Arrecian las huelgas de trabajadores precarios, en virtud de ese modelo neoliberal apuntalado desde los tiempos de Felipe González y después amortajado constitucionalmente por el 135 de Zapatero-Rajoy, la razón por la que no puede impugnarse hoy el techo de gasto sin horribles represalias.
Y desde entonces el gran problema de este país es su dependencia visceral de la deuda para su crecimiento económico, alcanzando actualmente récords de deuda pública a la que se responsabiliza irresponsablemente del dispendioso endeudamiento privado. Toda una nueva invitación a colapsar en la próxima crisis de deuda financiera global.
Justicia poética, le toca a este gobierno lidiar con los efectos laborales de un modelo ampliamente reforzado por el PSOE en las últimas décadas, agravado tras el crack de 2008.
De nuevo, Ada Colau estaba donde tenía que estar en la crisis del taxi, tratando de regular un sector desregulado con la aquiescencia bipartidista neoliberal, y al gobierno le salió el tic recusando la norma de Colau ante los tribunales. Arregle ahora tanta hipocresía política.
En cuanto a los 6000 millones que liberar para gasto social en virtud del pacto con Bruselas, no perdamos de vista que es un asunto que este gobierno ha intentado pactar con la derecha, en ese tic indisimulable del PSOE. Solo después del fracaso intenta que la izquierda le saque las castañas del fuego, ese Unidos Podemos que ha posibilitado que gobierne, pero no por ello merece el respeto aún de sentarse a negociar con ellos.
Señores del PSOE, siéntense y negocien: y lo que el techo de gasto de la UE impida ¡recáudelo, recóbrelo pactando subidas de impuestos con sus únicos socios razonables! Enmienden su deriva de lustros y hagan honor de una vez a su pretendida socialdemocracia: o vayamos a elecciones de nuevo y prosigamos la farsa político-económica camino de la ultraderecha.
No se puede sostener mucho tiempo el engaño sobre muchos. Por ejemplo, no se puede comandar de pronto el banderín de los derechos humanos acogiendo los barcos que Italia no quiere, y al tiempo pactando campos de concentración de inmigrantes en Libia para que no molesten por aquí.
El problema para el progreso social en este país, del desarrollo institucional de las fuerzas de izquierda, lo constituye desde hace años un PSOE de dos caras. A lo que se ve, no es el PS portugués: su modelo más cercano es el de una Syriza traidora a su gente, principalmente guardiana fiel de los intereses capitales. El Sánchez que se desnudaba ante Evole una vez desahuciado, y el Sánchez que pactaba con C´s y ahora pretende gobernar como si contara con mayoría absoluta... a su derecha.
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