados a trabajar en unas condidiones cada vez más precarias. Al final, la sociedad ha perdido la calma. ¿Cómo no entenderlo? El pueblo se ha rebelado.
Y el pueblo solo quiere una sola cosa: venganza. Y la tendrá. La venganza no quiere escuchar razones, así que es inútil explicar, argumentar, intentar convencer o disuadir. Quien quiere venganza está listo para cualquier horror, y también para acabar ciegamente en el abismo. Por eso, resignémonos: no está claro en qué abismo acabaremos, pero quien tenga la desventura de vivir durante los próximos diez años no se librará del abismo.
¿Quién ha preparado las condiciones para el abismo? ¿ La mueca gruñona de Matteo Salvini o el melancólico y sonriente Mario Draghi?
El piloto automático es la razón sujeta al algoritmo. Ahora el pueblo está enfadado y no desea escuchar más a la razón. La razón está apagada, habla el pueblo.
Naturalmente, el pueblo no existe. Es una abstracción romántica que finge ser muy concreta. Tiene los músculos tensos, espuma en la boca, los ojos fuera de las órbitas y está sediento de sangre.
El pueblo es la sociedad que ha perdido el bien del intelecto, la sociedad privada de la capacidad de la palabra, de análisis y de síntesis. El pueblo es la sociedad cuando la complejidad del conflicto y de la mediación ha sido borrada por el automatismo de las finanzas y la riqueza de las formas de vida  es reducida a la identidad.
Como Hitler y como Mussolini, que al principio protestaron contra las finanzas para convertirse al final en sus hijos predilectos, Matteo Salvini sabe bien que el piloto automático es un enemigo demasiado fuerte para él. Así que si inventa enemigos débiles, o en realidad, escoge a los débiles de entre los débiles, a aquellos que no tienen la energía para defenderse ni para reaccionar, aquellos a quienes el colonialismo blanco ha reducido a la miseria y las guerras euro-estadounidenses, han arrojado al caos. Aquellos que arrastrados por las olas buscando un puerto seguro, se encuentran con la guardia costera libia.
Pero Salvini no es el primer asesino que ha ocupado el puesto de ministro del Interior. Sin remontarnos a Mario Scelba, recuerdo que hace 40 años un ministro del Interior mató a un amigo mío que se llamaba Francesco Lorusso. Y recuerdo que en los últimos tres años, otro ministro del Interior decretó, con gran aprobación de todos los demócratas, que los inmigrantes fueran golpeados mientras se ahogaran, o que fueran entregados a los torturadores libios.
El asesino de turno en Interior es únicamente más estúpido, más fanático, pero no por ello menos peligroso. De hecho, lo peligroso no es Salvini, es la ausencia de una alternativa a su demencia criminal.
Los liberal-demócratas creen (o fingen creer) que el nacional-socialismo es una tormenta temporal y que al final volverá la democracia razonable. Se hacen ilusiones: la democracia está muerta y no resurgirá ni en Italia ni en Estados Unidos.
Pronto, aquellos que votaron por Trump o por Salvini entenderán que sus salarios no han dejado de disminuir y que la precariedad y la desocupación no van a desaparecer, pero no por ello volverán a votar por los patéticos políticos de la izquierda. Los nacionalsocialistas buscarán, más bien, un chivo expiatorio, de hecho ya lo tienen al alcance de la mano: las víctimas de los cinco siglos de colonialismo que presionan en las fronteras de Europa y ya están encerradas en campos de concentración alrededor del Mediterráneo.
La memoria del Holocausto del siglo XX está destinada a palidecer frente al Holocausto que se está preparando. La diferencia es que hoy parte de los nazis están en un Estado que se define como judío.
El proceso que ha llevado al triunfo al nacionalsocialismo en una gran parte de Occidente se parece mucho al que se produjo durante la década de 1930, pero el final será diferente.
No será la resistencia la que nos llevará fuera del abismo, solo lo hará la emergencia de una subjetividad colectiva consciente que sea capaz de desmantelar el piloto automático, de sustituir el automatismo financiero capitalista con un programa útil socialmente.
Pero una subjetividad a la altura de la catástrofe solo podrá emerger de la conmoción que la catástrofe está preparando. Mientras tanto, es necesario, en primer lugar, no renunciar a comprender y para ello es necesario multiplicar a los justos entre las naciones: aquellos que no se reconocen en ninguna raza ni en ningún pueblo, aquellos que no se doblegan ante la infamia y siguen siendo humanos, silenciosa o ruidosamente"