“En los países democráticos no se percibe la naturaleza violenta de la economía, mientras que en los países autoritarios lo que no se percibe es la naturaleza económica de la violencia”
Bertolt Brecht

"Hay que aprender de los errores del siglo XX y superarlos. El capitalismo no lo ha hecho. Los socialistas deben hacerlo"
Tariq Ali

"La cuestión no es mercado sí o mercado no, es qué espacio tenemos que concederle al mercado para que tenga efectos positivos y qué espacio tenemos que quitarle para que no tenga efectos negativos"
César Rendueles ("Capitalismo canalla" antídoto para "Los enemigos del comercio" de A. Escohotado)

"Los poderosos siempre han perseguido a los alfabetizadores, a los que paraban las balas con columnas de periódico, a los que hacían escudos con libros cargados de metáforas y razones. También a los que han hecho visibles a los invisibles, a los que enseñan a decir no con una sonrisa y también a los que enseñan desde el monte a recordar que no hay que vivir de rodillas"
J.C. Monedero

Qué son los PsyOps: "Los daños que causan las PsyOps [Operaciones Psicológicas] se reflejan en la aparición de cambios en el plano cognitivo y mental (...) Toda operación militar, y por tanto toda operación psicológica, tiene que contar con una cadena de mando. El análisis detallado de los mensajes a través de Twitter y Facebook ha permitido descubrir «nodos de red», o sea estados mayores implicados en la operación. Estos están entrenados en el uso de métodos de control de las multitudes para crear una situación de contagio entre individuos de diferentes medios y orígenes. De esa manera, los estados mayores logran localizar fácilmente los «repetidores de opinión», o sea los individuos que influyen sobre los demás. Los especialistas pueden entonces optar entre informarlos sobre el proyecto o mantenerlos en la ignorancia de lo que está sucediendo"
Valentin Vasilescu (experto en inteligencia militar)

"Gozamos de tres bienes de valor incalculable. La libertad de conciencia, la libertad de palabra y la prudencia de no usar nunca ninguna de las dos". Mark Twain.


lunes, 31 de diciembre de 2018

Democracia en alquiler


La alcaldesa Botella juega ahora a Caperucita Roja que evita despidos tras su propio caos de sucio aprendiz de brujo privatizador, y nos lee cuentos infantiles como a gilipollas para ilustrarnos sobre la maldad madrastra de las huelgas y la bondad de la sumisión cenicienta, cuyo zapato mágico el diputado de las CUP quiso calzar en el marmóreo rostro del príncipe azul de las preferentes, Rodrigo Rato, que le salió rana a este país esquilmado y estafado por sus oscuros sortilegios de genio de la botella, más terrorífico que el propio Poe. 
Pero desengañémonos: por más que algún lobo solitario de la Justicia haya soplado para derribar la casa de sobresueldos de chocolate de los muchos cerditos, finalmente siempre ha corrido la suerte del lince ibérico en extinción. Mientras que estos, superando con creces a sus émulos orwellianos, tras desahuciar al resto de inquilinos del reino lo ofrendan encantados a precio de saldo a vampiros y fondos buitre de reinos financieros lejanos. Y colorín colorado este cuento nos ha arruinado. (Noviembre 2013)



  • "La sociedad de los propietarios iniciada en el franquismo y alimentada por el régimen del 78 ha creado una enorme base de pequeños propietarios que es el substrato social conservador y reaccionario cautivo de los partidos constitucionales. Ha sido el esfuerzo presupuestario del Estado español durante 60 años el que ha creado esa acumulación primitiva de capital de la sociedad de los propietarios renunciando a un parque público de alquiler. Aunque la clase trabajadora de este país ha olvidado la revolución del 36 no ha sido así para esas élites que llevan 60 años contrabalanceando su miedo al populacho.
  • Con la entrada en la Unión europea, las políticas neoliberales de financierización de la vivienda casaron como anillo al dedo con la política franquista de la sociedad de los propietarios: el volumen de inversión desbocada en vivienda y infraestructuras, el llamado circuito secundario de acumulación capitalista, ha sido superior a cualquier otro de los países desarrollados. Ese circuito secundario de acumulación ha continuado teniendo un papel fundamental en las políticas anticíclicas del BCE y BdE para afrontar la crisis del 2007 y la caída del sector industrial.
  • Conservar ese substrato social cautivo sumado a la creciente presencia de los grandes inversores en el alquiler de viviendas (banca, socimis, etc) exige un creciente presupuesto. Con la crisis del 2007 se suprimen las costosas desgravaciones fiscales a la compra de vivienda, pero el Estado español, continuará realizando su mayor esfuerzo presupuestario en vivienda subvencionando a los propietarios -caseros- a través del sistema fiscal.
  • Las subvenciones fiscales a los propietarios – exenciones y desgravaciones – sostenemos que superan los 10.000 millones anuales sumando las del IRPF y las del Impuesto de Sociedades. La Hacienda Pública regala cada año más y más dinero a los propietarios-rentistas- en la medida que crecen y crecen los hogares que viven en viviendas de alquiler que se acercan ya a los 4 millones. El crecimiento estatal de los hogares en alquiler hasta el 18% es consecuencia de la expulsión de la sociedad de los propietarios de amplias franjas de la población precaria que no tienen ya perfil financiero solvente. Dicho de otra manera, el Estado español renuncia desde hace décadas a miles de millones para supuestamente incentivar el mercado de alquiler y abaratarlo. Aunque el objetivo presupuestario de esa clase de fomento del alquiler ha sido un fracaso estrepitoso en realidad ha sido un éxito político y electoral de los partidos constitucionales.
  • Todo esto se resume en la disparatada diferencia de la tributación fiscal de las rentas del trabajo y las rentas del alquiler que declaran los propietarios caseros pues los trabajadores pagan 10 veces más, o sea, un 1000% más. El precariado es el más perjudicado tanto por pagar más impuestos como por ser exprimido por el propietario-casero, sea cual sea su condición. Al perro flaco todo son pulgas. Eso demuestra que vivimos en un país profundamente clasista, que no ha dejado atrás la herencia franquista, porque los que no trabajan, los rentistas, pagan menos impuestos o ninguno como la Iglesia católica"


domingo, 30 de diciembre de 2018

El 2018 de las luchas


Ángeles Maestro: 

"El movimiento en defensa de las pensiones públicas puede tener gran trascendencia, por varios motivos:
Toda movilización arroja luz sobre el sin fin de razones que permanecían ocultas y que se deben a las pensiones de miseria, sobre todo las de las mujeres: el escarnio del copago de medicamento que deja al 27% sin retirar los fármacos prescritos de la farmacia, las personas mayores muertas por frio, asfixia o incendios por no poder pagar la luz, los desahucios, etc.
Aunque nacieron señalando en primer alugar al PP, que es quien gobernaba, ponen en la picota – también – al PSOE , a CC.OO. y a UGT, que fueron quienes han ido acordando recortes tras recortes desde 1985 (ésta vez sin el apoyo de CC.OO.). Y sobre todo quienes pactaron, ahora con CC.OO. también, en 2010 la reforma más salvaje: el retraso en la edad de jubilación hasta los 67 años y el aumento en el tiempo de cotización para acceder al 100% de la pensión.
– Cuestiona también directamente un “pacto de Estado”, que como los Pactos de la Moncloa, involucró a todo el arco parlamentario y a los dos “sindicatos mayoritarios” en un compromiso estratégico que se sustentaba sobre la falacia de la insostenibilidad de las pensiones públicas y abre la puerta a las pensiones privadas: el Pacto de Toledo. Para muestra un botón: CC.OO. y UGT participan junto a la CEOE y el BBVA en la gestión del Fondo de Pensiones de la Administración General del Estado. Por esta “gestión”, que incluye la cotización en Bolsa y la inversión en fondos de capital-riesgo, reciben alrededor de un millón de euros anuales.
Se comprenderá ahora la negativa de la Coordinadora Estatal de pensionistas, como de la Marea Pensionista a aceptar que quienes han colaborado decisivamente al saqueo, se coloquen junto a ellos en la pancarta.
Pero la denuncia de mayor trascendencia que es preciso hacer es el intento de CC.OO y UGT, junto a PSOE, IU y Podemos de situar la responsabilidad de recortes y privatizaciones exclusivamente en el gobierno del PP. Se oculta sí el papel decisivo de la UE y el FMI ante los que se pliegan, sin excepción todos los gobiernos europeos independientemente de su color (Syriza incluida), para a continuación hacer creer que con un gobierno “progre” los problemas podrían resolverse (...)
El 8 de marzo fue una explosión de recuperación del espacio social de quienes encabezan todas las estadísticas del desastre: del paro, del desempleo sin prestaciones sociales, del empleo temporal y a tiempo parcial, de las pensiones de miseria, del consumo de ansiolíticos y antidepresivos, de las inmensas jornadas de trabajo tras salir del curro, de quienes sufren las consecuencias de los recortes en becas de comedores escolares, de la falta de escuelas infantiles públicas, del colapso de los servicios de atención a los mayores y a las personas dependientes, de la falta de medios de planificación familiar, de la violencia machista…
La calle fue ocupada por mujeres de todas las edades: algunas veteranas de muchas luchas y la mayoría, incorporándose por primera vez a la conciencia de que los problemas que atormentan cada día, son colectivos, y que vale la pena luchar. Fue la culminación, por ahora, de una escalada de participación muy importante, porque desde hace algunos años las movilizaciones van creciendo en participación. Eso es sin duda lo más importante, el balance más positivo (...)
La huelga que más visibilización mediática tuvo – obviamente – es la llamaba sólo a las mujeres, pretendiendo que los hombres hicieran su trabajo y se ocuparan de las tareas domésticas. Digo – obviamente – porque es claro que esta huelga apuntaba a los hombres, no al capital, como responsable de la situación de las mujeres. Se les pedía que hicieran de esquiroles, que ese día se ocuparan de los niños, de los ancianos, de la comida, etc.
La consecuencia directa es que no había reivindicaciones concretas: ni más escuelas infantiles o centros para mayores públicos, ni aumentar las pensiones, ni disminuir los años de cotización para la pensión de las mujeres con cargas familiares, ni más centros de planificación familiar, ni comedores escolares gratuitos y comedores de centro de trabajo, etc, etc.
El resultado de movilizaciones tan gigantescas, al igual que el del 15 M, es amargo y encierra un grave riesgo de desmoralización en la medida en que todo permanece igual al día siguiente
El planteamiento que subyace es el siguiente: la contradicción fundamental es la que enfrenta a mujeres con hombres. La idea es profundamente errónea y contribuye decisivamente a escamotear a las mujeres que la causa fundamental de sus males es la explotación de clase y que para enfrentarla son necesarias mujeres y hombres (...)
El punto más débil de ese feminismo burgués e imperialista es que se asienta sobre bases biológicas que situarían en la misma trinchera a Ángela Merkel y a una trabajadora inmigrante, porque las raíces sociales – que son las reales – están atravesadas por la contradicción fundamental: capital – trabajo, burguesía – proletariado, o dominación frente a resistencia anti-imperialista. Y las mujeres de la burguesía – exactamente igual que los hombres – son enemigas de las mujeres trabajadoras y de los pueblos subyugados, y para destruir esa dominación de clase, es preciso forjar la unidad internacionalista más firme entre el conjunto de la clase obrera"



viernes, 28 de diciembre de 2018

De los no tan inocentes






"Hannah Arendt en “Eichmann en Jerusalem” acuñó la famosa idea de “banalidad del mal” para establecer que los criminales fascistas no eran monstruos, sino sujetos normales, normales hasta la trivialidad, fanáticos de la intrascendencia y adictos a la subordinación (...) Y en el Estado español, tal extremo queda claro en lo que postula la ultraderecha: una tentativa de retorno a las viejas estructuras ideológicas y sociales no ya franquistas, sino directamente del ancient régime, como las de un Estado política y culturalmente unitario, una sociedad elitista y una familia cristiana (sea lo que sea eso), adornado con fantasías de nostalgias imperiales en tono bélico, y todo ello en un entorno inevitable de modernidad tecnológica y fundamentalismo neoliberal (...) Con la mentira, desde luego, porque no hay ni caos delincuencial, ni invasión musulmana, ni la Ley Integral de Violencia de Género discrimina a la mitad de la población (como afirmó el caudillo ultraderechista en una arenga a sus mesnadas), ni existe una agenda gay que pretenda intoxicar a la juventud. Pero es que solo desde lo banal, descalificando obviedades, negando datos, con afirmaciones indemostrables y propalando bulos, se puede a su vez banalizar tanto las aspiraciones de tanta gente. Porque de eso se trata en el fondo (...) Sugiere, en resumidas cuentas, que mujeres, inmigrantes, colectivo LGTBI, ecologistas o defensores de los derechos humanos no tienen de qué quejarse y que la militancia en ese sentido es algo así como el ejercicio diletante de un gusto caprichoso que puede fácilmente integrar una quinta columna de conspiradores o devenir oficio mercenario subvencionado (...) Aduce que los derechos LGTBI, de las mujeres, de los refugiados e inmigrantes, el derecho a un medio ambiente sano, a la cultura, a no convertir toda la vida en tiempo de trabajo son, en realidad, pueriles e innecesarios, poco masculinos (recordemos que 3 de cada 4 votantes de la ultraderecha en Andalucía son varones) y, en resumidas cuentas, onerosos económicamente para las arcas públicas (...) Lo terrible del sujeto banal es que está dispuesto a suscribir soluciones bárbaras: endurecimiento de los códigos penales, mayor impunidad para la policía, condiciones de trabajo draconianas y fronteras inexpugnables. Unas soluciones que son el corolario lógico de considerar los derechos algo banal y a la postre, prescindible. Decía Ernst Bloch que el fascismo otorga a los individuos desorganizados una oportunidad para expresarse: la ultraderecha española augura una venganza de los normales, de los triviales, del varón español, cristiano, blanco, heterosexual, de clase media, apolítico (si es que eso es posible), del sujeto banal de Hannah Arendt"




"Hay circunstancias en las que parecería que la esperanza se detiene y quedamos atrapados en un inmovilismo donde “todo lo que vive está bajo condena”. Esa fue la dura advertencia que hace más de medio siglo atrás escribieron Max Horkheimer y Theodor Adorno en las últimas líneas de su “Dialéctica de la Ilustración”. En el contexto de la segunda guerra mundial y la revelación del holocausto, los dos filósofos alertaron que esa humanidad que abrazó a ciencia y la razón, al contrario de sus aspiraciones, caminaba hacia la barbarie y la destrucción (...)
El congelamiento de la esperanza, en el análisis de Horkheimer y Adorno, estaba enmarcado en la estupidez. Recordemos que esa palabra alude, en castellano, a una “torpeza notable” en comprender las cosas, y esto es justamente lo que ocurre. A pesar de tener toda la evidencia a la mano sobre las severísimas consecuencias de lo que está sucediendo, los gobiernos, las empresas y buena parte de la sociedad parecen no comprenderlo, como si no aprehendieran lo que les rodea, y persisten en mantener estilos de vida que reproducen una y otra vez el deterioro (...)
Este componente de la estupidez ya no puede negarse gracias a los desvaríos que observamos con Donald Trump en Estados Unidos, diciendo entre otras cosas que el cambio climático no existe o que es un invento de los chinos. Esa todavía más evidente en los dichos de Jair Bolsonaro y miembros de su equipo en Brasil (...) Sea de un modo u otro, la estupidez ya no se disimula.
Navegamos en la extraña condición donde son millones los que se entretienen en ver quién es más estúpido, si los Trumps o los Bolsonaros en cada uno de nuestros países. Entretanto la crisis avanza, sin pausa. Denunciamos o festejamos al estúpido pero con ello quedamos inmovilizados y en alguna medida nosotros también jugamos el papel de tonto. Por más que se coloquen los videos de las tonterías en Facebook o se reenvíen a los amigos del WhatsApp, nada de eso asegura solucionar los problemas ni está sirviendo para evitar votar en la próxima elección a otro tonto (...)
Cada impacto social o ambiental se asienta sobre los anteriores. Como son tantos y su acumulación tiene ya se aproxima a dos siglos, la actual discusión científica ahora apunta a la posibilidad de un colapso ecológico a escala planetaria en un futuro cercano. Se justifican entonces los dichos de Horkheimer y Adorno de que tanta estupidez termina en condenar a todo lo que está vivo.
La torpeza en entender la problemática socioambiental azota no sólo a los políticos profesionales sino también a buena parte del empresariado e incluso la academia. Estamos ante una estupidez sistémica, ya que al estar tan diseminada termina arrastrando a casi todos (...)
La estupidez contribuyó al giro que convirtió a la razón en una antirrazón, para seguir con los razonamientos de Horkheimer y Adorno, y que en sus tiempos describían como una lucha en lo alto por el poder fascista mientras que el resto debía adaptarse a cualquier precio a la injusticia para sobrevivir. Se podrá argumentar que aquel diagnóstico de la pareja de filósofos era adecuado para un mundo inmerso en una guerra mundial, pero no sería del todo aplicable a la actualidad. Pero vale la pena preguntarse si aquello es realmente muy distinto de lo que sucede en este joven siglo XXI"



jueves, 27 de diciembre de 2018

Feliz potlatch destructivo


De los milenarios cultos solares al solsticio de invierno -la muerte del sol y su resurrección al tercer día en el punto más bajo del horizonte, la estrella del Este y los tres reyes, la virgen, etc: los rasgos comunes desde el Horus egipcio al mito cristiano- al  actual potlatch destructivo global que decía Lévi-Strauss, del sobreconsumo basado en el intercambio competitivo para alimentar un sistema desbocado de sobreproducción. 

"En el nivel de consumo de España, el planeta no podría soportar más que a 2.400 millones de habitantes. Sobrarían, por tanto, más de las dos terceras partes de la humanidad... Aún más: en un mundo que utilizase sus recursos naturales y servicios ambientales al nivel en que lo hacen los EEUU hoy --¡que se proponen como modelo al resto del mundo!--, sólo podrían vivir 1.400 millones de personas. Si continuamos por la senda de este “modelo de desarrollo”, los genocidios están preprogramados". Jorge Riechmann




Babypiperos navideños



martes, 25 de diciembre de 2018

Por un gobierno de la calle


El filósofo-economista Fréderic Lordon (Tras años de intensa actividad desde que participara en #NuitDebut, Lordon llamaba hace semanas a ir al Elíseo y forzar la dimisión de Macron, desde la tribuna en Republique. En estas semanas en las que se decide el futuro de Francia, y especialmente el de la hegemonía dentro del bloque popular contra la Quinta República y Emmanuel Macron que la lidera, Lordon se ha implicado activamente en las manifestaciones destituyentes violentamente reprimidas por la policía. [Nota del traductor])


"Hacerse odiar por los mercados financieros y por la prensa del capital son cumplidos del todo honorables. ¿Es suficiente para adherirse plena y enteramente a la Francia Insumisa? Claro que no (...)  ¿Y dónde está en realidad la Francia Insumisa? Por un lado François Rufin hizo campaña en Picardía contra el Frente Nacional con una idea simple y fuerte: “Vuestro problema no son los inmigrantes, son los accionistas”. Eso es una línea clara, justa y ganadora. Pero la Francia Insumisa, o mejor dicho su estado mayor, no para de producir una nube de señales contradictorias, que hablan de encrucijada de los caminos estratégicos y se inquietan porque no sea el bueno el que se tome. 
Recordemos por tanto esta verdad de que las formaciones políticas no deben nunca dejarse sin vigilancia. Ni antes, ni después de las elecciones. Todavía menos después. Y con más razón cuando la Francia Insumisa porta un proyecto explícito de perturbar algunos grandes intereses y prepararse para encontrarse grandes resistencias. De ser, por tanto, capaz de oponerles una gran determinación. Puede si no encontrarse hecho trizas en el campo de batalla, en muy poco tiempo además. Y finalmente las instituciones son muy confortables, y si no llegamos a ellas porque es muy complicado nos veremos por largo tiempo en los sofás simulando algunos compromisos de fachada. 
Siempre me he preguntado, por ejemplo, si Mélenchon es presidente haría saltar, como ha dicho alguna vez, las estructuras de la propiedad mediática, o si no se inclinaría a negociar un pacto de no agresión, lo que sería una ilusión a la vez que un terrible error: con la retirada de la circulación internacional de capitales y la desfinanciarización, la desprivatización/socialización de los medios es un requisito sine qua non de toda experiencia gubernamental de izquierda (...)
Con respecto a Syriza, el tema estaba claro desde el principio. Sin la más mínima posibilidad de mantener la relación de fuerzas por una amenaza creíble de salida del euro, y con el único recurso de esperar la buena voluntad democrática de la Unión Europea, el Gobierno Tsipras no podía terminar más que arrodillado. Podemos, es todavía más simple. Iglesias se ha desplomado desde el verano de 2015, admitiendo que no hará gran cosa de más que seguir un programa social-demócrata de lo más clásico, léase, de lo más apático. 
En cuanto a la cuestión del euro, ya la han evacuado formalmente: no se intentará ni realizar el simulacro Tsipras. Es decir se pedirá educadamente, se recibirá un no, y estará muy bien. Puede incluso que ni se pida nada. Procedamos por comparaciones homogéneas: las intenciones sobre el papel de la Francia Insumisa son de entrada mucho más firmes que las de Syriza o Podemos, sobre todo pero no sólo, en la confrontación europea. La cuestión es, por supuesto, ¿qué queda de las intenciones en la práctica del poder? Esta es solo mi opinión, o mejor son mis dudas. Pero como no se terminará nunca de sondear los corazones y los riñones ni de leer los posos del café para hacerse una idea sobre la firmeza ‘real’ de los líderes políticos propulsados al poder, más bien nos vale hacer pivotar la cuestión sobre el “que está permitido esperar”(...) Para ese gobierno se trataría de alimentar una buena relación con la calle potenciando las contrariedades, con todo lo que supone de liberación de las formas rituales, impotentes, de las manifestaciones de Bastille a Nation [recorrido por el centro de París]. Yo digo “la calle” pero pienso en ocupaciones de fábricas, edificios vacíos, nuevas zonas de experimentación, a tomas del poder sobre el terreno. Pienso en todas las formas de acción que hacen de su potencia un desborde, para acabar con una relación de fuerzas global en la sociedad"



lunes, 24 de diciembre de 2018

Noche de paz


La destrucción ecológica y los trágicas consecuencias humanas que traerá, a unas escalas desconocidas históricamente, la amenaza financiera global, el peligro del rearme nuclear comandado por EEUU y sus amenazas en la frontera rusa y el mar de China, el tándem de temas principales de nuestro tiempo que deberían copar los titulares todos los días, como indica Chomsky, y machacarse en la conciencia de los escolares a diario para que entiendan cuál es la naturaleza del mundo que les deparamos: pero los tenemos muy ocupados con la ficción de los emprendedores, pintando banderas rojigualdas y aprendiendo reyes del glorioso imperio, como dice genialmente Escudier, donde no se ponía el sol ni con horario de invierno. Porque la era de Internet es la fiesta del conocimiento.


"El aumento gasto presupuestario español en Defensa sigue la pauta mundial. Se ha sumado a la fiesta a la que numerosos gobiernos han invitado a las empresas armamentísticas y el sector tecnológico y de desarrollo de nuevos instrumentos para la guerra. Más sofisticados y de mayor precisión. Entre los que también se vislumbra una nueva carrera nuclear. Los comandantes en jefe de los principales ejércitos del mundo manejarán en los próximos años una cifra sin precedentes, de 600.000 millones de dólares, equivalente a la partida total en Defensa que la Administración Trump baraja para 2018, incluyendo los gastos de mantenimiento y pagos salariales a sus militares -la mitad de la economía española-, para adquirir nuevo material bélico. Desde buques de guerra hasta cazas, medidas para la seguridad cibernética y el incremento de efectivos en sus ejércitos (...) La Administración Trump es otro de los gobiernos que ha enterrado el rigor presupuestario de la post-crisis. En 2018, las distintas partidas militares diseminadas por el plan económico de la Casa Blanca se elevaron en un 10%. Hasta rebasar los 647.000 millones de dólares. El IISS ofrece un dato palpable de que el jolgorio de la militarización hace tiempo que comenzó. Los diez mayores presupuestos de Defensa ya manejaron, en 2016, algo más de 1,1 billones de dólares; el PIB español. Aspecto al que no han sido insensibles las bolsas. El Índice de Inteligencia de Mercados de Bloomberg, precisa que los índices de las firmas de Defensa que cotizan en las distintas plazas bursátiles han aumentado un 27%, el doble del alza de estos activos en el S&P 500 americano desde la elección de Donald Trump. Al calor de operaciones como el acuerdo con Riad para la venta de material bélico americano por valor de 110.000 millones de dólares, que el mandatario de EEUU suscribió con las autoridades saudíes en su primer viaje oficial al exterior, los buenos augurios que se vislumbran sobre el comercio de armas, que en 2015 movilizó más de 370.700 millones de dólares o el incremento del gasto que los europeos harán en la OTAN y que, en términos cuantitativos, supondrán otros 100.000 millones de dólares. La bonanza del sector es ya visible. “Sólo falta el estallido de un conflicto global”, advierten los observadores internacionales “para que la bacanal se propague”"


domingo, 23 de diciembre de 2018

Institucionalizar apartheid



"De hecho es imposible desligar este debate de la cuestión sistémica: ante la caída global de la tasa de ganancia, las élites de los Estados europeos –y en todo occidente– no van a mantener su poder sin un aumento considerable de la explotación de la fuerza de trabajo. Esto solo podría solucionarse mediante una devaluación todavía más profunda de la mano de obra nacional. Algo que realmente parece muy difícil sin implementar gobiernos de carácter fuertemente autoritarios y antidemocráticos. (De hecho las opciones austeritarias de salida de la crisis y la represión del descontento ya apuntan a este escenario).
Pritchett parece asumir este contexto y optar por el “mal menor”: hacer recaer esta pérdida de derechos en solo una parte de la población, los extranjeros. El “consenso nacional” y la estabilidad política ahora amenazados por las crisis –política, económica– serían posibles pues a partir de una refundación étnica de las comunidades europeas y la instauración de un sistema de apartheid institucionalizado. Se trataría de crear dos grandes clases sociales separadas: los nacionales con derechos y los que les sirven y únicamente cuentan en tanto que fuerza de trabajo –los de fuera–. Una suerte de impugnación de la modernidad revolucionaria desde 1789 en adelante, cuyo objetivo sería el restablecimiento de un poder neoliberal ya abiertamente racista. En este sentido, las políticas de gestión de la inmigración de la UE –de exclusión y guetización social de los migrantes– simplemente habrían sido un precedente, desatado ahora gracias al desplazamiento operado por la emergencia de los posfascismos. De hecho, las leyes de extranjería de la mayor parte de Europa están destinadas precisamente a conformar esta estructura dual, de carácter claramente étnico, del mercado de trabajo pero todavía operan bajo la promesa de que si uno da todos los pasos requeridos al final acabará siendo un igual.
La propuesta de Pritchett, además, no solo generaría un nuevo consenso ideológico, sino que se adaptaría perfectamente a los intereses de distintos grupos de interés económico: bancos, corporaciones o pymes “nacionales” que se beneficiarían del apartheid institucionalizado. Así como a pensionistas y ahorradores agrupados en fondos que extraerían los dividendos de la hiperexplotación de los “no europeos”. Para todos ellos, el “Plan Pritchett” se presenta como la gran solución: la instauración de una sociedad dual cuyos modelos principales podrían ser la Sudáfrica del apartheid, el Estado de Israel, o la Arabia Saudí que él mismo menciona. ¿Pero salvaría esta propuesta realmente la democracia aunque fuese para unos pocos?
Los dos primeros ejemplos han sido posibles sobre la base de la represión salvaje, la segregación espacial –e incluso la ocupación y la guerra–. En el caso de las monarquías árabes del Golfo Pérsico –que Pritchett pone como ejemplo– es muy significativo ya que precisamente en ellas está acreditado el carácter de trabajo esclavo de todo tipo al que ha dado lugar este sistema de apartheid. Hay que considerar además que allí la dualización social es “viable” porque las rentas petroleras permiten mantener a una clase media nacional más o menos generalizada separada materialmente de una masa de inmigrantes temporales sin ciudadanía y con niveles de salario y de vida muy inferiores. No hace falta insistir mucho en que algo así aquí es imposible. Nuestra estructura económica y la actual relación de fuerzas del capital con una clase media menguante y progresivamente proletarizada lo hacen totalmente inviable. Mantener amplios sectores de trabajadores sin derechos solo provocaría más competencia, más resentimiento y probablemente alentaría las tendencias fascistizantes que se pretenden conjurar con esta propuesta. 
En realidad el peligro reside en que quizás bajo la retórica de controlar la inmigración para evitar a la ultraderecha, acabemos asumiendo formas fascistas de control de las poblaciones y de los conflictos que puedan llegar a producirse. No nos olvidemos de que el fascismo se ha definido históricamente como la introducción de prácticas coloniales de gestión de las poblaciones en el corazón de las antiguas metrópolis imperiales, como escribe Hannah Arendt.
La racialización o nacionalización de la ciudadanía es siempre un primer paso hacia un régimen dictatorial sobre los derechos y la movilidad de las fuerzas del trabajo"

jueves, 20 de diciembre de 2018

De medias tintas contra el gran calamar


Andrés Piqueras:

"Esas políticas impuestas están destinadas cada vez más a rescatar artificialmente y a costa de las sociedades el beneficio del gran capital global, en gran medida financiarizado. Algo que no se puede contrarrestar pidiendo al Estado una protección que no puede dar (ni ya está para eso); tampoco consiguiendo un nuevo país “independiente”, reproductor de lo mismo, por las burguesías locales; ni por supuesto intentando volver atrás en la historia, como pretende la izquierda del capital. Con el despotismo ciego de la extrema derecha, por su parte, lo único que se garantiza es la destrucción social con consentimiento de las masas, más y más programadas para votar por sus verdugos, para aplaudir el fin de la democracia liberal.
Para 2019 la situación se tensará todavía más en Europa. A partir de este mes el Banco Central Europeo dejará de emitir “dinero mágico”, sacado de la nada, para aparentar que la economía sigue funcionando más o menos normalmente. Con ello son de prever en el futuro cercano nuevas subidas de las deudas soberanas e inestabilidades económicas de diversos tipos (desde los mercados bursátiles a los hipotecarios) que servirán de excusa auto-recurrente para apretar el acelerador de los ajustes sociales y la destrucción de las condiciones de vida de las sociedades, mientras la propia UE se descompone y, en lo global, el dólar se asoma al abismo.
En el Reino de España la caída del gobierno actual es probable en unos cuantos meses. La convocatoria de elecciones nos llevará a la irrupción de la extrema derecha. Esto significará en lo inmediato una (aún más) brutal ofensiva de represión en Cataluña, porque allí está la sociedad más movilizada que hay ahora mismo en Europa, y por tanto la única con alguna posibilidad de superar un independentismo burgués reproductor de lo mismo. También significará un nuevo rejonazo en las espaldas ya desangradas de la sociedad española en general. Igualmente, claro, la definitiva salvajización del mercado laboral.
Mientras que las derechas del capital se van corriendo al extremo, para allí mostrar apariencia “antisistémica” con el fin de encauzar el cabreo de las masas, y las izquierdas clásicas se auto-aniquilan, las izquierdas renovadas del capital miran con cara bobalicona a lo que pasa, intentando dar alguna respuesta reformista que les permita seguir enganchadas a cargos públicos (aunque para ello tengan que renegar de Venezuela o de haber aparentado en algún momento ser ellas también antisistema). Unas y otras de esas izquierdas nos siguen proponiendo que la crisis civilizacional capitalista se resuelve con alguna dosis de política fiscal, gestión “progre” del gasto público o control de la galopante corrupción.
Pero ni las dinámicas degenerativas del capital ni las reacciones de cabreo de las sociedades están ya para esas medias tintas inviables. El brexit, los chalecos amarillos, las coaliciones a la italiana entre la extrema derecha y la izquierda del capital, los Casado-Rivera-Abascal, los Orbán, Bolsonaro, Trump, Duque, Duterte, Le Pen… son algunos de los resultados de las reacciones cabreadas a todo esto, y nos indican que la construcción de una izquierda integral, altersistémica y capaz de dar la batalla democrática también en el plano transnacional, se hace cada vez más imprescindible en el juego de todo o nada que nos propone hoy el capital terminal. Aquí su primera gran prueba podrá ser muy pronto Cataluña"


"“España” ha sido una anomalía anacrónica aislada del mundo, que tuvo que engancharse en condiciones de sumisión a la Europa que estaba gestando el Gran Capital en los años 80. Se vio forzada, así, a desindustrializarse y convertirse en un país de servicios turísticos: el parque temático de Europa. Eso explica porqué nuestra economía tiene unas bases tan endebles y ante cualquier crisis cíclica capitalista siempre sale la peor parada: estamos en el pódium de los ganadores en tasas de desempleo, desigualdad social, pobreza infantil, fracaso escolar… Pero por eso también crecemos más cuando la fiesta del capital ficticio-especulativo está en auge, es decir, cuando proliferan las “burbujas” financieras como pompas de jabón.
Al calor de esos precedentes no nos podemos extrañar de que la corrupción sea un proceso normalizado, estructural, de la economía-política española. ¿Por qué habría de parecer raro que seamos el único país-Estado que tiene al frente del Gobierno a un partido “investigado” como tal por corrupción y otros delitos (siendo una de las organizaciones con el mayor número de presos de todo el territorio europeo), y a pesar de ello y de la destrucción deliberada y sistemática de pruebas, no se “investiga” a su presidente? En cualquier otro país europeo ese partido no estaría facultado para poder estar al frente del Gobierno. No podría presentarse a elecciones después de haber ganado al menos varias de ellas “dopado” con financiación ilegal.
Tampoco parece muy extraño que en un país como éste los miembros de las más importantes instancias judiciales estén puestos por los partidos dominantes de la oligarquía (los mismos que constituyeron el Bipartido del Régimen, para turnarse sine die en el Gobierno). Y que por tanto el poder judicial en su conjunto se transforme tan a menudo en un ariete de combate contra las luchas sociales, en defensa de aquella misma oligarquía.
La propia jefatura de Estado, la monarquía, también es parte de esa anomalía. No olvidemos que en este país-Estado coexisten dos reyes, pues el más viejo exigió no perder esa condición al abdicar y así no tener que responder ante la ley, y el más joven no tiene la más mínima voluntad de llevar un Estado de naciones ni la menor idea ni propensión a hacer algo por una sociedad descuartizada por el capital. Su última intervención pública es propia de lo más rancio de la burguesía que nunca superó el franquismo (es lo que tiene no haber sido derrotada), incluso con claros tintes decimonónicos. Lo más patético que ha expresado en Europa un jefe de Estado desde la Segunda Guerra Mundial. Un verdadero rey-ultra, a quien nadie ha votado y que ha tirado por la borda frente a las naciones de España cualquier posibilidad de legitimarse.
¿A quién le puede extrañar que haya alguna sociedad-nacional que se quiera ir de aquí? Como recordaba hace poco Pérez Royo, Cataluña, que está en el origen del derecho a la autonomía en el Reino de España, es la única comunidad autónoma cuyo Estatuto de Autonomía no ha sido aprobado por su Parlamento y ratificado por sus ciudadanos. La única"

 https://blogs.publico.es/dominiopublico/24367/la-anomalia-espanola-y-el-derecho-a-decidir/

martes, 18 de diciembre de 2018

De ángeles y demonios

 
"“Ya se murió el angelito/ Y no quisiera llorar…”
Jakelin tenía siete años cuando murió, mientras ella, su padre y decenas de otros migrantes estaban bajo la custodia de las autoridades de protección fronteriza. Nos enteramos hasta el pasado jueves –porque unos periodistas del Washington Post preguntaron– aunque murió casi una semana antes y nadie dijo nada. Aún no se saben exactamente las causas; el informe preliminar era que se deshidrató y no había comido en días, algo que ahora disputa su familia. Pero el hecho es que murió en manos del régimen de Trump.
Las autoridades se lavaron las manos y le echaron la culpa a su familia y a todos los migrantes. La secretaria de Seguridad Interna, Kirstjen Nielsen, declaró: este es sólo un ejemplo muy triste de los peligros de este viaje. La familia optó por ingresar ilegalmente.
Mientras tanto, aproximadamente 14.700 menores de edad que migraron no acompañados a este país siguen detenidos en la red de más de 100 albergues administrados por el gobierno estadunidense. Entre ellos, permanecen por lo menos 100 (y tal vez el doble) de los miles que fueron separados de su padres y enjaulados a lo largo de más de un año por órdenes de Trump. Es un campo de niños prisioneros, denunció el senador Jeff Merkley este fin de semana al intentar visitar un centro de detención provisional en Tornillo, Texas.
A finales de noviembre, cerca de Tijuana, niños –algunos en pañales– se estaban asfixiando con el gas lacrimógeno que lanzaron agentes fronterizos estadunidenses al lado mexicano.
Al otro lado del mundo, en Yemen, se estima que han muerto de hambre más de 85 mil niños menores de cinco años de edad en el peor desastre humanitario en el mundo hoy día; eso, sin contar a los más de 1.200  niños que han muerto por bombas Made in USA y balas de una guerra encabezada por Arabia Saudita con el apoyo de Washington.
A la vez, al otro lado del Atlántico, otra menor de edad, la sueca Greta Thunberg, de 15 años, tomó el micrófono ante los representantes de casi 200 países en la conferencia mundial sobre cambio climático en Polonia –incluyendo los de Estados Unidos que oficialmente ha rechazado el consenso científico sobre el cambio climático y promueve mayor producción de hidrocarburos– y declaró: ustedes dicen que aman a sus hijos más que todo, y aun así les están robando su futuro ante sus propios ojos por no hacer lo necesario para frenar el cambio climático. Nos han ignorado en el pasado, nos ignorarán otra vez, pronosticó. Y concluyó que los representantes del mundo reunidos ahí sólo repiten las mismas ideas malas que nos llevaron a este desastre, y los acusó: ustedes no son suficientemente maduros como para decir las cosas tal como son.
¿Quién tiene la culpa, quiénes son los responsables por Jakelin, por tolerar ver a niños en jaulas, por los niños sin nombre de Yemen, por los niños que todos los días reciben noticias de que tal vez se aproxima el fin del mundo por la falta de respuesta de los adultos a la crisis ecológica tan documentada?
Un gran músico sirio, el clarinetista Kinan Azmeh, quien trabaja con Yo Yo Ma en su proyecto de la Ruta de la Seda, comentó en el bellísimo documental Música para extranjeros que por momentos le parece absurdo hacer música, ya que eso no puede frenar las balas y las bombas que han destruido a su país, ni resuelve el problema de los refugiados. Igual, algunos periodistas a quienes nos toca reportar sobre todo esto, o escribir una columna como ésta, nos preguntamos lo mismo, ¿para qué?, ya que las palabras, las fotos y los análisis no logran salvar a una niña guatemalteca, a sus compañeros en jaulas en lugar de aulas, a los que soñaban ser doctores o poetas muertos por una bomba en Yemen, o casi todos los niños a quienes les hemos anunciado que tal vez serán los testigos del fin del mundo.
Pero tampoco es opción el silencio.
“Ya se nos fue este angelito/ ¿Quizá cuántos más se irán?… Ya se murió el angelito/ Y no quisiera llorar…” (El angelito, versión de Óscar Chávez)"



domingo, 16 de diciembre de 2018

Ecos de Contrarreforma

Illueca, Monereo, Anguita:

"Y lo primero a considerar y constatar es la excesiva inclinación, por parte de medios de comunicación y comentaristas políticos, a poner el énfasis en los resultados obtenidos por la extrema derecha. Al fin y a la postre, esta fuerza política es solamente la infantería de un bloque en fase de cristalización avanzada, constituido por el PP y Ciudadanos. No hay nada más que oír las declaraciones, los discursos y las propuestas de Casado y Rivera desde hace tiempo. Y junto a ellos la fundación FAES y el propio Aznar como intelectuales orgánicos de esta nueva CEDA en construcción. Nada falta: declaraciones de miembros de la jerarquía eclesiástica congratulándose de los resultados electorales en Andalucía, medios de comunicación que desde hace bastante tiempo han transformado los informativos en partes de guerra de los golpistas de 1936. Y, junto a ello, sentencias judiciales que rezuman las viejas esencias de la misoginia franquista.
El matiz diferenciador de Vox estriba en la falta de complejos para explicitar el discurso que los llamados “constitucionales”, PP y Ciudadanos, apuntan, insinúan o mantienen con sus silencios y evasivas. Por otra parte, esta facción de la derecha que ha emergido no es en todo exactamente homologable con las fuerzas de extrema derecha que crecen en gran parte de la UE. Éstas viven en países que, se quiera o no, han conocido y debatido con el Protestantismo, la Ilustración, el Kulturkampf, el Liberalismo o el Modernismo. La extrema derecha española es, en gran parte, producto del misoneísmo español más castizo. Instalada en el autismo intelectual de la Contrarreforma, ha tenido su hábitat político en la permanente alianza entre el Trono y el Altar. La extrema derecha patria ha sido, y es, la actualizadora del odio al pensamiento libre que instituyera Fernando VII. Y si es cierto que en la Europa cincelada por la Ilustración el Mein Kampf y sus diversas excrecencias trajeron el holocausto, no es menos cierto que hoy hacer apología del nazismo o del fascismo está prohibido y penado. Aquí en la piel de toro, los crímenes de la dictadura franquista gozan de una desmemoria cultivada e interesada. Por no hablar de los permanentes falseamientos de los hechos históricos e incluso de la Historia de España en su conjunto.
Pero si hay algo en lo que el bloque de derechas no tiene fisura ni matiz alguno es en el sustrato social cuyos intereses representa y defiende, en la identificación plena con la intangibilidad sempiterna de la propiedad de los latifundios, el poder de las hidroeléctricas, la accesibilidad al goce y disfrute exclusivos de las prebendas contenidas en los Presupuestos Generales del Estado, la simbiosis, familiarmente heredada, con las Administraciones Públicas, la evasión fiscal como hobby y señal de distinción, o en la corrupción endémica y el silencio cómplice con los reales y con los supuestos delitos fiscales que afectan a la Corona. La extrema derecha europea, por convicción o por camuflaje, no tiene más remedio que adornar sus programa y discursos con propuestas y medidas de índole social. La extrema derecha española es neoliberal sin ambages y sin afeites.
Y también desde la serenidad es conveniente e inevitable hacerse dos preguntas ¿Por qué la extrema derecha ha cosechado este avance impensable hace poco tiempo? ¿Por qué ha habido un nivel tan alto de abstención en lo que se entiende por izquierda? Confesamos que para nosotros la verdaderamente inquietante es la segunda. Sin embargo, entregarnos a un ejercicio simple de análisis en estos críticos momentos sería instalarse en el empantanamiento generalizado de la culpa que tan morbosa y masoquistamente anida en la izquierda. Optamos por intentar responder a una pregunta ya clásica y por eso de actualidad permanente: ¿qué hacer? Creemos que en las líneas de la propuesta van implícitas la crítica y el modo de superar la situación.
Estamos ante una crisis generalizada no sólo de la globalización, sino de la civilización industrial que la ha impulsado. Los límites al crecimiento productivo impuestos por la sostenibilidad, así como el superado pico del petróleo, obligan a una respuesta que sea producto de las mayorías sociales capaces de evitar que nos sumerjamos en un nuevo feudalismo en el que los Estados desaparecen de facto y las multinacionales constituyen una gobernanza mundial con sus propias instituciones y organismos.
Una humanidad fallida.
La izquierda debe asumir el rol del discurso profético que consiste en decir la verdad y a su vez proponer una alternativa de carácter socialista a la producción, la distribución y el consumo. Y ello desde la concepción que liga la economía al territorio. La izquierda debe asumir, desde su incardinación en el aquí y el ahora, lo que es, lo que ha representado y lo que quiere representar"
                        

viernes, 14 de diciembre de 2018

Quod erat desintegrandum


Rafael Poch:

"Asistimos estos días a la triple y simultánea implosión del poder en Francia, Reino Unido y Alemania. Los tres principales socios de la Unión Europea afrontan erupciones de distinto signo que confluyen en el mismo resultado, un peldaño más abajo en el proceso desintegrador en curso.
En Francia Macron está acabado. Podemos discutir la evolución del proceso y cuanto durará. Es posible que el Presidente confirme los pronósticos del Napoleon le petit e intente un golpe de fuerza. También es posible que acabe abandonando el Elíseo en helicóptero, pero el resultado será el mismo: su política de darle la puntilla a 30 años de neoliberalismo en Francia para ponerla de una vez por todas en línea con el conjunto europeo, se ha demostrado impracticable. Los franceses no quieren más degradación, piden un cambio de política y Macron es incapaz de concederles ese cambio.
Tras la digna revuelta griega, dramáticamente traicionada por Syriza, y el agotamiento del 15-M en España, es la primera vez que el factor social actúa en la UE, de una forma clara y rotunda -con un inequívoco componente de clase- desde la quiebra de 2008. El vaso se ha desbordado. Habrá que ver qué impulsos de ejemplo lanza hacia otros países, lo que en 2011 llamamos el efecto 1848 .
Los franceses no son antieuropeos, más bien fueron los inventores de la integración europea. No se oponen al cambio, más bien quieren un cambio socialmente progresivo y no regresivo. Respecto a la violencia, no se mide en escaparates, cubos de basura y mobiliario urbano dañado: se mide en millones de vidas degradadas a lo largo de por lo menos una generación. El Estado y la República se repliegan ante la mundialización favoreciendo los intereses de los más acomodados e incrementando las desigualdades. Todo esto es evidente para cualquier persona normal que lo sufra, pero no lo es para los no afectados: el grueso de los políticos y del complejo mediático desconectados de la vida de los comunes.
En el Reino Unido la crisis es resultado del caos que provoca la aplicación de la voluntad de la población expresada en un voto democrático sobre la salida del país de la UE. Hasta el referéndum del Brexit de junio de 2016 ninguna votación de ciudadanos europeos desfavorable a la política de la UE ahora cuestionada en Francia fue atendida. Se trata de 8 consultas a lo largo de 24 años que comienzan en 1992 en Dinamarca hasta Holanda en 2016, pasando por Irlanda, Francia y Grecia. Siempre se les hizo volver a votar, se impuso lo mismo por otras vías, o simplemente se ignoró. El Brexit fue una excepción en todo eso y crea un montón de dificultades, en primer lugar porque Bruselas tiene que lograr que el asunto salga mal a fin de que la salida no se haga atractiva allí donde existe terreno abonado; desde Italia a Polonia, pasando por Hungría y, sobre todo, por Francia… La pregunta sigue siendo: ¿qué tipo de club es ese del que no puedes salir sin ser duramente castigado? Hay que analizar qué reflexión sobre la UE introduce esa pregunta para la población europea que asiste al espectáculo del Brexit desde la barrera.
En Alemania el triple desmonte practicado se salda con la salida de la canciller Merkel. Se trata del desmonte social heredado de la agenda 2010 de Schröder y disolvente de la cohesión social interna, se trata del impulso anti europeo del nacionalismo exportador potenciado por el dumping salarial de aquella agenda, y se trata del fin de la ostpolitik que ha vuelto a destacar tropas alemanas junto a la frontera rusa. Resulta que esa triple calamidad de la Europa alemana también desemboca en una crisis política. Se disuelve el bipartidismo de los volksparteien (CDU y SPD) para consagrar un amplio abanico. La CDU es la última fuerza que aún obtiene más del 25% del voto. Como dice Jakob Augstein, “el último volkspartei de Alemania”, cuyo Bundestag ya cuenta con el mayor grupo parlamentario de ultraderecha del continente. En ese contexto Merkel se va, entregando el testigo a una continuadora antes de que el triple fiasco de su gestión se haga evidente.
Vista desde el bunker central del euro en Frankfurt, la situación es prodigiosa. La crisis política afecta por igual a las tres variantes; el Reino Unido no está en la moneda única, Francia es una clara víctima del euro y Alemania no solo está en el euro sino que es su administradora, la guardiana de su ortodoxia y su principal beneficiaria. ¿Cómo hay que interpretar esto? ¿Cuándo se preguntarán los tecnócratas del BCE y de la Comisión por la viabilidad de la política de austeridad? Hasta el momento no han visto venir nada, ni el Brexit, ni la revuelta en Francia ni el avance ultra por doquier y también en Alemania. ¿Será diferente ahora? No lo creo. Con esta triple y simultánea implosión del poder en los países centrales de la UE, la austeridad tal como la conocíamos está muerta pero sus autores no se dan cuenta. Es, podríamos decir, el momento soviético del proceso de crisis desintegradora que vive la Unión Europea"



miércoles, 12 de diciembre de 2018

La trampa de Tucídides II


"Uno, por ejemplo, es un estudio sobre el océano Glacial Ártico y las actividades de Rusia en dicho océano, para medir el impacto que tienen en los sistemas de defensa y la economía estadounidenses.
Otro documento trata del impacto que tendría en EEUU la pérdida de mercados que suministran productos o materias primas esenciales para mantener una guerra. Te cito una parte de este documento, pues transmite una idea clara de su propósito: “ Una pérdida repentina y catastrófica de suministros interrumpiría los programas de fabricación de misiles, satélites, lanzamientos espaciales y otros programas de defensa del DoD”. Hace referencia a que EEUU importa minerales de China y otros países imprescindibles para sus programas militares. Una guerra pondría fin a estos suministros, como también los perdería si EEUU perdiera el control de las vías marítimas de suministro.
El último, quizás el más importante, trata sobre los retos estratégicos planteados por Rusia y China. Todos estos documentos son demostrativos de que EEUU considera, cada vez con más preocupación, escenarios de guerra con Rusia y China y se prepara para esa guerra (...)
Desde hace años, las grandes potencias –Rusia, EEUU, China-, están inmersas en un tremendo rearme, que apunta a una colisión pavorosa a partir de 2025, si nada la detiene. Hay tiempo para evitarla si los pueblos se mueven. Si las fuerzas políticas responsables cumplen su tarea de poner como primera tarea crear conciencia sobre el peligro, incluso y cada día más probable, de una guerra nuclear. No lo digo yo. Lo dice EEUU, que plantea que la OTAN debe prepararse para esa guerra. Cito textualmente el documento oficial estadounidense:
En Europa, tratar con una Rusia revanchista implicará reconstruir la capacidad de la fuerza convencional de la OTAN y la capacidad de la alianza occidental en el flanco báltico, mientras se prepara [la OTAN] para disuadir y, si es necesario, derrotar el uso de armas nucleares no estratégicas.  
Esta afirmación aparece en uno de los documentos de que hablaba y tiene fecha 13 de noviembre de 2018, elaborado por la National Defense Strategy Commission, una comisión bipartidista del Congreso estadounidense, titulado “Providing for the Common Defense/ The Assessments and Recommendations of the National Defense Strategy Commission (Previendo la defensa común /Evaluaciones y recomendaciones de la Comisión de Estrategia de Defensa Nacional). Un documento oficial del Congreso de EEUU que considera escenarios de guerra nuclear en Europa debería ser objeto de grandes titulares, pero aquí es como si oyeran llover. Hay un embargo informativo adrede, dirigido, para que los ciudadanos no se enteren de lo que se está moviendo. Si los planes estadounidenses para una guerra nuclear no son noticia, no sé yo qué puede serlo"
 
  


"Pero no se trata solo de una evolución cuantitativa. La economía china también ha dado grandes pasos desde el punto de vista cualitativo. Los progresos son notables en el plano tecnológico. Hasta hace poco se consideraban el país un imita dor de tecnología, ahora es un innovador. Actualmente el 40 % de todas las patentes del mundo son chinas, es decir, más que las de estos tres países juntos: Estados Unidos, Japón y Corea del Sur. En 2015 se lanzaba el plan Made in China 2025 cuyo objetivo era aumentar la innovación y la autonomía en diez sectores importantes.
De este modo los productos chinos son cada vez más competitivos y a largo plazo suponen en una amenaza para la supremacía de las multinacionales occidentales, lo cual no es, evidentemente, lo que se quiere. Peter Navarro , un importante asesor económico de Trump, afirma: “El objetivo del gobierno chino en ‘Made in China 2025’ es explícitamente las industrias que van desde la inteligencia artificial, la robótica y la informática cuántica hasta los vehículos autónomos […]. Si China conquista estas industrias, Estados Unidos simplemente ya no tendrá ningún futuro económico”.
¡Es el ejército, estúpido!**
Pero, según Navarro, no se trata solo de la economía, la prosperidad o los beneficios. “Lo que está en peligro no es únicamente la prosperidad estadounidense. La propiedad intelectual que China trata de adquirir es el núcleo mismo de este concepto y la clave para la continuidad de la hegemonía militar de Estados Unidos”.
Las declaraciones de Navarro son muy significativas. El gobierno Trump hace mucho ruido en torno al déficit comercial, pero en realidad esa no es su preocupación principal. De lo que se trata es de mantener el liderazgo en tres ámbitos: tecnología, industrias del futuro y armamento. China es la principal amenaza para este liderazgo (...)
Capacidad de defensa, es decir, preparativos de guerra: de eso se trata. Y no de conflictos aislados a pequeña escala. Se trata en primer lugar de un esfuerzo de guerra masivo y de larga duración contra las “fuerzas revisionistas”, es decir, China y Rusia. El informe proporciona consejos para reestructurar fundamentalmente la economía estadounidense preparándola para un “escenario de conflicto entre grandes potencias”. En palabras de un alto funcionario de seguridad nacional: “Nos hemos preocupado de luchar en unos conflictos de baja tecnología contra personas que lanzan cohetes a partir de camiones. Durante todo este tiempo China ha sido inteligente y ha avanzado a grandes pasos. En eso es el que nos centramos ahora”.
En el siglo XX el objetivo principal de Estados Unidos era la Unión Soviética, en el siglo XXI es “el peligro chino” (...)
El objetivo de Trump es reiniciar completamente las relaciones económicas entre Estados Unidos y China. Según su conocido estilo: “Cuando llegué [a la Casa Blanca] íbamos en una dirección que iba a permitir a China ser más grande que nosotros en un corto periodo de tiempo. Ahora eso ya no va a ocurrir”. Por consiguiente, para impedir el ascenso de China es indispensable disociar  todo lo posible economía china de la de Estados Unidos. Hay que limitar y prohibir tanto las inversiones chinas en Estados Unidos como las inversiones estadounidenses en China. El primer objetivo son los sectores estratégicos. Hay que limitar el comercio bilateral. Estados Unidos impone ahora aranceles a casi la mitad de las importaciones chinas. Trump ha amenazado con imponer aranceles, si fuera necesario, a todas las importaciones. Las exportaciones a China están también en el punto de mira.
La economía china también es muy dependiente de componentes estratégicos como los chips electrónicos. En mayo de 2018 se tuvo que detener temporalmente la exportación de chips a ZTE , un gran fabricante chino de componentes electrónico, lo que puso en peligro esta empresa que emplea a 75.000 personas. Kathleen Gaffney , una alta ejecutiva, predice que esto no es sino el comienzo: “Somos líderes en materia de tecnología e innovación en las industrias de chips electrónicos. A largo plazo China también quiere convertirse en líder. Para 2025 se producirán en China, por lo que es verdaderamente importante que se lo pongamos difícil: contr ola r s u s exporta c ion e s . Eso es una verdadera señal que perjudicará a China sin dañar la economía global. Ese es el tipo de acciones que vamos a ver”.
La mayoría de los observadores serios están convencidos de que los aranceles comerciales impuestos a China tendrán un efecto desfavorable sobre la economía de Estados Unidos y apenas podrán solucionar el déficit comercial con China. Pero eso no es lo que preocupa verdaderamente a Trump y compañía. Lo que les preocupa es “tratar de entorpecer el ascenso tecnológico de China en vez de llegar a un acuerdo, que sería lo mejor para la economía estadounidense”, según un inversor .
El gobierno Trump trata de propagar su guerra comercial con China a otros países. En las recientes negociaciones con Canadá y México respecto a un nuevo acuerdo de libre comercio Trump hizo incluir una cláusula que prohíbe a ambos países cerrar un acuerdo comercial con “un país fuera de la economía de mercado”, esto es, China. El objetivo es llegar a acuerdos similares con Japón, la Unión Europea y Gran Bretaña. Si Estados Unidos lo logra será un duro golpe para China y el inicio de una especie de “ telón de acero económico ” que cierre el país"
 

martes, 11 de diciembre de 2018

De movimientos civilizatorios

 
"Hace 50 años se encontraron los diversos ríos de resistencia que surgieron y definieron los años 60 en Estados Unidos, época que el historiador Howard Zinn calificó de revuelta general contra formas de vivir opresoras, artificiales, antes no cuestionadas, y concluyó que nunca antes en la historia estadunidense se habían concentrado tantos movimientos por el cambio en tan pocos años.
La veterana organizadora, abogada y estratega Barbara Dudley comentó a La Jornada que el 68 fue ciudades en llamas, rebeliones de ira no muy bien organizadas, fue un año de varias rebeliones convergiendo, más o menos, pero no completamente. Había la rebelión antiguerra y el levantamiento afroestadunidense que empezó poco antes y que enfureció por el asesinato del reverendo King y, antes, Malcolm X.
Bill Ayers, activista que participó en la gran revuelta de jóvenes en la Convención Demócrata en Chicago ese año, y después fue un líder del Weather Underground, comentó a La Jornada que lo más importante es recordar que fueron el movimiento de derechos civiles aquí, y las luchas de liberación nacional en Vietnam, África y América Latina las que nos radicalizaron; el 68 en Estados Unidos no se puede ver ni entender sin esa óptica
El 68 fue un año de ilusiones, ira y sangre en Estados Unidos. Fue un año en que nuevos radicales reconocían que habían sido despertados de su somnolencia dentro del país más poderoso, por lo que se atrevieron a luchar por su liberación en diversas esquinas del planeta, desde Vietnam hasta África, América Latina y el Caribe, así como por los habitantes del tercer mundo dentro del primero: los afroestadunidenses y los latinos, los inmigrantes, incluidos los jornaleros del sindicato de César Chávez, donde se inventó la consigna del sí se puede. Se hermanaron con otros que afirmaban lo mismo en París, Praga y la ciudad de México. La solidaridad era verbo.
Las palabras del reverendo Martin Luther King Jr eran parte de la tela moral que enredaba el movimiento social en el 68, su mensaje cada vez más radical, que ya había vinculado la lucha contra el racismo con las luchas antimperialistas, antiguerra y contra la injusticia económica. Pero además de ser un discurso pragmático en el mejor sentido, era un llamado moral a una revolución ética. (ver: https://www.jornada.com.mx/2018/04
/04/politica/003n1pol
; https://www.jornada.com.mx/2018/04
/04/politica/002n1pol
).
El líder de los yippies, Abbie Hoffman, al preguntarle los fiscales durante el juicio que enfrentó a causa de las protestas en Chicago en 1968 dónde vivía, respondió: “en la nación de Woodstock… una nación de jóvenes enajenados, la llevamos como un estado de ánimo de la misma manera que la nación sioux lleva a su nación con ellos. Es una nación dedicada a la cooperación versus la competencia, a la idea de que la gente debería tener medios de intercambio mejores que la propiedad y el dinero, de que debería haber otras bases de interacción humana… es una conspiración, y actualmente esa nación está en cautiverio, en las prisiones de las instituciones de un sistema en decadencia”. Sobre cuál era su profesión, respondió: soy un revolucionario cultural.
Todo esto tenía un trasfondo musical, sin el cual es imposible entender el 68. La ruta sonora de ese año fue inocencia, rabia y dolor en la guitarra de Jimi Hendrix, en la voz de Janis Joplin, en el rock más duro de Led Zeppelin, en versos diferentes que de repente brotaron en la música soul y Motown con Aretha Franklin, James Brown y Marvin Gaye entre otros.
Fue el año del álbum Blanco de los Beatles, de Born to be Wild de Steppenwolf, de Jumping Jack Flash de los Rolling Stones y Jefferson Airplane (aquí supuestamente captado por Jean-Luc Goddard en un concierto sorpresa en un azotea en medio de Nueva York en 1968).
Para cerrar el 50 aniversario del 68 estadunidense, aquí les ofrecemos una selección desorganizada de la ruta sonora del 68 (las primeras en la lista son las más emblemáticas.
Cincuenta años después, el sonoro rugir del 68 aún se escucha"
 
 
 

domingo, 9 de diciembre de 2018

De chalecos amarillos global


Noam Chomsky:

"La socialdemocracia, sí. A veces se le llama “la edad de oro del capitalismo moderno”. Esto cambió en los setenta, cuando se estableció la era del neoliberalismo en la que vivimos desde entonces. Si te preguntas qué clase de era es, pues su principio fundamental es desactivar los mecanismos de solidaridad social y soporte mutuo, y el compromiso popular en la determinación de las políticas.
No se llama así. Se le llama “libertad”, pero “libertad” implica subordinación a las decisiones de un poder concentrado, no responsable, privado. Eso es lo que significa. Las instituciones gubernamentales –u otros tipos de asociaciones que posibilitan la participación de la gente en la toma de decisiones– son sistemáticamente debilitadas. Margaret Thatcher lo dijo muy educadamente: “la sociedad no existe, solo existen individuos”.
De hecho, estaba parafraseando, seguramente de forma inconsciente, a Marx quien, en su condena de la represión en Francia, dijo “la represión está transformando a la sociedad en un saco de patatas, solo individuos, una masa amorfa que no puede actuar conjuntamente”. Era una condena. Para Thatcher, es un ideal –y eso es el neoliberalismo. Destruimos, o como mínimo desacreditamos los mecanismos de gobierno a través de los cuales la gente, al menos en principio, puede participar en la medida en que esa sociedad sea democrática. Así que debilitadlos, desacreditad a los sindicatos, a otras formas de asociaciones, dejadlos como un saco de patatas y, mientras tanto, transferid la toma de decisiones a poderes privados y no responsables; todo con la retórica de la libertad.
¿Qué conlleva esto? La única barrera que nos protege de estas destructivas amenazas es una sociedad comprometida, una sociedad informada y comprometida que actúe conjuntamente para desarrollar los medios que permitan hacer frente a estas amenazas y responder a ellas. Esta ha sido sistemáticamente debilitada, deliberadamente. Quiero decir, en los setenta hablábamos de esto. Hubo un gran debate entre la élite sobre el peligro de que hubiera demasiada democracia y la necesidad de lo que llamaron “moderación” en la democracia, para que la gente fuera más pasiva y apática, para que no moleste demasiado; eso es lo que hacen los programas neoliberales. Lo mezclas todo y ¿qué sale? Una tormenta perfecta.
Todo el mundo ve los titulares, con el Brexit, Donald Trump y el nacionalismo hindú y el nacionalismo en todas partes y Le Pen; se ponen más o menos juntos y sugieren un fenómeno mundial real.
—Está claro y era predecible. No se puede saber en qué momento pero, cuando se imponen políticas socioeconómicas que conducen al estancamiento o al declive para la mayoría de la población, a deslegitimar la democracia, a que las decisiones políticas no estén en manos del pueblo, el resultado es gente descontenta, enfurecida y atemorizada. Y este es el fenómeno que, de forma engañosa, se conoce como “populismo”.
—No sé qué piensas de Pankaj Mishra pero a mí me gusta su libro “La edad de la ira”, que empieza con una carta anónima a un periódico de alguien que dice “Deberíamos admitir que no solo estamos aterrorizados sino que también estamos desconcertados. Desde el triunfo de los vándalos en Roma y el norte de África, nada ha sido tan incomprensible y difícil de revertir” (...)
Este hecho no tiene precedentes históricos, exceptuando situaciones tras catástrofes, guerras o cosas parecidas. Fue un periodo largo en el que los salarios reales habían decrecido, aunque se amasaron riquezas en algunos bolsillos. También fue una época en la que se crearon nuevas instituciones, instituciones financieras. Si nos fijamos en los años cincuenta y sesenta –la llamada época dorada– los bancos estaban conectados con la economía real. Esa era su función. No había caídas en la banca porque había regulaciones de los mercados financieros.
A principios de los años setenta hubo un cambio drástico. En primer lugar, las entidades financieras se inflaron a gran escala. En 2007 obtuvieron un 40% de beneficios. Por lo tanto, dejaron de estar conectadas a la economía real.
En Europa, la forma en que se desacredita a la democracia es muy directa. Las decisiones están en las manos de una troika que no ha sido elegida: la Comisión Europea, que no se vota; el FMI, por supuesto no votado; y el Banco Central Europeo. Ellos son los que toman las decisiones. Así que la gente está enfadada, está perdiendo el control de sus vidas. Ellos son los que sufren las consecuencias de las políticas económicas, y el resultado es ira, desilusión, descontento, etcétera.
Hemos visto en las pasadas elecciones francesas que los dos candidatos eran ajenos al establishment. Los partidos centrales se han hundido. Lo vimos en las elecciones americanas. Dos candidatos fueron capaces de movilizar a las masas: uno de ellos era un multimillonario odiado por el sistema, el candidato republicano que ganó las elecciones –pero fijaros en que una vez toma posesión es el antiguo sistema el que dirige el país. Puedes manifestarte en contra de Goldman Sachs durante el periodo de campaña, pero asegúrate de que se encarguen de la economía cuando seas presidente.
Así que la cuestión es, en un momento en que la gente está casi lista para actuar y casi lista para reconocer que este juego no funciona, ¿tenemos la capacidad, como especie, de actuar en consecuencia, de adentrarnos en ese estado de perplejidad y, más adelante, pasar a la acción?
—Pienso que el destino de nuestra especie depende de ello; recuerda, no es solo desigualdad, estancamiento, estamos ante un desastre terminal. Hemos creado la tormenta perfecta. Estos deberían ser los titulares de cada día. Desde la Segunda Guerra Mundial hemos creado dos medios de destrucción. Desde la era neoliberal hemos desmantelado la forma en que los manejamos. Esas son nuestras tenazas, eso es a lo que nos enfrentamos y, si no resolvemos ese problema, estamos acabados.
Quiero volver al libro de Pankaj Mishra “La edad de la ira” por un momento. No es la edad de la ira, es la edad del resentimiento contra las políticas socioeconómicas que han dañado a la mayor parte de la población durante las últimas generaciones que, conscientemente y como principio, han desvirtuado la participación democrática. ¿Por qué no debería haber ira? (...)
Esto ha sido diseñado así. Mira los años setenta: en el panorama, el panorama de la élite, había una gran preocupación con el activismo de los años sesenta, un período tumultuoso. Hizo que el país se convirtiera en civilizado, lo que para ellos puede ser peligroso. Lo que pasó es que grandes sectores de la población –que habían sido pasivos, apáticos, obedientes– intentaron entrar en la escena política de una u otra forma para presentar sus intereses y preocupaciones. Los llaman de “especial interés”. Eso significa minorías: la gente joven, los ancianos, los agricultores, los obreros, las mujeres… En otras palabras: la población. La población es un “especial interés” y su función es observar en silencio; esto está claro"

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