“En los países democráticos no se percibe la naturaleza violenta de la economía, mientras que en los países autoritarios lo que no se percibe es la naturaleza económica de la violencia”
Bertolt Brecht

"Hay que aprender de los errores del siglo XX y superarlos. El capitalismo no lo ha hecho. Los socialistas deben hacerlo"
Tariq Ali

"La cuestión no es mercado sí o mercado no, es qué espacio tenemos que concederle al mercado para que tenga efectos positivos y qué espacio tenemos que quitarle para que no tenga efectos negativos"
César Rendueles ("Capitalismo canalla" antídoto para "Los enemigos del comercio" de A. Escohotado)

"Los poderosos siempre han perseguido a los alfabetizadores, a los que paraban las balas con columnas de periódico, a los que hacían escudos con libros cargados de metáforas y razones. También a los que han hecho visibles a los invisibles, a los que enseñan a decir no con una sonrisa y también a los que enseñan desde el monte a recordar que no hay que vivir de rodillas"
J.C. Monedero

Qué son los PsyOps: "Los daños que causan las PsyOps [Operaciones Psicológicas] se reflejan en la aparición de cambios en el plano cognitivo y mental (...) Toda operación militar, y por tanto toda operación psicológica, tiene que contar con una cadena de mando. El análisis detallado de los mensajes a través de Twitter y Facebook ha permitido descubrir «nodos de red», o sea estados mayores implicados en la operación. Estos están entrenados en el uso de métodos de control de las multitudes para crear una situación de contagio entre individuos de diferentes medios y orígenes. De esa manera, los estados mayores logran localizar fácilmente los «repetidores de opinión», o sea los individuos que influyen sobre los demás. Los especialistas pueden entonces optar entre informarlos sobre el proyecto o mantenerlos en la ignorancia de lo que está sucediendo"
Valentin Vasilescu (experto en inteligencia militar)

"Gozamos de tres bienes de valor incalculable. La libertad de conciencia, la libertad de palabra y la prudencia de no usar nunca ninguna de las dos". Mark Twain.


jueves, 12 de abril de 2018

Tan agónico como bélicamente histérico, Trump solo lo simboliza (de las guerras por Twitter)

 
Del capitalismo senil, anunciado por el magnífico economista egipcio Samir Amin en los 2000, a la actual fase histérica de Guerra Total.
Y como señalaba Walter Benjamin, lo revolucionario equivaldría cada vez más a un freno de mano frente a la aceleración del desastre.
 
Andrés Piqueras/Alberto Rabilotta (magnífico repaso histórico sobre el significado de la URSS en su centenario revolucionario, extraemos su última parte):
 
"La Guerra Total, que ha sido también bautizada como de “cuarta generación”, se hace la modalidad de guerra del capitalismo degenerativo. Está desatada y librada de forma permanente, sin necesidad de declaración alguna. La destrucción de territorios, la promoción bélica del desorden, la conversión de países en ruinas, no sólo busca la apropiación de recursos energéticos o de cualquier tipo, así como resultados geoestratégicos, sino además hacer de la devastación una forma de ganancia, de reinversión de los capitales excedentes, de otra manera ociosos, y permite el desligamiento de nuevas olas expansivas de la especulación. Vehículo para prolongar o preservar ganancias, para estirar rentas sobre recursos o ventajas comparativas, para frenar en suma el derrumbe económico. También para disciplinar al mundo emergente.
Irak, Afganistán, Somalia, Yugoslavia, Libia, Siria, Ucrania, Venezuela (y resto de países del Alba), son algunos de los ejemplos de la Guerra Total . Ante la decadencia del capitalismo global y de su país hegemón (EE.UU.), la irrupción de países emergentes como China y Rusia se contempla como último anclaje de un capitalismo productivo-energético, pero al tiempo como un peligro para los viejos poderes. La diseñada “Nueva Ruta de la Seda” china (apoyada por Rusia) sería algo así como el último intento de una suerte de “keynesianismo global”, un proyecto que abre las puertas a un “nuevo mundo” más equilibrado, con una repartición mejor de la riqueza. Pero el mundo anglosajón que ha quedado rezagado, ha intentado hasta hoy por todos los medios frenarlo (apoyado por buena parte de una Europa decadente y subordinada). Por eso EE.UU. y sus adláteres instauran el caos, agujeros negros de destrucción bélica y barbarie en el camino de esa Ruta.
Ante la falta de posibilidades de levantar cualquier proyecto social, su meta es la destrucción de lo que pueda resultar díscolo o alternativo.
En su otra vertiente, la Guerra Total se manifiesta también como guerra interna, contra las propias sociedades, que va in crescendo mediante la militarización del orden social y la proliferación de estados de excepción y estados de emergencia, amén de los dispositivos jurídico-institucionales de represión de la protesta y criminalización de los desheredados.
En el centenario del nacimiento de la URSS, el capitalismo comienza a agonizar. Entramos con ello en un momento de alta inestabilidad e incertidumbre, el famoso interregno gramsciano. Su sustitución por un nuevo orden sistémico como un decurso pasivo propiciado por la automatización y la actual revolución científico-técnica, su descomposición en diferentes formas de producción-supervivencia de unas y otras partes de la humanidad, o la intervención política que encamine a la socialización de las máquinas está por decidir. Mientras lo viejo no acaba de morir y lo nuevo no termina de nacer, lo previsible es que siga la cadena de destrucción y muerte de un sistema moribundo. Más tiempo dure su agonía, más dolor, muerte y penurias para la humanidad.
La URSS, como cualquiera de las otras experiencias de desconexión con el orden capitalista del siglo XX, no pudo a la postre librarse de la ley del valor del capital, no tenían las condiciones socioeconómicas para ello (en 1967-68 Radovan Ritcha analizó la incompatibilidad del modelo de crecimiento industrial y el socialismo, diciendo así que se necesitaba de la revolución tecno-científica para construir socialismo, al menos si se está rodeado de un mundo capitalista). Pero hoy esas condiciones sí están dadas (esa revolución científico-técnica ya está aquí). Por eso, más allá de ver aquellos procesos revolucionarios como intentos fracasados de ida y vuelta al capitalismo, podríamos contemplarlos, con el beneficio de la distancia histórica, como estallidos del capitalismo antes de su definitiva superación.
La Rusia actual tendrá que virar (¿de nuevo?) hacia el capitalismo de Estado si quiere tener algún lugar en el mundo que se avecina (China, desde su intento de ruptura, ha comenzado a involucionar también hacia él). Su razón de ser, capitalista, nada bueno nos augura respecto de las posibilidades de superar los límites del capitalismo, ni los de la naturaleza, pero al menos desde esa posición es más fácil acomodarse a la era postcapitalista. Y la llamaremos así de momento porque probablemente transcurrirá bastante tiempo hasta que de la agonía de este sistema cuaje algo definido y estable para la humanidad, o al menos para algunas partes de la misma"
 
 

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