“En los países democráticos no se percibe la naturaleza violenta de la economía, mientras que en los países autoritarios lo que no se percibe es la naturaleza económica de la violencia”
Bertolt Brecht

"Hay que aprender de los errores del siglo XX y superarlos. El capitalismo no lo ha hecho. Los socialistas deben hacerlo"
Tariq Ali

"La cuestión no es mercado sí o mercado no, es qué espacio tenemos que concederle al mercado para que tenga efectos positivos y qué espacio tenemos que quitarle para que no tenga efectos negativos"
César Rendueles ("Capitalismo canalla" antídoto para "Los enemigos del comercio" de A. Escohotado)

"Los poderosos siempre han perseguido a los alfabetizadores, a los que paraban las balas con columnas de periódico, a los que hacían escudos con libros cargados de metáforas y razones. También a los que han hecho visibles a los invisibles, a los que enseñan a decir no con una sonrisa y también a los que enseñan desde el monte a recordar que no hay que vivir de rodillas"
J.C. Monedero

Qué son los PsyOps: "Los daños que causan las PsyOps [Operaciones Psicológicas] se reflejan en la aparición de cambios en el plano cognitivo y mental (...) Toda operación militar, y por tanto toda operación psicológica, tiene que contar con una cadena de mando. El análisis detallado de los mensajes a través de Twitter y Facebook ha permitido descubrir «nodos de red», o sea estados mayores implicados en la operación. Estos están entrenados en el uso de métodos de control de las multitudes para crear una situación de contagio entre individuos de diferentes medios y orígenes. De esa manera, los estados mayores logran localizar fácilmente los «repetidores de opinión», o sea los individuos que influyen sobre los demás. Los especialistas pueden entonces optar entre informarlos sobre el proyecto o mantenerlos en la ignorancia de lo que está sucediendo"
Valentin Vasilescu (experto en inteligencia militar)

"Gozamos de tres bienes de valor incalculable. La libertad de conciencia, la libertad de palabra y la prudencia de no usar nunca ninguna de las dos". Mark Twain.


domingo, 20 de noviembre de 2016

Obama el deportador


Y en la Europa de las vallas con cuchillas -de origen una empresa malagueña, incluso para Orban en Hungría-, del acuerdo con Turquía, la jungla de Calais, los CIE españoles, los miles ahogados en el Mediterráneo -con el cambio climático multiplica y sigue- nos rasgamos las vestiduras con las proclamas de Trump.


"A mediados de este año, los medios norteamericanos informaron de que el Gobierno de Obama ya había deportado a 2,5 millones de extranjeros sin papeles desde 2009 hasta 2014. Esa cifra no incluía a aquellos que aceptaron voluntariamente ser deportados o a los que fueron expulsados en la misma frontera.

La cifra es un récord. Obama había deportado a más extranjeros que cualquier presidente anterior. Más que Bush y más que todos los presidentes juntos del siglo XX.

Ese incremento forma parte de una tendencia que se remonta a varias décadas atrás, pero que se ha intensificado con Obama (si bien es cierto que la cifra ha descendido en los últimos tres años). Seguro que todo el mundo ha escuchado a Trump decir que la frontera de EEUU con México es un coladero y que hay que destinar más recursos para impermeabilizarla por completo, como si eso fuera posible. El presupuesto de la Policía de Fronteras subió de 5.900 millones de dólares en 2003 a 11.900 millones en 2013. Los fondos del Departamento de Inmigración y Aduanas pasaron de 3.300 millones a 5.900 millones. Esos 18.000 millones sumados eran ya 20.000 millones en 2016.

Desde 2006, por imposición del Congreso, Inmigración está obligada a mantener detenidos a 34.000 extranjeros cada día con vistas a su deportación. Por cada uno que es expulsado, otro debe ocupar su lugar. Hay un pequeño problema de intendencia. El número de personas que intentan entrar en EEUU de forma ilegal desde México ha descendido desde los años 70 y 80. ¿Qué ocurre? Hay menos sin papeles a los que detener e Inmigración se ve obligada a hacer redadas para mantener el cupo y cazar a los que llevan muchos años viviendo en el país, los que han construido una nueva vida, tienen un trabajo y abonar los impuestos (indirectos) que pueden pagar.

El anuncio de Trump ofrece más paradojas. No hay tres millones de sin papeles que hayan cometido delitos. No hay suficientes ladrones, estafadores, violadores, asesinos o delincuentes en general que hayan nacido fuera de EEUU y con los que se pueda complacer con su expulsión al nuevo presidente. Según cifras oficiales, hay 1.900.000 personas que hayan sido procesadas por distintos delitos, pero ese número incluye también extranjeros con residencia legal en EEUU. En principio, la ley obliga a meter en prisión a estos últimos, pero no permite expulsarlos.

A finales de 2013, había unos 140.000 extranjeros cumpliendo penas en prisiones federales, estatales y locales (esa cifra también incluye personas con residencia legal a las que no se puede deportar). Queda un poco lejos de esos dos o tres millones de los que hablaba Trump.

Más números. El Congreso facilita al Gobierno fondos suficientes para expulsar como máximo a unas 400.000 personas al año (sólo en 2009 Obama superó ese límite con 409.000). Si quieren superar ese nivel, van a tener que gastar mucho más dinero.

Las cifras, como corresponde a un país tan inmenso, son mayores de lo que pensamos. He escrito alguna vez que la promesa de Trump de expulsar a los 11 millones de personas sin derecho legal a residir en EEUU sería una quimera incluso para una dictadura. Los números de la época de Obama indican que los expulsados en potencia son muchos más de los que nos podemos imaginar, pero aun así hay límites sobre lo que Trump puede hacer para distinguirse de Obama.
Sería un error pensar que la cruzada de Trump contra la inmigración se quedará en una simple continuación de la política de Obama, porque tiene poco sentido esperar que un nuevo líder vaya a olvidarse de las ideas que le permitieron triunfar en las urnas. Por otro lado, y teniendo en cuenta la traumática relación del nuevo presidente con la realidad, no hay que descartar que se invente las cifras, las de ahora y las del futuro. Él creó un problema para poder utilizarlo como munición en su campaña. Ahora que ha conseguido su objetivo, se ocupará de aparentar que está haciendo lo que nunca se hizo antes al precio de convertir en una pesadilla las vidas de los extranjeros que viven ahora sin papeles en EEUU. America, the beautiful"

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