“En los países democráticos no se percibe la naturaleza violenta de la economía, mientras que en los países autoritarios lo que no se percibe es la naturaleza económica de la violencia”
Bertolt Brecht

"Hay que aprender de los errores del siglo XX y superarlos. El capitalismo no lo ha hecho. Los socialistas deben hacerlo"
Tariq Ali

"La cuestión no es mercado sí o mercado no, es qué espacio tenemos que concederle al mercado para que tenga efectos positivos y qué espacio tenemos que quitarle para que no tenga efectos negativos"
César Rendueles ("Capitalismo canalla" antídoto para "Los enemigos del comercio" de A. Escohotado)

"Los poderosos siempre han perseguido a los alfabetizadores, a los que paraban las balas con columnas de periódico, a los que hacían escudos con libros cargados de metáforas y razones. También a los que han hecho visibles a los invisibles, a los que enseñan a decir no con una sonrisa y también a los que enseñan desde el monte a recordar que no hay que vivir de rodillas"
J.C. Monedero

Qué son los PsyOps: "Los daños que causan las PsyOps [Operaciones Psicológicas] se reflejan en la aparición de cambios en el plano cognitivo y mental (...) Toda operación militar, y por tanto toda operación psicológica, tiene que contar con una cadena de mando. El análisis detallado de los mensajes a través de Twitter y Facebook ha permitido descubrir «nodos de red», o sea estados mayores implicados en la operación. Estos están entrenados en el uso de métodos de control de las multitudes para crear una situación de contagio entre individuos de diferentes medios y orígenes. De esa manera, los estados mayores logran localizar fácilmente los «repetidores de opinión», o sea los individuos que influyen sobre los demás. Los especialistas pueden entonces optar entre informarlos sobre el proyecto o mantenerlos en la ignorancia de lo que está sucediendo"
Valentin Vasilescu (experto en inteligencia militar)

"Gozamos de tres bienes de valor incalculable. La libertad de conciencia, la libertad de palabra y la prudencia de no usar nunca ninguna de las dos". Mark Twain.


lunes, 20 de agosto de 2018

Cosas de la Reserva como si solo fuera Trump

 
Dan Glazebrook  (RT, Counterpunch, Z magazine, The Morning Star, The Guardian, The New Statesman, The Independent y Middle East Eye)
 
"La vulnerabilidad de la moneda se debe a la enorme deuda del país en dólares. Las empresas turcas deben actualmente casi 300.000   millones de dólares de deudas en divisa extranjera, una cifra que representa más de la mitad de su PIB. La pregunta es cómo ha ocurrido y por qué de pronto se ha convertido ahora en un problema.
Durante la era de la expansión cuantitativa (QE, por sus siglas en inglés) la Reserva Federal estadounidense inundó las instituciones financieras estadounidenses con 3.5 billones de dólares nuevos, la mayoría de los cuales se destinaron a los llamados “mercados emergentes”, como Turquía. Mientras la música seguía sonando todo iba bien: unas tasas de interés cercanas a cero combinadas con un dólar débil hicieron que estas deudas fueran asequibles. Pero desde que la Reserva Federal puso fin a su programa de expansión cuantitativa el año pasado y a continuación empezó a revertirlo vendiendo los activos financieros que había comprado (y, por lo tanto, sacando los dólares del sistema financiero) el valor del dólar ha empezado a aumentar otra vez, lo que ha hecho que los pagos de la deuda sean menos asequibles.
Esta apreciación del dólar se ha visto agravada por dos aumentos sucesivos de las tasas de interés por parte de la Reserva Federal, pero también por los pasos dados por Trump. Paradójicamente, las guerras comerciales de Trump han llevado a que el dólar suba más ya que los inversores lo han considerado un “refugio seguro” en comparación con otras divisas que se consideran menos capaces de soportar las impredecibles turbulencias que ha desencadenado Trump. Incluso el yen y el franco suizo, que tradicionalmente se suelen considerar “tan buenos como el oro”, se han debilitado frente al dólar, lo mismo que le ha ocurrido, de hecho, al propio oro.
Como afirmó Aly-Khan Satchu, fundador y presidente de Rich Management, “han convertido al dólar estadounidense en un arma, ya sea deliberadamente o según un plan” (¿hay diferencia?). Añadió además que el “dólar está castigando básicamente a los países” y advirtió que otros países sufrirán el mismo trato “si siguen llevando adelante las mismas políticas que Erdogan”.
Por consiguiente, Estados Unidos ha propinado un revés cuádruple a Turquía: subidas de los tipos de interés y corte del suministro de dólares por parte de la Reserva, aranceles y sanciones de Trump. El resultado es una pérdida del valor de la lira de casi el 40 % desde principios de año.
Los efectos ya se sienten mucho más allá de las fronteras turcas: el rand sudafricano cayó el lunes a su nivel más bajo desde hace dos años y la rupia india, el peso mexicano y la rupia indonesia también se han visto fuertemente afectados. No es de extrañar ya que el aumento de las deudas en dólares (de 2 billones de dólares hace 15 años a 9 billones hoy en día, sobre todo en el Sur Global) junto a la reversión del QE era una crisis que se veía venir. Actualmente se están dando todas las condiciones que prefiguraron la crisis monetaria de sudeste asiático en 1997. Solo se necesitaba un empujón, que es exactamente lo que ha hecho Trump.
De todo esto hablan los manuales o deberían hacerlo en caso de que los manuales de economía guardaran alguna relación con la realidad (cosa que no hacen). Los diez últimos años son casi una repetición exacta de la década que llevó a la crisis de 1997 (...)
Así pues, no es tan difícil ver por qué Trump y la Reserva Federal pueden desear desencadenar hoy esta crisis. Cuantas más monedas de países endeudados en dólares bajen más bienes y servicios reales tendrán que pagar como tributo a Estados Unidos para pagar los intereses de las mismas deudas en papel dólar, mientras que aquellos que no puedan pagar serán engullidos por muy poco dinero.
No obstante, más allá de estos beneficios meramente económicos, también subyace el imperativo geopolítico: mantener y extender la dominación estadounidense hundiendo a sus rivales. A fin de cuentas Trump no hace otra cosa que convertir todos los posible medios de poder de los que dispone en una palanca para destruir a sus oponentes. Empujar a un país tras otro al borde de la ruina (y, por tanto, a caer en manos del FMI para que los rescate) es una forma de convertir la dependencia respecto al dólar creada durante la década pasada en poder puro y duro.
Son fáciles de imaginar las exigencias que podría tener Estados Unidos a cambio de apoyar un rescate del FMI: acabar con las importaciones de petróleo procedente de Irán, suspender la participación en la “Iniciativa del Cinturón y la Ruta” de China… el potencial es enorme. Ya se ha amenazado directamente a Turquía acerca de “lo que debe hacer” para “tranquilizar a los mercados”: The Times, por ejemplo, pedía que “Erdogan ponga fin a su rencilla con Occidente si quiere evitar una crisis más profunda; […] su forma de actuar debería ser clara: debería subir las tasas de interés [esto es, prometer a los inversores internacionales de divisas un recorte mayor de la economía turca], hacer caso a economistas competentes, garantizar explícitamente la independencia del Banco Central [esto es, hacer que deje de estar bajo supervisión democrática] y reconciliarse con el presidente Trump” ya que, a fin de cuentas, “se necesitará el apoyo de Estados Unidos si el FMI y el Banco Mundial van a intervenir”.
De hecho, ahí es donde se descubre una vez más la falsa dicotomía entre los “globalistas” y los “nacionalistas económicos” en la Casa Blanca de Trump (y en el país en general). Cuando se trata de empujar a la quiebra al Sur Global sus intereses coinciden totalmente. Por mucho que los comunicados de prensa de Goldman Sachs peroren una y otra vez contra de los aranceles de Trump, la realidad es que la guerra comercial es la guinda del pastel de la propia política de la Reserva Federal de aplastar a los “mercados emergentes”.
Wall Street depende precisamente del tipo de inestabilidad financiera que ha desencadenado la guerra comercial de Trump. Como señala Peter Gowan, “la economía estadounidense […] depende de reproducir constantemente la inestabilidad monetaria y financiera internacional”. Wall Street en particular “depende de las inestabilidades caóticas en los sistemas financieros del ‘mercado emergente’”. Pero la verdadera naturaleza de estas acciones se disimula envolviéndolas en la bandera y presentándolas junto a los gritos de alarma de los “globalistas”. El Sur Global está ahora al borde del precipicio y tanto los “liberales de la clase dirigente” como los “insurgentes nacionalistas” hacen en fila para darles un empujón"
 
 
 

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