“En los países democráticos no se percibe la naturaleza violenta de la economía, mientras que en los países autoritarios lo que no se percibe es la naturaleza económica de la violencia”
Bertolt Brecht

"Hay que aprender de los errores del siglo XX y superarlos. El capitalismo no lo ha hecho. Los socialistas deben hacerlo"
Tariq Ali

"La cuestión no es mercado sí o mercado no, es qué espacio tenemos que concederle al mercado para que tenga efectos positivos y qué espacio tenemos que quitarle para que no tenga efectos negativos"
César Rendueles ("Capitalismo canalla" antídoto para "Los enemigos del comercio" de A. Escohotado)

"Los poderosos siempre han perseguido a los alfabetizadores, a los que paraban las balas con columnas de periódico, a los que hacían escudos con libros cargados de metáforas y razones. También a los que han hecho visibles a los invisibles, a los que enseñan a decir no con una sonrisa y también a los que enseñan desde el monte a recordar que no hay que vivir de rodillas"
J.C. Monedero

Qué son los PsyOps: "Los daños que causan las PsyOps [Operaciones Psicológicas] se reflejan en la aparición de cambios en el plano cognitivo y mental (...) Toda operación militar, y por tanto toda operación psicológica, tiene que contar con una cadena de mando. El análisis detallado de los mensajes a través de Twitter y Facebook ha permitido descubrir «nodos de red», o sea estados mayores implicados en la operación. Estos están entrenados en el uso de métodos de control de las multitudes para crear una situación de contagio entre individuos de diferentes medios y orígenes. De esa manera, los estados mayores logran localizar fácilmente los «repetidores de opinión», o sea los individuos que influyen sobre los demás. Los especialistas pueden entonces optar entre informarlos sobre el proyecto o mantenerlos en la ignorancia de lo que está sucediendo"
Valentin Vasilescu (experto en inteligencia militar)

"Gozamos de tres bienes de valor incalculable. La libertad de conciencia, la libertad de palabra y la prudencia de no usar nunca ninguna de las dos". Mark Twain.


martes, 11 de septiembre de 2018

El fin del largo siglo XX

 
Andrés Piqueras:
 
"Difícil escapar a la sensación de que vivimos dentro de una especie de “acelerador social de partículas”, de partículas históricas, de fragmentos de lo que fueron sociedades, economías, que hoy se ven sometidas a una “tensión electromagnética” insoportable, de manera que todo lo sólido está estallando por los aires.
El vértigo de la aceleración se debe al derrumbe de toda la economía del valor, la caída de la rentabilidad del capital a consecuencia de su propio proceso de sobreacumulación que se arrastra de forma definitiva desde los años 70 del siglo XX. Pero mientras este magma subterráneo de crisis va haciendo su camino, su causalidad profunda llega a las conciencias humanas a través de los fenómenos políticos que acontecen en la superficie de la corteza terrestre. Cada vez más difíciles de pasar desapercibidos, incluso para poblaciones mundiales entrenadas para no ver ni entender nada de lo que ocurre.
La sensación de vértigo es más acusada desde el derrumbe de la Unión Soviética, en que el mundo vivió la metamorfosis del imperialismo estadounidense -consagrado por el poderío militar, industrial, financiero y monetario resultado de la Segunda Guerra Mundial-, hacia un sistema de gobernanza que buscaba establecer un “orden legal” de alcance mundial destinado a la supremacía del mercado sobre las sociedades a escala universal.
Este sistema fue muy cuidadosamente elaborado sobre una base ideológica que permitió la verdadera toma del poder educativo, mediático, jurídico y político por las grandes empresas en EEUU a partir de la década de 1970. Fue así, controlando las instituciones de enseñanza superior, que en EEUU y en las formaciones sociales centrales en general, se creó el cuerpo de funcionarios gubernamentales, de ejecutivos empresariales, de economistas, políticos y periodistas orgánicos, que han impuesto y refuerzan diariamente la formación del “sentido común”, el pensamiento único que colabora con esta dominación y que, paradójicamente, en esta etapa constituye una de las contradicciones principales que impide al capitalismo realmente existente cualquier suerte de reacción de auto-salvación frente a su crisis sistémica (…)
Pero ante la posibilidad de un nuevo mundo productivo-energético, última vía para poder hacer una transición más o menos “suave” al post-capitalismo, el capitalismo degenerativo realmente existente sólo puede oponer destrucción y putrefacción. El hegemón no parece dispuesto a dejarse relevar sin destruir y su capacidad de destrucción es varias veces planetaria. Su peligrosidad es mayor si tenemos en cuenta que su zona de seguridad energética (y la de sus subordinados imperiales) está precisamente en Asia Occidental. No puede dejar que esta región se le vaya de las manos, aunque tenga que financiar yihadistas, paramilitares y terroristas de todo pelaje en ello. EE.UU. tiene alrededor de un cuarto de millón de efectivos del Ejército, la Marina y las Fuerzas Aéreas, en el 70% de los países del mundo, con más de 450 bases militares extraterritoriales. Con 607.000 millones de $ de presupuesto militar declarado, suma casi tanto como el gasto militar de todo el resto del mundo junto. Ha sido EE.UU. quien ha lanzado la «guerra contra el terrorismo» desde hace más de dos décadas, y con ella ha arruinado países y destrozado sociedades enteras: Afganistán, Somalia, Irak, Libia, Siria… Además, esa especial guerra perdura y se extiende hoy por más de 60 países, principalmente a través de operaciones secretas. De hecho, se ha convertido en la forma en que la principal potencia tiende a implantar su particular visión de un «dominio total» («Full-spectrum dominance», como fue definido en el clave informe del Pentágono titulado Joint Vision 2020). Es su estrategia para devastar territorios, hacerlos ingobernables, y así agujerear la zona de estabilidad chino-rusa. Por cierto, que la misma deja también a Israel y Arabia Saudita (dos aspirantes a ser la potencia regional) en una muy incierta situación, de ahí que su matonismo crezca por momentos (…)
 1) La facción de poder norteamericana que sostiene a Trump ha enterrado la “globalización neoliberal” que buscaba la hegemonía universal vía el “orden legal” al que los países se adherían –vía los Acuerdos de Libre Comercio y la OMC- para convertirse en vasallos de EEUU (aplicando las leyes de Washington). El fin de la era neoliberal se da en el contexto de la disolución social, de la total decadencia del sistema político: la democracia liberal. También del fracaso de esas capas de clase de políticos, funcionarios y “expertos” que llegaron a los puestos de poder al negar la sociedad y mantener una fe irracional en el mercado, manifestándose totalmente incapaces de pensar de otra manera y poder así maniobrar frente al nuevo curso de los acontecimientos. Nos dejan un sistema económico moribundo, viviendo artificialmente de dinero inventado y una huida hacia adelante a partir de deudas sobre deudas. El propio FMI augura que el próximo (y probablemente inminente) estallido de la crisis podrá ser más de 10 veces mayor que el de 2007-2008.
2) Ese “orden tan bien construido” tenía, además, una falla fatal: la posibilidad de que los países con un Estado fuerte recuperasen la soberanía nacional y popular para establecer sus propias políticas. Este ha sido el caso de China (y ya también de Rusia). Otras formaciones sociales pueden seguir su sendero, bajo su zona de estabilidad contra el caos (Siria e Irán, en especial; mientras que Venezuela vive el dramatismo de estar situada en lo que todavía, aunque ya no por mucho tiempo, puede ser la “zona de exclusión” de EE.UU., su “patio” intocable; tiene por ello que resistir prácticamente sola un poco más, hasta que esa zona se descomponga también, para poder entrar en el paraguas de la zona de estabilidad de las potencias emergentes. El problema es que EE.UU. también sabe que cuenta con poco tiempo para destruirla).
3) China constituye ya una potencia mundial con capacidad de resistir los embates del Gran Imperialismo (y a diferencia de Rusia no ha sido vencida en la Guerra Fría). Para posibilitarse a sí misma como nuevo hegemón necesita construir un orden mundial multipolar -lo que Rusia también busca por razones parecidas- sobre el cual basar el conjunto de sus relaciones. Esto contraría el objetivo estadounidense de restablecer la unipolaridad vía la potencia militar, las transnacionales y el dólar.
4) La agresión de las potencias imperialistas contra Siria para rediseñar el mapa de Asia Occidental [El Oriente Medio Ampliado], la intervención de Rusia a pedido de Damasco, y más tarde la colaboración de Irán (y hasta cierto punto, paradójicamente, también de Turquía), para combatir al Estado Islámico y demás fuerzas paramilitares y terroristas, catalizó a partir de 2013 una nueva realidad geopolítica que se caracteriza por la pérdida de poder político (y limitación del poder militar) de EEUU en esa importante región, sin hablar de los aspectos comerciales y económicos (gasoductos rusos en Turquía e Irán, y este último país entrando en el meollo de la Ruta de la Seda, con crecientes relaciones económicas bilaterales con China y Rusia).
5) La Unión Europea, ejemplo de un mecanismo supraestatal neoliberal basado en el “avasallamiento consentido” (que termina siendo avasallamiento a secas, como demostró el caso de Grecia), se encuentra frente a una muy difícil redefinición de sus relaciones con EEUU por las previsibles nuevas sanciones de Washington contra Irán y las medidas contra China y Rusia que desatarán potenciales guerras y crisis económicas, financieras y monetarias muy perjudiciales para los intereses europeos (los cuales EE.UU. ha ignorado de forma despreciativa). Europa pierde peso en el mundo a pasos agigantados, pero todavía es un actor clave en el equilibrio de fuerzas mundial. Hacia dónde se incline podrá decidir la balanza de fuerzas final. Por el momento y aceleradamente, los planes de EE.UU. pasan por enfrentarla a Rusia y que Europa vuelva a ser el campo de batalla mundial, lejos de las costas norteamericanas. Los Estados sin soberanía que componen la UE, con la excepción de Alemania, se ven supeditados a lo que decida este país en adelante. Su clase capitalista se encuentra desgarrada entre sus compromisos de seguridad (militar, económica y de inversiones) con el Eje Anglosajón, y los intereses reales que la llevan a estrechar lazos con el mundo asiático emergente. El despliegue militar de EE.UU. en Europa oriental (poniendo ahora nuevo énfasis en Polonia –e incluso Macedonia-) y la guerra económica contra Rusia, van destinados a disuadir a la clase capitalista alemana de escoger la segunda opción. Mientras, el perjuicio económico para el conjunto de la UE es ya evidente. Ésta no saldrá de su crisis económico-política (por no hablar de sus atolladeros energéticos) mientras no establezca buenas relaciones con Rusia, como un país también europeo que más que amenazar puede contribuir a su seguridad energética y militar. Por eso, el “aliado” norteamericano que empobrece y pone de nuevo en un riesgo atroz a Europa, puede empezar a desvelarse cada vez más para las propias poblaciones europeas como un “amigo” peligroso. ¿Terminará, en todo caso, de desempolvar la UE su viejo proyecto de defensa común, fuera de la tiranía de EE.UU.? Hay señales de cambio incluso en algunos de los países más subalternos de aquél (como Italia –no tanto en España mientras el PP no termine de autodestruirse-). De Europa depende que la emergencia de Asia sea en realidad la de Eurasia.
6) Las luchas literalmente “a muerte” entre las facciones de poder estadounidense pondrán al mundo en un riesgo sumamente grave, como posiblemente no ha conocido hasta ahora. La facción guerrerista unipolar, que busca el enfrentamiento militar (antes de que EE.UU. se convierta en una potencia mediana) no dará cuartel. Por ahora, la impunidad de EEUU e Israel han dañado (quizás irremediablemente) la credibilidad de la ONU y demás instituciones del orden multilateral. No parece imposible que pronto estalle una grave crisis en torno al disfuncionamiento del Consejo de Seguridad y que se plantee la disyuntiva de sufrir la suerte de la Sociedad de Naciones. En todo caso, el sabotaje de lo que resta de mecanismos multilaterales implica asimismo una redefinición de la OTAN: ¿aceptarán la UE, Japón, Canadá y Australia que la OTAN pase a ser el principal instrumento para que EEUU, Israel y Arabia Saudita sigan actuando con total impunidad y en contra de sus intereses? ¿O por el contrario pueden presionar para que la solución bélica en Asia Occidental sea una en la que todos puedan ganar algo? Rusia es el actor central en ello. Macron y buena parte de la UE ya lo han reconocido. Se trataría de que Rusia garantice la no nuclearización de Irán, a cambio de que los cuerpos de ejército, fuerzas paramilitares y terroristas sostenidas por las potencias “occidentales” se retiren de Asia. La energía para Europa y EE.UU. podría estar garantizada si se creara una Comunidad Mundial del Petróleo y del Gas, a imagen de la construcción europea de postguerra en torno al carbón y el acero. Sería un punto de entendimiento mundial (basado en la seguridad energética común) mientras se realiza la inevitable transición energética"
 
 
 

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