Y nos ha traído el tiempo de los profesores universitarios. Esto ya es un avance frente a lo que estamos acostumbrados.
El metafísico Gabilondo, el poeta Luis García Montero y el filósofo político Luis Alegre compitiendo para la presidencia autonómica de Madrid. Veremos al final hasta qué punto pactando.
Gabilondo ha demostrado maneras en la capacidad negociadora, pero hasta ahora solo con la derecha. Es el responsable de la digestión sin anestesia del Plan Bolonia, una primera entrega de la Universidad pública a los intereses y directrices corporativas en la línea exigida por esta UE neoliberal, cuya continuación extrema estamos estos días padeciendo con Wert. Esta americanización de cuyo inminente peligro nos venía avisando Naomi Klein en su No-Logo, o Susan George.
Los otros dos candidatos, igual de universitarios y opuestos conspicuos a dicho Plan junto con los estudiantes, no tendrán recato en señalárselo.
¿Hasta dónde estaría dispuesto Gabilondo, al que aprecio personalmente, a desmantelar los conciertos educativos en Madrid, o revertir la privatización sanitaria? ¿Y detener grandes pelotazos urbanísticos? Ahí es donde echarán anclas García Montero y Alegre, y son la única posibilidad del PSOE en colaborar para expulsar terminantemente a la derecha del destartalado y saqueado Madrid.
El plan Felipe González, adalid de la operacion Gabilondo, desde el principio apuntaba a repartirse en adelante el pastel con el PP en Madrid. Quizás junto con Ciudadanos.
No adelantemos que necesariamente ese vaya a ser el plan de alianzas del propio Gabilondo, si hemos de creer en sus palabras contra la inequidad en su presentación, y que no le queden excesivamente metafísicas. Lo cierto es que por peso electoral le tocaría plegarse al plan Podemos, y no a la inversa. No descartemos el factor sorpresa en el seno del propio PSOE, ni las preferencias de buena parte de sus descontentas bases.
Luis García Montero, una buena inversión con el apoyo de la izquierda cultural española, y la visibilidad mediática que ello garantiza, de la que IU está huérfana frente a Podemos.
Y el viejo profesor Tierno Galván, prologuista de Wittgenstein y promotor de la movida cultural madrileña, referente en boca de todos.
Las tropas de Bush escoltaban los pozos petroliferos mientras permitían que el caos que habían importado allí vaciase o destruyese ante sus narices museos de arte y cultura milenarias ¿lo recuerdan?
Hoy el Estado Islámico aporrea y destroza estatuas asirias en directo. Hoy nuestra prensa descubre, y se duele de la barbarie en el mundo, en paralelo las gestas de Boko Haram.
Pues si mayormente espejean.
Tan resortes unos como otros del mismo capitalismo imperial fundado en el caos expansivo, del que participamos todos.
Solo recordar que la guerra a muerte contra la cultura no es un invento talibán ni empezó con el atentado al Charlie Hebdo.
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