A la inmensa minoría, FELIZ DÍA DE LA REPÚBLICA. Al resto, feliz otro día neofranquista, con su pan se lo coman.
Manuel Monereo:
"La biografía de Mélenchon es conocida. Nacido en Tánger
–habla un excelente español con acento del Sur– desciende de españoles
por ambos progenitores. Hizo una larga carrera en el Partido Socialista
francés y fue ministro con Lionel Jospin. Abandonó el Partido
Socialista y creó el Partido de la Izquierda. En las elecciones
presidenciales de 2012 quedó en 4º lugar (11,1%) encabezando el Front de
Gauche junto al Partido Comunista y otras fuerzas. En 2015 anunció que
quería ser candidato a la Presidencia de Francia sin el Front de Gauche,
fuera del marco de los partidos y apostando por una Francia insumisa.
Ni más ni menos.
Seguramente el dato más característico de la
personalidad política de Mélenchon es su conocimiento preciso de la
crisis del sistema de partidos en Francia, combinado con una alta dosis
de audacia que muchas veces deja a su equipo fuera de juego. Jean-Luc
cree que poco o nada se puede hacer en el marco del sistema dominante y
que es necesario innovar y arriesgar. Ha aprendido mucho de América
Latina, de las izquierdas europeas, de Podemos y, sobre todo, de la
compleja realidad de Syriza. Se podría decir, sin temor a equivocarse,
que ha ido a estas elecciones en base a una enorme confianza en sí
mismo, a un proyecto claramente alternativo y al convencimiento de que
había una posibilidad ligada a él. Captó con inteligencia que el
candidato Hamon no tendría demasiado recorrido, que una parte
significativa del Partido Socialista terminaría apoyando a Macron
y que solo él podría encabezar una alternativa democrática. Entendió
que la línea divisoria izquierda/derecha (los socialistas siguen
gobernando Francia) nada o poco dice y que el problema real era
construir una alternativa nacional-popular al proyecto de Marie Le Pen.
Para decirlo de otra forma, en momentos de excepción, hay que
arriesgarse y tomar también medidas excepcionales; más allá de los
partidos existentes y con una firme voluntad de gobierno y de poder.
El
programa de Mélenchon es diáfano: poner fin a las políticas
neoliberales desde un punto de vista republicano, ecosocialista y
pacifista. El candidato de la Francia insumisa promueve, es la parte más
polémica de su programa, un proceso constituyente en la perspectiva de
la VI República; la defensa intransigente de los derechos de las
personas, del Estado social y de la reindustrialización de Francia,
apostando por un proteccionismo solidario a la altura de los desafíos de
nuestra época. El ecosocialismo es tomado en serio convirtiéndose en el
horizonte de un nuevo modelo de sociedad, Estado y de poder. Antes se
ha dicho: la Francia insumisa no acepta las reglas neoliberales de la UE
y apuesta por cambiarlas; si esto no fuese posible, iniciaría un
proceso de salida de UE. Esto lo ha dejado claro una y otra vez. Su
política internacional estará marcada por la paz, por la seguridad y un
nuevo orden económico internacional más justo e igualitario. La
prioridad es la defensa de la soberanía popular y de la independencia
nacional con relaciones equilibradas con Alemania y la búsqueda de
acuerdos equitativos con Rusia y con Eurasia"
George Monbiot:
"Cuando los think tanks y los millonarios hacen un llamamiento
por la libertad, se cuidan de no especificar a la libertad de quién se
refieren (...)
Cuando las corporaciones
se libran de los sindicatos, coartan la libertad de sus trabajadores.
Cuando los muy ricos se libran de pagar impuestos, otros sufren las
consecuencias de contar con servicios públicos en quiebra. Cuando los
financieros son libres para diseñar extraños instrumentos financieros,
los demás pagamos por la crisis que causan.
Por encima de todo,
los millonarios y las organizaciones que piden libertad ante algo que
denominan "el papeleo". Lo que quieren decir por papeleo son los
instrumentos para la protección del interés público. Un artículo del Telegraph de la semana pasada llevaba el siguiente titular: "Acabad con el papeleo que ahoga a Gran Bretaña tras el brexit
para liberarlo de las cadenas de Bruselas". Efectivamente, nos
ahogamos, pero no por el papeleo. Nos ahogamos porque el Gobierno
desprecia las normativas europeas sobre calidad del aire. La contaminación resultante sí que libera a miles de almas de sus cuerpos.
Arrancar
esas medidas de protección del interés público significa que
millonarios y corporaciones estarán libres de las restricciones de la
democracia. De esto van el brexit y Donald Trump. La libertad que nos prometieron es la libertad de los muy ricos para explotarnos.
Hay que reconocerle al Telegraph
–un periódico inmerso en una campaña para desregular la economía
británica en su totalidad una vez que abandone la UE– una inusual
sinceridad sobre quiénes serán los verdaderos beneficiados. Según
explica "el fin último de todo este proceso debería ser... liberar a los creadores de la riqueza". (Creadores de riqueza: un eufemismo para referirse a los millonarios). Entre los supuestos premios que enumera
se encuentran cambios en la clasificación de los plátanos –lo que
permitiría que plátanos muy curvos sean considerados como Clase 1–, una
vuelta a las bombillas incandescentes y la libertad para matar tritones crestados.
Sospecho que a los hermanos Barclay, los millonarios dueños del Telegraph,
los plátanos no les importan un carajo. Pero dado que su imperio de
negocios incluye hoteles, transporte de mercancías, venta de coches,
ventas a domicilio y repartos varios, puede que les interesen
enormemente las directivas europeas sobre horarios de trabajo y otros
aspectos de las leyes laborales, impuestos, estudios de impacto
ambiental, así como la directiva sobre derechos de los consumidores,
leyes sobre seguridad marítima y un amplio abanico de similares medidas
de protección del interés público.
Si el Gobierno acepta esta
"hoguera del papeleo" ganaríamos plátanos curvados y privilegios para
matar tritones. Por otro lado, podríamos perder nuestros derechos al
empleo justo, a un mundo vivo duradero, al aire limpio, al agua limpia, a
la seguridad pública, a la protección del consumidor, a los servicios
públicos funcionales y a los demás aspectos que caracterizan a una
civilización. Qué difícil elección, ¿no creen?"
http://rebelion.org/noticia.php?id=225270
No hay comentarios:
Publicar un comentario