“En los países democráticos no se percibe la naturaleza violenta de la economía, mientras que en los países autoritarios lo que no se percibe es la naturaleza económica de la violencia”
Bertolt Brecht

"Hay que aprender de los errores del siglo XX y superarlos. El capitalismo no lo ha hecho. Los socialistas deben hacerlo"
Tariq Ali

"La cuestión no es mercado sí o mercado no, es qué espacio tenemos que concederle al mercado para que tenga efectos positivos y qué espacio tenemos que quitarle para que no tenga efectos negativos"
César Rendueles ("Capitalismo canalla" antídoto para "Los enemigos del comercio" de A. Escohotado)

"Los poderosos siempre han perseguido a los alfabetizadores, a los que paraban las balas con columnas de periódico, a los que hacían escudos con libros cargados de metáforas y razones. También a los que han hecho visibles a los invisibles, a los que enseñan a decir no con una sonrisa y también a los que enseñan desde el monte a recordar que no hay que vivir de rodillas"
J.C. Monedero

Qué son los PsyOps: "Los daños que causan las PsyOps [Operaciones Psicológicas] se reflejan en la aparición de cambios en el plano cognitivo y mental (...) Toda operación militar, y por tanto toda operación psicológica, tiene que contar con una cadena de mando. El análisis detallado de los mensajes a través de Twitter y Facebook ha permitido descubrir «nodos de red», o sea estados mayores implicados en la operación. Estos están entrenados en el uso de métodos de control de las multitudes para crear una situación de contagio entre individuos de diferentes medios y orígenes. De esa manera, los estados mayores logran localizar fácilmente los «repetidores de opinión», o sea los individuos que influyen sobre los demás. Los especialistas pueden entonces optar entre informarlos sobre el proyecto o mantenerlos en la ignorancia de lo que está sucediendo"
Valentin Vasilescu (experto en inteligencia militar)

"Gozamos de tres bienes de valor incalculable. La libertad de conciencia, la libertad de palabra y la prudencia de no usar nunca ninguna de las dos". Mark Twain.


sábado, 30 de noviembre de 2019

Amazon de la selva


Pablo Elorduy


“Cinco compañías como cinco anillos dominan hoy internet. Compiten en determinadas áreas pero cada una cubre un territorio en el que funciona casi en régimen de monopolio. El primer anillo cubre el conocimiento, el motor de búsqueda de Google es su símbolo. En el segundo está el software y su discurso se ceba en una supuesta explosión de creatividad derivada del uso de los productos Apple. Las relaciones sociales y sus posibilidades comerciales y políticas son el material con el que se construyó el tercero, Facebook. La logística y la distribución en la era del consumismo exprés dieron lugar a Amazon. El sistema operativo Windows es el emblema de Microsoft, la M de GAFAM, el acróstico con el que se designa a los ganadores de la batalla por el control de internet. Los vencedores, al menos, en Occidente.
Dicen que entre todos los propietarios de esos anillos, Jeff Bezos es el menos dado al discurso evangélico. Que su empresa no tiene lemas ni fanfarria new age. Sin el elitismo que destilan los ejecutivos de Apple ni la matizada mediocridad de un personaje como Bill Gates, Bezos ha construido un imperio con un axioma que tiene premio: todo en el planeta está en venta, solo hay que activar los circuitos neuronales para que a cada estímulo, a cada impulso, le corresponda un objeto que puede ser adquirido en el gran bazar digital que ha levantado Amazon. "Año tras año, Black Friday tras Black Friday, Amazon consolida su poder”, resume
Ekaitz Cancela, autor de El despertar del sueño tecnológico y colaborador de El Salto. La tesis de Cancela es que, tras la caída de Lehman Brothers en 2008, la economía mundial encontró en la economía de las grandes plataformas un modo de mantener a flote el sistema capitalista, en crisis de rentabilidad desde los años 70. Cancela denomina a la economía de Google, Apple, Facebook, Amazon y Microsoft “tecnologías de supervivencia”, en tanto están diseñadas para “ampliar los espacios de nuestra vida sometidos a la mercantilización”.
En el caso de Amazon, el control de las plataformas tecnológicas —la nube— y su capacidad para contratar “ejércitos” de mano de obra precaria, lo sitúa en una posición de ventaja para llevar a cabo el propósito de mantener el ciclo de consumo sin alteraciones (...)
En una década Amazon se ha convertido en la marca empresarial más valiosa del planeta. Solo 58 países tienen un PIB superior a los más de 300.000 millones de euros que hoy vale la compañía que ha transformado los sistemas logísticos de medio mundo. Pero, como señala Bröckers, su entramado fiscal sitúa a la compañía de Jeff Bezos fuera del control impositivo de Estados y ciudades: Seattle, donde se sitúa la sede de Amazon, quiso introducir un impuesto a empresas que, al final del año, iba a costar a la compañía menos de 30 millones de dólares por ejercicio. La respuesta fue “ni de broma”. La empresa amenazó con paralizar sus proyectos en la ciudad y el Ayuntamiento de Seattle se vio obligado a recular.
En España, la última estimación de un portal especializado situaba a la compañía en un beneficio de 4.700 millones de euros. La realidad que conocen el fisco y la autoridad laboral rebaja esa cifra a los 496 millones que las cuatro empresas “españolas” de Amazon han declarado en 2018. El esquema fiscal de Amazon en todo el mundo da la respuesta de cuánto aporta realmente a la Hacienda española: una cantidad irrisoria. Más concretamente: 864.000 en impuesto de sociedades para un total de 4,4 millones en total. Más concretamente: de cada cien euros que Amazon gana en España, paga 0,1 céntimos en impuestos.
Bröckers recuerda que Luxemburgo es la principal base para el desembarco de Amazon en el continente: “El socio ideal para convertir los más de 110.000 millones de euros facturados entre 2007 y 2016 en unas ganancias de apenas 475 millones de euros”. La fórmula Bezos trajo premio cuando Luxemburgo devolvió 15 millones en impuestos a la compañía, algo que acarreó una multa de la Unión Europea al país del Gran Ducado por su manga ancha fiscal a la compañía de Bezos y porque una cosa es una cosa y seis, media docena.
“Como contribuyente de a pie, uno se pregunta por qué resulta tan complicado gravar de forma razonable a los gigantes de internet como Amazon y compañía. Hacerles pagar los impuestos justo cuando y donde sus clientes generan las ventas y no después de que las ganancias se hayan calculado a la baja y se hayan trasladado a paraísos fiscales”, resume Bröckers. La clave de ese esquema es la facilidad con la que, hasta ahora, Amazon ha transformado un volumen de negocios nunca visto en unas ganancias muy inferiores o incluso en un resultado de pérdidas. En el último ejercicio, Amazon EU Sarl, el vehículo financiero de la compañía en Luxemburgo, declaró números rojos por valor de 876,2 millones de euros" 

https://www.elsaltodiario.com/capitalismo/black-friday-amazon-jeff-bezos-vende-planeta-tierra

viernes, 29 de noviembre de 2019

Del consumirnos


Jorge Arbesto:
 
"En un capítulo de la serie Merlí, el profesor de filosofía plantea a su clase el siguiente dilema: “Vais por la orilla de un lago y veis a un niño que se ahoga, pero lleváis unos zapatos nuevos de 80 euros que se destrozarán si entráis en el agua a salvarlo. ¿Qué haríais?”. La clase responde al unísono que sin duda salvarían al niño y Merlí objeta: “¿Entonces por qué no dedicáis esos 80 euros a mejorar las condiciones de vida de personas en necesidad extrema en lugar de gastarlos en unos zapatos?”.
Este dilema, que los guionistas de la serie plagiaron palabra por palabra de Peter Singer, equipara la escena del niño que se ahoga ante nuestros ojos con nuestra posición ante la realidad conocida de los 27.000 niños que mueren cada día por causas evitables sin que nosotros sacrifiquemos para evitarlo las cantidades excedentarias que dedicamos a nuestro ocio. Singer sugiere que cada euro que malgastamos en objetos innecesarios es responsable silente de la muerte de aquellos que podríamos haber salvado.
Sin ser tan categórico, en todo caso sí podríamos afirmar que una posición ética decente nos obligaría a auscultar cada uno de nuestros gastos con un talante de crítica gravedad. A sentir el peso y la trascendencia de cada uno de nuestros hábitos de consumo y juzgarlos, todos y cada uno de ellos, en una balanza oponiéndolos al mal que causan. Por ejemplo, no haría falta resolver la Conjetura de Poincaré para, con simples operaciones matemáticas, calcular cuántas muertes infantiles se necesitan para extraer un gramo del coltán con que se construye un móvil.
Y lo justo sería que en sus especificaciones figurasen los decimales de niños muertos utilizados, así como las otras consecuencias gravosas de su fabricación. Esto convertiría el acto de su compra en algo comprometido, perturbador y que necesitaría de embarazosas justificaciones. Y si aun así se adquiriese, quizá habría que pensar —siguiendo a Singer—, cómo tratar de compensar de algún modo el daño causado.
En su lugar, nuestro consumo acostumbra a ser de una inconsciente y autocomplaciente ligereza. Y no es ya que en el acto de consumir nos acometa una conveniente amnesia sobre las consecuencias negativas que tan bien conocemos, sino que caemos con irreflexiva alegría en contradicciones palmarias. Así, los mismos que nos manifestamos hondamente conmovidos a favor de la declaración de emergencia climática tomamos vuelos para unirnos a las muchedumbres de turistas que enjambran ciudades y espacios naturales de todo el mundo. Los mismos que padecemos y nos escandalizamos por la subida de los alquileres utilizamos en esos lugares que visitamos en muchedumbre las mismas plataformas tecnológicas responsables de la gentrificación de nuestros barrios. Pedimos que se ponga coto en nuestras ciudades, pero lo aprovechamos en las otras"
 

lunes, 18 de noviembre de 2019

La ingobernable

 
Lidia Falcón:
 
"Durante ese periodo interminable entre convocatorias electorales este Presidente oportunista que tenemos, que está haciendo siempre cálculos sobre los rendimientos de sus estrategias, creyó que las nuevas elecciones le darían una ventaja apreciable de escaños respecto a los que ya tenía. Con este horizonte se las prometió muy felices: subiría hasta 150 escaños –lo que le vaticinó su amigo José Félix Tezanos del CIS- , hundiría a Unidas Podemos y le restaría poder de presión, acabaría con Ciudadanos (única predicción que se ha cumplido) y mantendría en la irrelevancia a VOX.
Pero las voluntades de los ciudadanos a veces no se cumplen como desean sus dirigentes y  ante el evidente fracaso de los resultados electorales, con la pérdida de 750.000 votos, y la debilidad de UP, que tampoco le sirve para formar gobierno, avalan la hipótesis de que Sánchez no quiere verse abocado a rendir cuentas ante su partido y ante la ciudadanía  de la estrategia que ha seguido durante el verano y que ha logrado resultados negativos y preocupantes.
Sin embargo, los efectos colaterales de esta estúpida estrategia son que la nueva consulta ha permitido que la extrema derecha sume un millón de votos más y se sitúe en el Parlamento con 52 diputados, resultado impensable hace unos meses cuando habían obtenido 24; que Ciudadanos, que podía haber sido un apoyo decisivo a un gobierno liderado por el PSOE, con sus 56 escaños, se haya convertido en una fuerza marginal con sus 10 modestos diputados; que Esquerra Republicana de Cataluña, dicen que la formación política más moderada del independentismo, haya perdido 2 diputados y que los fanáticos de JxC los hayan ganado a su vez.
Evidentemente el negocio que pensaba realizar Sánchez no se ha cumplido. Y en cambio Unidas Podemos, y a pesar de la pérdida de 600.000 votos y 7 escaños parece la ganadora (...)
Leyendo el acuerdo, dos páginas con 10 puntos tan escuetos como el Decálogo judío, es poco seguro que se cumpla el programa de Iglesias y sus exigencias de un giro radical a la izquierda que ha manifestado durante años en las campañas electorales. Las expresiones de los propósitos que se plantean cumplir son genéricas y tan abstractas que algunas pueden ser perfectamente compartidas por la derecha, como la 1ª que dice: “Consolidar el crecimiento y la creación de empleo. Combatir la precariedad del mercado laboral y garantizar trabajo digno, estable y de calidad.” ¿Y qué formación política no promete lo mismo? Lo que resulta un misterio es cómo se proponen llevar a cabo tan ambiciosos propósitos.
La 2ª: “Trabajar por la regeneración y luchar contra la corrupción” que está en el programa de todos los partidos políticos.  Y todas las demás: “Proteger los servicios públicos, especialmente la educación -incluyendo el impulso a las escuelas infantiles de cero a tres años-, la sanidad pública y la atención a la dependencia. Blindaje de las pensiones de nuestros mayores: asegurar la sostenibilidad del sistema público de pensiones y su revalorización conforme al coste de la vida. La vivienda como derecho y no como mera mercancía. Apostar por la ciencia como motor de innovación económica y dignificar las condiciones de trabajo del sector. Recuperar talento emigrado. Controlar la extensión de las casas de apuestas.” hasta la extrema derecha lo promete (...)
Y, pregunto, ¿este es el programa por el que se ha batido el líder de Podemos durante más de un año? Más aún, ¿este el programa por el que ha luchado la izquierda durante décadas, con tantos sufrimientos?
Resulta enormemente indignante que Pablo Iglesias envíe ahora un mensaje a su militancia advirtiéndoles que no podrá llevar a cabo las transformaciones que pretenden porque las condiciones en las que se encuentra su formación no lo van a permitir. Es decir, que la debilidad de sus 35 escaños le impide exigir al PSOE giros a la izquierda decisivos. Pero estas condiciones ya eran evidentes antes de elecciones, incluso un poco mejores, y sin embargo se empecinó en exigir su participación en el gobierno, que Sánchez detestaba, hasta que se rompió la cuerda. Y para arrastrar a su partido a nuevas elecciones no tenía ni siquiera la esperanza que abrigó Sánchez de aumentar su influencia, porque nadie era tan iluso que lo supusiera.
En definitiva, UP se encuentra nuevamente en el dilema de escoger entre apoyar la investidura del PSOE sin entrar en el gobierno, como tantas le pedimos, en lo que ya se ha denominado un “pacto a la portuguesa”, en la que su postura de oposición le permitiría seguir defendiendo un programa de izquierda y criticar aquello que Sánchez no aceptara, o, como parece que va a hacer, entrar en el Consejo de Ministros con dos o tres ministerios. Para hacer la política del PSOE.
Porque o se es muy ingenuo o se  puede entender claramente que en un gobierno con 18 o 20 carteras, la presencia de las tres provenientes de UP únicamente tendrán posibilidad de protestar en las reuniones cuando las decisiones que allí se tomen no correspondan ni a su ideario ni a sus esperanzas. Y después salir a denunciar públicamente los incumplimientos de Sánchez. ¿Y eso es lo que queremos desde Unidas Podemos? ¿Participar en un gobierno donde no tengamos influencia, se nos ningunee o desprecie y se provoquen continuos conflictos?
Porque afirme lo que quiera Iglesias, como en tiempos pasados en España, o en Francia y en Alemania donde la izquierda se ha plegado a gobernar con la derecha, el resultado de esas alianzas ha sido que el partido dominante se ha atribuido los éxitos en materias sociales y ha acabado por hundir a la izquierda"
 
 
 

lunes, 4 de noviembre de 2019

Mercados marcados

 

Eric Toussaint:

 

"La religión de los mercados

Casi todos los dirigentes políticos, ya sean de la izquierda tradicional o de la derecha, ya sean del Sur o del Norte, cultivan un verdadero culto a los mercados y, en particular, al mercado financiero. Habría que decir, más bien, que fabrican una religión de los mercados. Todos los días y en todos los hogares que tengan televisión o una conexión internet se escucha una misa para honorar al dios Mercado: es el momento en que se informa de la evolución de la cotización en la Bolsa  y las expectativas de los mercados financieros. El dios Mercado envía sus señales mediante la voz de un o una periodista de economía, o de un o una cronista sobre finanzas. Y no solamente es cierto para todos los países más industrializados sino también para la mayor parte del planeta. Ya sea que estemos en Shanghái o en Dakar, en Río de Janeiro o en Johannesburgo, en Bruselas o en Atenas, recibiremos las «señales enviadas por los mercados». Para amplificar, en el espíritu de los creyentes, la potencia de los dioses de los Mercados, los y las comentaristas anuncian periódicamente que «ellos» han enviado señales a los gobiernos indicando su satisfacción o su descontento.
Los lugares en los que los dioses son susceptibles de manifestar sus humores con mayor potencia son Wall Street en Nueva York, la City de Londres, las Bolsas de París, Fráncfort o Tokio. Para medir su descontento se han inventado instrumentos que llamamos índice Dow Jones en Nueva York, Nikkei en Tokio, CAC40 en Francia, Ibex35 en Madrid… Para asegurarse del beneplácito de los dioses, los gobiernos sacrifican los sistemas de seguridad en el altar de la Bolsa. También privatizan. Y también vigilan que el reparto del valor añadido se haga siempre a favor del capital en detrimento del trabajo.
¿Por qué se les ha otorgado atributos religiosos a simples operadores? Ni son desconocidos ni puros espíritus. Tienen un nombre y una dirección: son los principales directivos de doscientas grandes transnacionales que dominan la economía mundial con la ayuda del
G7 , que ha vuelto, gracias a la crisis, al primer plano. Los inversores institucionales (grandes bancos, fondos de pensiones, aseguradoras, hedgefunds, etc.) que dominan los mercados recibieron de los gobiernos billones de dólares bajo forma de donaciones o préstamos que sirvieron para ponerlos nuevamente en marcha después de la debacle de 2007-2008.
Es necesario luchar contra el fundamentalismo y el radicalismo de los mercados financieros. Hay que desarmarlos. Se debe romper con el sistema capitalista sobre el que se erigió la religión de los mercados.
En realidad, creo que la situación es más compleja: la Fed sabe perfectamente que la salud de los bancos es mala y es en parte falso que ignore las señales que envían. Por el contrario, le debemos reprochar que se rindiera ante las exigencias de los mercados y exigirle cambios radicales concernientes a la política, las misiones y la estructura misma de los bancos centrales.
La Fed sabe muy bien que la riqueza de los directivos y de los accionistas de los grandes bancos privados va en aumento mientras que prosiguen y amplifican, día tras día, sus prácticas inaceptables. Y esas prácticas conducirán a una próxima y feroz crisis. La Fed sabe también que la economía estadounidense va mal a pesar de las fanfarronadas de Trump, y a pesar de un porcentaje de desocupación históricamente bajo. Esa tasa de desempleo es falsamente tranquilizadora y, de hecho, es engañosa ya que los patrones apoyados por los sucesivos gobiernos han obligado a los trabajadores y trabajadoras a aceptar contratos cada vez más precarios y mal pagados. Además, millones de desempleados han renunciado a hacer las gestiones oficiales para ser indemnizados (cobrar subsidio de desempleo) y así desaparecen de las listas de desempleados. La Fed sabe muy bien que la supuesta buena salud de la economía estadounidense reposa sobre una montaña de deudas privadas y públicas que sirve esencialmente a la especulación, y que llevará tarde o temprano a una nueva crisis mayor. A ello agreguemos que el crecimiento de la producción del sector industrial en Estados Unidos es muy bajo en 2019, pudiendo llegar a la estagnación, o francamente a la recesión en 2020. Además las inversiones en el sector industrial han bajado en los dos últimos trimestres.Las exportaciones de productos manufacturados descienden.
La Fed sabe que si aumentara los tipos de interés y si no se inyectara constantemente liquidez, algunas grandes empresas (incluidos los bancos) quebrarían. La Fed sabe que, si se preocupara realmente de la prevención de los riesgos bancarios y por ello pidiera a los bancos aumentar sus fondos propios  y la liquidez que deberían guardar en tesorería, se produciría una «sublevación», entrarían en pánico y llamarían a Trump. Por consiguiente, la Fed se pliega a las exigencias de los mercados sin entusiasmo pero dócilmente. En este caso, las exigencias de los mercados son claramente lo que exigen una quincena de grandes bancos privados de Estados Unidos (de los que cuatro poseen 377.000 millones de dólares en reservas líquidas y son: JPMorgan Chase, Bank of America, Citigroup y Wells Fargo) y los grandes fondos de inversión como BlackRock, por ejemplo.
Lo que es seguro es que la situación del sector financiero privado en Estados Unidos (y en todo el mundo) es muy inquietante, pues de lo contrario ¿por qué la Fed inyectaría liquidez en forma permanente desde el 17 de septiembre?"
 
 
 
 

viernes, 1 de noviembre de 2019

Radiografía con autocracia al fondo


Los jóvenes de las acampadas catalanas lo dicen claro: el estado español genera cada vez más descontento entre los jóvenes con sentencias como la del 1-O, la de Altsasu, la Reforma Laboral o la Ley Mordaza.
El PSOE de Iván Redondo contaba con poder aplicar otro 155 antes de las elecciones y se ha encontrado con una respuesta popular estilo chalecos amarillos que ha desbordado a instituciones y asociaciones procesistas catalanas. De hecho, jugada genial, los bloques tienden ahora a equipararse demoscópicamente camino al 10-N. Tal y como avancé este verano, la jugada del PSOE hacia nuevas elecciones pretendía restaurar el bipartidismo, y helo aquí. Iglesias tiene razón cuando insiste en que tratarán de reeditar el pacto abstencionista entre PSOE y PP, en vista de que C´s apenas lucha ya para sobrevivir, tras su estruendosa desobediencia al IBEX35, como Frankenstein desatado contra el creador y luego enterrado por PRISA y el resto de prensa conservadora.
Y Cataluña suele ir por delante del resto del territorio. Sufrió primero los recortes del Govern de Mas, quien tuvo que salir en helicóptero del Parlament entonces, y la represión policial y pelotas de goma al ojo que se extenderían en los años de plomo españoles poscrisis. 
Ahora toma las calles de nuevo en un 15M menos comeflores, protagonizado por los nuevos y descreídos jóvenes, anticipo de lo que le queda al resto de la maltratada juventud española por hacer una vez la recesión y los recortes, mochilas austriacas del PSOE y otras lindezas se instalen por aquí.
Avisé de esto hace muchos meses. Avisé a mis tutorandos en Septiembre de lo que iba a ocurrir en Cataluña tras la sentencia. Y se van cumpliendo mis vaticinios sobre las nuevas generaciones precarias que acceden, o ni siquiera lo logran, al esclavista mercado laboral español. 
Y el PSOE se declara unionista y federalista sin solución de continuidad de un día para otro, según en qué territorios hable, a la vista de todos. Y se vuelve a acordar en su programa por enésima vez de los pactos franquistas con el Vaticano. 
Y los múltiplemente chuleados españoles siguen corriendo a votar bipartidismo neoliberal.
Iglesias, para mi gusto en exceso servil hacia el PSOE hasta hoy, deberá subrayar en el debate a cinco que es el único partido que propone "recortes por arriba" frente a la política de recortes que preparan los otros cuatro, en las combinaciones que sea. Persisten en no exhumar a Franco de grandes empresas y bancos, Iglesia, Judicatura y cuerpos de represión del Estado. 
Ya se encargó culpablemente el gobierno en emitir un comunicado en inglés sobre la alta calidad en derechos y libertades de la democracia española. Muy creíble mientras la policía atropellaba y sacaba ojos el primer día de manifestaciones que empezaron siendo tensas, pero pacíficas. Pero se trata siempre de que esto último se tuerza en nuestra democracia a raudales, cómo no. Esta vez no se encontraron abuelas como durante el pacífico 1-O de la performance de referéndum, sino a los nietos cabreados -han dictado estos días las redes sociales catalanas. 
Es lo que tiene la represión, lo que se buscaba para equipararlos al terrorismo, el tic preferido de la jurisprudencia fascista del enemigo.
Lo que ocurre en España, en fin, es que crece el apoyo popular a la autocracia, qué le vamos a hacer. Los votantes son sabios.