Isidro López
"A esto le sumamos un mercado laboral al que la reforma laboral, al abaratar drásticamente los costes de despido en previsión de situaciones de crisis, ha convertido en completamente procíclico. La relajada composición capital/trabajo del sector servicios dominante en la creación de empleo, permite que las empresas contraten trabajo adicional o sustituyan trabajo a un coste muy bajo en situaciones de un mínimo dinamismo del consumo. El reverso será la descarga de trabajo excedente de forma semi automática y masiva ante las sacudidas económicas que muy probablemente vienen. Pero, de momento, a partir de este esquema, más de rotación acelerada en el mercado de trabajo que de creación de empleo neto, el gobierno del Partido Popular primero, y el del PSOE después, ha podido maquillar las cifras del paro.
Desde 2017, y con el pleno apoyo del gobierno de Carmena a los gobiernos amigos del PSOE y Juncker, los grandes bancos europeos que financiaban la anterior burbuja se han visto sustituidos por una nueva estructura de concentración del poder inmobiliario en manos de fondos de inversión y fondos buitres norteamericanos. El gigante financiero Blackstone, con 20.000 millones de Euros en activos es hoy el mayor propietario de activos inmobiliarios de España, mercado en el que también ha incrementado sus operaciones Goldman Sachs. Dos de los principales bancos de inversión del mundo, beneficiarios directos o indirectos del rescate a las finanzas estadounidenses y globales, tienen hoy fuertes posiciones en el mercado de alquiler español a través de sus Socimi, cinco en el caso de Blackstone.
Pero ademas, correlativamente, al menos desde hace un año estos gigantes financieros, están comprando masivamente prestamos en peligro de impago o en situación de mora a los bancos españoles. Cosa que en el sistema bancario español y el gobierno se favorece para terminar de llegar allí donde el FROB no llegó y para que los ahora bancos privados procedentes de la privatización de las Cajas de Ahorro puedan recapitalizar sus balances en un momento en que los reguladores europeos van a obligar a los bancos de la Eurozona a aprovisionar sus balances con capital de calidad. De hecho, estas instancias han sido las promotoras de estas operaciones que, de paso, descargan de futuras responsabilidades sobre el sistema financiero español al gobierno alemán. Hoy por hoy, a pesar las siempre solemnes declaraciones de Macron cada cierto tiempo pidiendo la mutualización de las deudas de la eurozona, la Unión Europea sigue profundizando en la sumisión de sus poblaciones al poder financiero global.
Pero esto no sucede gratis, las leyes de desahucio exprés son la garantía para este tipo de operaciones, con lo cual tanto la llave del mercado de alquiler, y en última instancia, del dinamismo de las economías urbanas, como la situación de los balances de los bancos privados están en manos de agentes financieros, en muchos aspectos más poderosos que los estados-nación. Una más que probable reverberación de la crisis dejará la situación de miles de hogares madrileños en manos de unas máquinas de maximizar la extracción de riqueza a la sociedad sin ninguna vinculación al territorio. Ni siquiera al territorio europeo. Quizá en ese momento se repare en cómo se acepto acríticamente la privatización de las cajas de ahorro por una inmensa mayoría de la población. Clientelares y corruptas como eran las cajas, su crisis provino de comportarse como agentes financieros privados no por su estatuto de utilidad pública (...)
El revival neoprogre de la nueva política se mueve en los muy marcados limites temporales y temáticos que marcan las políticas de expansión cuántitativa del Banco Central Europeo. Unas políticas de inyección permanente de liquidez en los mercados, que, dadas las enormes turbulencias que atraviesan hoy el capitalismo global, ha sido incapaz de retirar, a pesar de que se ha anunciado tal cosa en innumerables ocasiones desde el verano del año pasado. Estas políticas han marcado el retorno de las formas del dominio financiero inmobiliario avaladas por la incapacidad de las nuevas formaciones para hacerles frente. Es decir, por la aceptación hace ya tiempo de su derrota como proyectos políticos de radicalidad democrática tanto política como económica. Desde la Operación Chamartín a los nuevos desarrollos del sureste, el ayuntamiento de Manuela Carmena ha sido extraordinariamente complaciente con los poderes reales de la ciudad. Y, como era de temer, ni siquiera estas alianzas le han valido la reelección.
El balance en este sentido, el antagonismo real con las élites que gobiernan la ciudad, es penoso. Hoy Madrid es una ciudad incomparablemente más sometida al poder de bancos, constructoras y fondos buitre de lo que lo era en 2015. Y las así llamadas clases medias dependen, en un marco en el que la devaluación salarial ha sido salvaje, aún más de la propiedad inmobiliaria, la transmisión patrimonial y los efectos riqueza que en 2015. Entre otras cosas, porque la candidatura que tenía la misión histórica de enfrentarse a tal poder financiero e inmobiliario no sólo no lo ha hecho sino que le ha puesto la alfombra roja.
En unos barrios de Madrid que soportan ya mas de diez años de desinversión, recortes, privatizaciones, paro, precariedad y sobreendeudamiento, es sencillo comprobar que el carmenismo no trabaja para ellos. Y es que, más allá de la comprensión técnica de los fenómenos inmobiliarios, Carmena se ha regodeado visiblemente en su complicidad con los poderes económicos y ha pretendido que con su optimismo naif sobreactuado se compensaría su catastrófica política económica desde el punto de vista de los que menos tienen"
No hay comentarios:
Publicar un comentario