“En los países democráticos no se percibe la naturaleza violenta de la economía, mientras que en los países autoritarios lo que no se percibe es la naturaleza económica de la violencia”
Bertolt Brecht

"Hay que aprender de los errores del siglo XX y superarlos. El capitalismo no lo ha hecho. Los socialistas deben hacerlo"
Tariq Ali

"La cuestión no es mercado sí o mercado no, es qué espacio tenemos que concederle al mercado para que tenga efectos positivos y qué espacio tenemos que quitarle para que no tenga efectos negativos"
César Rendueles ("Capitalismo canalla" antídoto para "Los enemigos del comercio" de A. Escohotado)

"Los poderosos siempre han perseguido a los alfabetizadores, a los que paraban las balas con columnas de periódico, a los que hacían escudos con libros cargados de metáforas y razones. También a los que han hecho visibles a los invisibles, a los que enseñan a decir no con una sonrisa y también a los que enseñan desde el monte a recordar que no hay que vivir de rodillas"
J.C. Monedero

Qué son los PsyOps: "Los daños que causan las PsyOps [Operaciones Psicológicas] se reflejan en la aparición de cambios en el plano cognitivo y mental (...) Toda operación militar, y por tanto toda operación psicológica, tiene que contar con una cadena de mando. El análisis detallado de los mensajes a través de Twitter y Facebook ha permitido descubrir «nodos de red», o sea estados mayores implicados en la operación. Estos están entrenados en el uso de métodos de control de las multitudes para crear una situación de contagio entre individuos de diferentes medios y orígenes. De esa manera, los estados mayores logran localizar fácilmente los «repetidores de opinión», o sea los individuos que influyen sobre los demás. Los especialistas pueden entonces optar entre informarlos sobre el proyecto o mantenerlos en la ignorancia de lo que está sucediendo"
Valentin Vasilescu (experto en inteligencia militar)

"Gozamos de tres bienes de valor incalculable. La libertad de conciencia, la libertad de palabra y la prudencia de no usar nunca ninguna de las dos". Mark Twain.


domingo, 9 de junio de 2019

Los enemigos de la igualdad


Albert Recio:
 
"Una vez más, el Banco de España ha vuelto a la carga. Nunca defrauda, es un actor institucional perfectamente previsible. Y lo ha hecho con tres cuestiones sensibles: el ahorro, las pensiones y el salario mínimo.
Los dos primeros están relacionados. El ahorro individual tiene como objetivo contar con una reserva financiera para hacer frente a situaciones imprevistas o caídas de ingresos futuros. La vejez es la situación más cierta en la que puede esperarse una reducción de ingresos y un posible aumento de gastos. Lo primero que ha planteado el Banco de España es que la gente ahorra poco y se está endeudando. Lo segundo, que el sistema público de pensiones es insostenible y hay que revisarlo, aumentando la edad de jubilación, rebajando prestaciones y complementándolo con fondos de pensiones. Lo tercero es que una forma de mejorar las rentas de la vejez es mediante una hipoteca inversa (aún hay mucha gente propietaria de vivienda), por la cual el banco paga una renta a cambio de controlar la vivienda. El informe del Banco no cuestiona el actual nivel de salarios que determina la verdadera posibilidad de ahorro de cada cual, ni explica que la única vía de hacer compatible consumismo y bajos salarios es con endeudamiento privado (aunque al final el excesivo endeudamiento genera crisis). Ni tiene en cuenta que alargar la edad de jubilación es otra vía de aumento de las desigualdades, puesto que hay enormes diferencias en las condiciones de salud y los requerimientos físicos de cada tipo de empleo (sin contar las políticas de ajuste de plantillas que aplican las empresas). Ni se toma en cuenta la rentabilidad real de los fondos de pensiones. Más bien, lo que se pretende es imponer otro modelo de protección social con mayor peso de fondos privados (e hipotecas inversas) que garantizan nuevas vías de beneficios al sistema financiero, que en el caso de las hipotecas inversas acaban en una cierta incautación por los bancos (pues los cálculos financieros que determinan cuotas casi siempre están sesgados) y que sin duda aumentarán las desigualdades. La distribución actual de la renta y el cambio demográfico exigen transformaciones. Pero no la nueva vía a la desigualdad que se propone. Una vía que, además, hace culpables a la gente de bajos ingresos de una situación que ellos no han generado.
En lo del salario mínimo aún han estado más brillantes. Cuando el Gobierno anunció la subida a 900 euros el Banco predijo la destrucción de medio millón de empleos. Algo que no justificaba la evidencia empírica de otros países y territorios. Como no ha ocurrido, ahora argumentan que se requiere más tiempo para ver el efecto. Seguramente esperarán a que haya una nueva recesión, que caiga el empleo y que con una hábil modelización puedan colar su “verdad”. El aumento del salario mínimo es una modesta medida de reducción de desigualdades, que tiende a aumentar el “suelo salarial”. La pertinaz oposición a esta medida ejemplifica el odio de las élites técnicas a la lucha por la igualdad.
Para remachar la jugada, la Ministra de Economía, Nadia Calviño (formada en el contexto intelectual de los organismos reguladores), ya ha anunciado que de contrarreforma laboral nada, aun cuando hay evidencia de que el intento de dinamitar la negociación colectiva ha sido un elemento crucial en el crecimiento de las desigualdades salariales. Y hay evidencia de que los países con más peso sindical y negociación colectiva más inclusiva son los que mantienen niveles menores de desigualdad.
La desigualdad de ingresos no es sólo una injusticia, sino la fuente de muchos problemas sociales. No es una cuestión natural, sino el resultado del complejo funcionamiento de las sociedades capitalistas reales (con la interacción permanente de empresas privadas e instituciones públicas, con los mecanismos de dominación imperial que marcan las reglas de juego entre países). Pero es no sólo una realidad impuesta desde arriba, sino que es a menudo aceptada y legitimada por importantes sectores de población socializados en la cultura de la desigualdad.
Por eso, tomarse en serio la lucha por la igualdad exige intervenir en muchos campos. En el de las reformas de las normas de distribución de la renta, de fijación de impuestos y políticas públicas. Pero también en la elaboración científica, en la reforma de las instituciones reguladoras, en la construcción de un discurso social que rompa con la hegemonía neoliberal. Como siempre, la lucha por la dignidad humana se juega en muchos campos. Y los enemigos de la igualdad están atrincherados en muchas posiciones"
 


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