“En los países democráticos no se percibe la naturaleza violenta de la economía, mientras que en los países autoritarios lo que no se percibe es la naturaleza económica de la violencia”
Bertolt Brecht

"Hay que aprender de los errores del siglo XX y superarlos. El capitalismo no lo ha hecho. Los socialistas deben hacerlo"
Tariq Ali

"La cuestión no es mercado sí o mercado no, es qué espacio tenemos que concederle al mercado para que tenga efectos positivos y qué espacio tenemos que quitarle para que no tenga efectos negativos"
César Rendueles ("Capitalismo canalla" antídoto para "Los enemigos del comercio" de A. Escohotado)

"Los poderosos siempre han perseguido a los alfabetizadores, a los que paraban las balas con columnas de periódico, a los que hacían escudos con libros cargados de metáforas y razones. También a los que han hecho visibles a los invisibles, a los que enseñan a decir no con una sonrisa y también a los que enseñan desde el monte a recordar que no hay que vivir de rodillas"
J.C. Monedero

Qué son los PsyOps: "Los daños que causan las PsyOps [Operaciones Psicológicas] se reflejan en la aparición de cambios en el plano cognitivo y mental (...) Toda operación militar, y por tanto toda operación psicológica, tiene que contar con una cadena de mando. El análisis detallado de los mensajes a través de Twitter y Facebook ha permitido descubrir «nodos de red», o sea estados mayores implicados en la operación. Estos están entrenados en el uso de métodos de control de las multitudes para crear una situación de contagio entre individuos de diferentes medios y orígenes. De esa manera, los estados mayores logran localizar fácilmente los «repetidores de opinión», o sea los individuos que influyen sobre los demás. Los especialistas pueden entonces optar entre informarlos sobre el proyecto o mantenerlos en la ignorancia de lo que está sucediendo"
Valentin Vasilescu (experto en inteligencia militar)

"Gozamos de tres bienes de valor incalculable. La libertad de conciencia, la libertad de palabra y la prudencia de no usar nunca ninguna de las dos". Mark Twain.


viernes, 24 de mayo de 2019

La tragicomedia europea del voto

 
Rafael Poch:
 
"Las elecciones europeas del domingo van a ser particularmente intrascendentes. El voto no decide absolutamente nada, pues el Parlamento Europeo pinta bien poco. Además, el sistema UE que decide casi todo lo fundamental en la política de los países miembros, no está sometido a voto. La política económica y monetaria la deciden los bancos, el BCE y la Comisión, la política exterior y de seguridad sigue siendo cosa del Pentágono a través de la OTAN, y el marco general viene determinado por unos tratados europeos que están blindados por su principal beneficiario, Alemania, para que no se puedan cambiar. La comedia es manifiesta (...)
Como ha explicado Oskar Lafontaine, la canciller Merkel lo dijo todo en su último discurso electoral pronunciado el sábado en Zagreb. No se dejó nada. Europa es “un proyecto de paz” (por eso colaboramos con las guerras de Estados Unidos en Oriente Medio y Afganistán, nos rearmamos y enviamos tropas a África), “un proyecto de libertad” (por eso nos implicamos de forma tan decidida por la libertad de Julian Assange), “y un proyecto de bienestar” (por eso Grecia y otros países del sur como España, Italia y Portugal, sufren recortes sociales y salariales dictados por el nacionalismo exportador de Alemania). “El nacionalismo es el enemigo del proyecto europeo”, dice Merkel, que por una vez acierta aunque sin referirse al suyo. “Cuando defendemos nuestros intereses sabemos ponernos en el lugar de los otros”, dice la Canciller que se ha cargado el legado de Willy Brandt con una política de sanciones y confrontación con Rusia, precisamente por ignorar los intereses de ese país. Todo esto, ¿es cinismo o es ceguera?, se pregunta Lafontaine.
Y lo peor es que toda esta gran comedia puede saltar por los aires en cualquier momento. El sector financiero sigue sin estar regulado. Los sistemas de garantía están en pañales y si la banca vuelve a petar no habrá de donde sacar el dinero, advierte con su habitual buen juicio el economista aterrado Frédéric Lordon , que cita el diagnóstico de Thomas Piketty: “nos arriesgamos a revivir 2008, pero en peor”. ¿Se dejará la ciudadanía atracar de nuevo y con mayor intensidad? Aquí es donde regresamos a la importancia de los gilets jaunes , el movimiento social francés.
Después de más de seis meses, decenas de miles de franceses continúan movilizándose cada sábado. Últimamente la participación ha decaído. ¿Y qué? No todo el mundo está dispuesto a jugarse el tipo. A finales de abril el balance de daños del movimiento era: un muerto, 248 heridos en la cabeza, 23 personas que han perdido un ojo, cinco con manos o dedos mutilados, miles de detenidos y decenas de miles de gaseados y maltratados por una violencia policial inusitada que no ha respetado a periodistas ni a veteranos. La policía de Macron ha utilizado granadas explosivas antidisturbios (GLI-F4) y proyectiles de goma (LBD40) que han hecho posicionarse a Amnistía Internacional, la Liga de los Derechos del Hombre y a la Comisión de derechos de la ONU dirigida por Michelle Bachelet. La reacción mediática francesa a la alarma expresada por Bachelet batió todos los récords de patetismo. Macron intenta fortalecer el poder ejecutivo e institucionalizar una especie de estado de urgencia policial permanente desde una mayoría parlamentaria tan aplastante como aparente, pues su apoyo social es pequeño.
Seis meses después, millones de franceses, que no salen a la calle, apoyan este movimiento pese a la fuerte y grosera presión mediática que han recibido. ¿Cambiará algo la elección europea a esta situación? La respuesta es un rotundo “no”. El peligro de una nueva quiebra financiera seguirá ahí, y el precedente de movilización social francesa potencialmente contagiosa, también.
“El movimiento de los gilets jaunes ya no tiene una salida política”, ha dicho Macron. Como Merkel, el Presidente francés acierta cuando se equivoca, porque cuando la banca vuelva a pinchar, podríamos ver a ese movimiento decidir –no en las urnas, sino en la calle- una crisis de régimen en Francia y extenderse por todo el continente. La mecha está encendida y estas elecciones no cambian absolutamente nada ese cuadro"
 
 
 

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