“En los países democráticos no se percibe la naturaleza violenta de la economía, mientras que en los países autoritarios lo que no se percibe es la naturaleza económica de la violencia”
Bertolt Brecht

"Hay que aprender de los errores del siglo XX y superarlos. El capitalismo no lo ha hecho. Los socialistas deben hacerlo"
Tariq Ali

"La cuestión no es mercado sí o mercado no, es qué espacio tenemos que concederle al mercado para que tenga efectos positivos y qué espacio tenemos que quitarle para que no tenga efectos negativos"
César Rendueles ("Capitalismo canalla" antídoto para "Los enemigos del comercio" de A. Escohotado)

"Los poderosos siempre han perseguido a los alfabetizadores, a los que paraban las balas con columnas de periódico, a los que hacían escudos con libros cargados de metáforas y razones. También a los que han hecho visibles a los invisibles, a los que enseñan a decir no con una sonrisa y también a los que enseñan desde el monte a recordar que no hay que vivir de rodillas"
J.C. Monedero

Qué son los PsyOps: "Los daños que causan las PsyOps [Operaciones Psicológicas] se reflejan en la aparición de cambios en el plano cognitivo y mental (...) Toda operación militar, y por tanto toda operación psicológica, tiene que contar con una cadena de mando. El análisis detallado de los mensajes a través de Twitter y Facebook ha permitido descubrir «nodos de red», o sea estados mayores implicados en la operación. Estos están entrenados en el uso de métodos de control de las multitudes para crear una situación de contagio entre individuos de diferentes medios y orígenes. De esa manera, los estados mayores logran localizar fácilmente los «repetidores de opinión», o sea los individuos que influyen sobre los demás. Los especialistas pueden entonces optar entre informarlos sobre el proyecto o mantenerlos en la ignorancia de lo que está sucediendo"
Valentin Vasilescu (experto en inteligencia militar)

"Gozamos de tres bienes de valor incalculable. La libertad de conciencia, la libertad de palabra y la prudencia de no usar nunca ninguna de las dos". Mark Twain.


domingo, 23 de junio de 2019

De la economía zombie


Este artículo forma parte del informe Estado del poder 2019, editado en español por Transnational Institute, Fuhem Ecosocial y Attac España

"En primer lugar, el problema de “demasiado grande para quebrar” ha empeorado. Los grandes bancos, que fueron rescatados por el Gobierno de los Estados Unidos en 2008, se han vuelto aún más grandes, y los ‘seis grandes’ bancos estadounidenses ―JP Morgan Chase, Citigroup, Wells Fargo, Bank of America, Goldman Sachs y Morgan Stanley― poseen, colectivamente, un 43 % más de depósitos, un 84 % más de activos y el triple de dinero en efectivo que tenían antes de la crisis de 2008. Esencialmente, han duplicado el riesgo que derribó el sistema bancario en 2008. 
En segundo lugar, los productos que desencadenaron la crisis de 2008 siguen siendo objeto de comercio. Esto incluía alrededor de 6,7 billones de dólares en títulos respaldados por hipotecas, cuyo valor se ha mantenido solo porque la Reserva Federal compró 1,7 billones de dólares. Los bancos estadounidenses poseen colectivamente 157 billones de dólares en derivados, aproximadamente el doble del PIB mundial. Esto es un 12 % más de lo que poseían al comienzo de la crisis de 2008. 
En tercer lugar, las nuevas estrellas del firmamento financiero –el consorcio de inversores institucionales formado por fondos de cobertura, fondos de capital riesgo, fondos soberanos, fondos de pensiones y otras entidades de inversión– siguen recorriendo la red mundial sin control, operando desde bases virtuales denominadas paraísos fiscales, buscando oportunidades de arbitraje en divisas o valores, o dimensionando la rentabilidad de las empresas para posibles compras de acciones. La propiedad de los aproximadamente 100 billones de dólares en manos de estos refugios fiscales flotantes para los superricos se concentra en 20 fondos.
En cuarto lugar, los operadores financieros están acumulando beneficios en un mar de liquidez proporcionado por los bancos centrales, cuya liberación de dinero barato en aras de poner fin a la recesión consecuencia de la crisis financiera ha dado lugar a la emisión de billones de dólares de deuda, elevando el nivel mundial de deuda a 325 billones de dólares, más de tres veces el tamaño del PIB mundial. Existe un consenso entre los economistas de todo el espectro político de que este aumento de la deuda no puede continuar indefinidamente sin provocar una catástrofe. 
En quinto lugar, en lugar de controlar más estrechamente el sector financiero, algunos países han seguido a las economías capitalistas avanzadas para liberalizarlo. En China, la segunda economía más grande del mundo, esto ha creado una peligrosa conjunción de factores que podrían llevar a una implosión financiera: un mercado de valores volátil, una burbuja inmobiliaria y un sector bancario paralelo no regulado. El número de puntos vulnerables de la economía mundial ha aumentado y todos son candidatos para la próxima gran crisis"

https://ctxt.es/es/20190619/Politica/26847/Walden-Bello-estado-del-poder-2019-capitalismo-financiarizacion-deuda-crisis-financiera.htm

 

 Henri Wilno:
 
"Por otra parte, el endeudamiento de los gobiernos y especialmente de las sociedades no financieras (las empresas) ha comenzado a aumentar de nuevo. Las obligaciones globales emitidas por las sociedades no financieras alcanzaron un récord cercano a los 13 billones de dólares USA a finales de 2018, que, según la OCDE, representa el doble de su importe pendiente en términos reales antes de la crisis financiera de 2008. Según la OCDE, también existe un deterioro en la calidad de los bonos (títulos de deuda) emitidos por las empresas, lo que podría conducir, en caso de una recesión económica, a un aumento en el número de los reembolsos impagados. Lo cierto es que la solvencia de los prestatarios es variable: una desaceleración económica pronunciada o un endurecimiento brutal de las condiciones financieras podrían afectar la capacidad de las compañías endeudadas para garantizar el servicio de su deuda. Este es un punto importante de fragilidad de la situación. Según el Banco de Pagos Internacionales, desde 2008 está teniendo lugar una proliferación de compañías zombis que sobreviven solo mediante el endeudamiento y aprovechándose de las bajas tasas de interés: la proporción de empresas zombi sería del 6% de media en los 14 principales países desarrollados (...)
Frente a esta situación, varios analistas tienden a señalar que si se produjera una nueva crisis financiera, los Estados tendrían menos recursos que en 2009 para hacer frente: las deudas públicas ya son elevadas (lo que prohibiría profundizar los déficits presupuestarios) y los tipos del banco central no podrían seguir cayendo, excepto marginalmente. Se discute esta hipótesis de impotencia de los Estados (desarrollada por varios economistas, incluido Nouriel Roubini, quien anuncia la próxima crisis para 2020): si una crisis pusiera en grave peligro la estabilidad económica, se puede pensar al contrario que los Estados y los bancos centrales no dudarían en liberarse de esas restricciones, incluso disgustando a los más liberales e imponiendo a algunos operadores financieros soluciones completamente heterodoxas y momentáneamente desagradables. Además, tanto el Banco Central Europeo como la Reserva Federal de EE UU están en alerta y listos para regresar a tipos de interés más bajos y recompras de valores. En cuanto a China, desde principios de año ha anunciado varias medidas para apoyar a la economía.
Pero surge otra pregunta: ¿existe aún un piloto a nivel mundial para impulsar acciones coordinadas? El economista estadounidense Charles Kindleberger proporcionó hace unas décadas un interesante análisis de por qué la crisis de 1929 fue tan larga y profunda: para él, ello se debió a las dudas de los Estados Unidos para tomar la iniciativa en la economía mundial cuando, después de la Primera Guerra Mundial, Gran Bretaña ya no podía asumir ese papel. Para Kindleberger, la economía mundial capitalista necesita un estabilizador, un Estado pivote. A raíz de Kindleberger, otros economistas han definido las características que debería tener ese Estado: capacidad de crear estándares internacionales y hacerlos cumplir, voluntad de hacerlo, un predominio en los campos económicos, tecnológicos y militares.
Estados Unidos ha desempeñado un papel semejante desde la Segunda Guerra Mundial (y lo aprovecharon). Sin lugar a dudas, hoy se encuentra en retroceso relativo, aunque conserva el primer lugar. Trump está haciendo todos los esfuerzos para defender el Estado y los intereses del capitalismo estadounidense, tanto económicos como políticos y militares. Multiplica las iniciativas unilaterales y no duda en provocar divisiones entre aliados y socios de Estados Unidos, como lo demuestra sus repetidas declaraciones a favor de un Brexit duro. Sobre todo, Estados Unidos se enfrenta a China, potencia en auge: su objetivo es limitar el déficit comercial de Estados Unidos, frenar la transferencia de tecnología estadounidense a China, poner fin a las subvenciones a las empresas estatales así como un acuerdo sobre divisas y seguir demostrando su poderío militar en el área de Asia-Pacífico. Y en este contexto, Estados Unidos relativizan completamente el papel de las instituciones internacionales, incluidas aquellas donde solo están representados los grandes Estados (G7 y G20). Los estadounidenses conservan el poder de definir ciertas reglas mediante, entre otras cosas, el papel del dólar, que les permitió imponer una ruptura de las relaciones con Irán, incluso a empresas estatales que pensaban que el acuerdo nuclear no fue violado. Por otro lado, no logran responder al proyecto chino de una nueva ruta de la Seda y no es seguro que tengan éxito en su ofensiva para bloquear la expansión de Huawei en todo el mundo.
Por lo tanto, no es seguro que, en caso de nuevas turbulencias financieras, Estados Unidos tengan la posibilidad y la voluntad de reunir a los otros Estados capitalistas bajo su liderazgo, incluso aunque no obstaculicen las tentativas de cooperación para cubrir las brechas… Ello podría ser (como fue el caso en 1929, y sin querer asimilar las dos situaciones) un factor importante de profundización de la crisis"
 
 
 
 
 

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