Santiago Alba Rico:
(Observatorio de la Islamofobia en los Medios)
"Definamos rápidamente la “islamofobia” como el resultado de una doble
operación ideológica. La primera consiste en constituir un objeto de
conocimiento manejable y adverso: el Islam con mayúsculas concebido como
una unidad al mismo tiempo negativa e inasimilable que “hablaría” con
una sola voz y dictaría a 1.500 millones de seres humanos, repartidos
por todo el planeta, una conducta incompatible con “nuestros” valores
occidentales. Negar al islam la variedad de cultos y culturas que sin
embargo reconocemos al cristianismo, y absorber en una especie de bola
sin fisuras sus complejísimas diferencias doctrinales y geográficas,
sería sólo una banal expresión de etnocentrismo europeo si no fuese
porque afecta a 21 millones de europeos que son al mismo tiempo
musulmanes y forman parte de nuestras sociedades (...)
La
ecuación velo/islam, allí donde el islam ha sido reducido a fanatismo,
violencia y terrorismo, agrava la vulnerabilidad de las europeas
musulmanas, víctimas de la mayor parte de las agresiones islamofóbicas
(90% en Países Bajos, 81% en Francia, 57% en Inglaterra, 21% en España) y
víctimas también del propio feminismo laico islamofóbico que las
abandona a su suerte (...)
Esta construcción de una “comunidad” imaginaria,
contra la que no deja de alertar el filósofo y arabista Olivier Roy, es
quizás la obra más peligrosa de la islamofobia, pues acelera el proceso
de construcción de un “enemigo interno” que, vinculando de manera
fraudulenta la crisis de los refugiados y los atentados del Estado
Islámico (cometidos en Europa, no lo olvidemos, por europeos
radicalizados en nuestras cárceles), legitima un “sentido común”
islamofóbico, promueve medidas securitarias dirigidas, de manera
encubierta o no, contra la “comunidad musulmana” y facilita el
crecimiento de los partidos xenófobos y de ultraderecha, empujando así a
las minorías musulmanas -para cerrar el bucle- a refugiarse en su
“comunidad”. Este exceso visible de cuerpo -individual y colectivo- se
traduce en la inquietante percepción que se tiene en Europa del “número”
de musulmanes: en España, por ejemplo, mientras que la cifra real es
del 2%, nosotros “vemos” y “reconocemos” a nuestro alrededor hasta un
16%.
Basta una mirada a la historia para valorar los peligros de
esta construcción de un “enemigo interno”. Se hizo en el siglo pasado
con los judíos y se hace todavía, a escala mucho menor, con las mujeres o
los homosexuales(...)
Son las instituciones,
los dirigentes y los periodistas los que naturalizan -como ocurrió
durante siglos con judíos, mujeres y homosexuales- este rechazo
“racista” hacia los musulmanes. Si hablamos de España, país donde han
aumentado desde 2014 hasta un 500% las denuncias de islamofobia, es muy
necesario alertar, antes de que sea demasiado tarde, sobre esta
responsabilidad institucional".
http://rebelion.org/noticia.php?id=224533
"Los 20 principales bancos europeos, entre los que se encuentran Santander y BBVA,
registran el 26% de sus beneficios en paraísos fiscales, que les
reporta 25.000 millones de euros aproximadamente y representan solo el
12% de su facturación y el 7% de su personal, según un informe de Oxfam Intermón y la Fair Finance Guide International,
que sostienen que lo hacen para evitar el pago de los impuestos, para
facilitar a sus clientes la elusión de estos o sortear ciertas
regulaciones o requisitos legales (...)
“La nueva normativa de transparencia de
la Unión Europea nos permite hacernos una pequeña idea de la ingeniería
fiscal de los principales bancos europeos, y el panorama no es
agradable. Los Gobiernos deben cambiar las normativas para evitar que
los bancos y otras grandes empresas utilicen los paraísos fiscales para
evadir y eludir el pago de impuestos o para ayudar a sus clientes a
hacerlo”, afirma Miguel Alba, responsable de sector privado de Oxfam
Intermón. Según el documento, los bancos no pagaron impuestos por los
383 millones de euros de beneficio que obtuvieron en siete paraísos
fiscales en 2015. En Irlanda, las entidades bancarias europeas tributan a
un tipo efectivo de no más del 6% (la mitad del tipo legal). Tres
bancos –Barclays, RBS y Crédit Agricole– no pagan más de un 2%.
A costa de la pobreza
Intermón Oxfam denuncia, además, lo que supone esta práctica: “Roban a muchos países fondos que precisan para combatir la pobreza y la desigualdad,
siendo los países más pobres los más perjudicados. Cada año, la evasión
y elusión fiscal por parte de las grandes multinacionales priva a los
países pobres de más de 100.000 millones de dólares en ingresos
fiscales, dinero suficiente para financiar servicios educativos para los
124 millones de niños y niñas sin escolarizar o atención sanitaria que
podría evitar la muerte de al menos seis millones de niños y niñas”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario