Curioso que nuestros medios no especifiquen nunca qué muertos en concreto:
Atilio Borón:
"La brutal ofensiva de la oposición
-criminal por sus métodos y sus propósitos antidemocráticos- encuentra
en los gobiernos conservadores de la región y en desprestigiados ex
gobernantes figurones que inflan su pecho en defensa de la “oposición
democrática” en Venezuela y exigen al gobierno de Maduro la inmediata
liberación de los “presos políticos”. La canalla mediática y "la
embajada" hacen lo suyo y multiplican por mil estas mentiras. Los
criminales que incendian un hospital de niños forman parte de esa
supuesta legión de demócratas que luchan para deponer la “tiranía” de
Maduro. También lo son los terroristas -¿se los puede llamar de otro
modo?- que incendian, destruyen, saquean, agreden y matan con total
impunidad (protegidos por las policías de las 19 alcaldías opositoras,
de las 335 que hay en el país). Si la policía bolivariana -que no lleva
armas de fuego desde los tiempos de Chávez- los captura se produce una
pasmosa mutación: la derecha y sus medios convierten a esos delincuentes
comunes en “presos políticos” y “combatientes por la libertad”, como
los que en El Salvador asesinaron a Monseñor Oscar Arnulfo Romero y a
los jesuitas de la UCA; o como los “contras” que asolaron la Nicaragua
sandinista financiados por la operación “Irán-Contras” planeada y
ejecutada desde la Casa Blanca.
Resumiendo: lo que está
sucediendo hoy en Venezuela es que la contrarrevolución trata de tomar
las calles –y lo ha logrado en varios puntos del país- y producir, junto
con el desabastecimiento programado y la guerra económica el caos
social que remate en una coyuntura de disolución nacional y desencadene
el desplome de la revolución bolivariana. (...)
A tal efecto Washington aplica la misma
receta administrada en tantos países: organizar la oposición y
convertirla en la semilla de la contrarrevolución, ofrecerle
financiamiento, cobertura mediática y diplomática, armas; inventar sus
líderes, fijar la agenda y reclutar a mercenarios y malvivientes de la
peor calaña que hagan la tarea sucia de "calentar la calle" matando,
destruyendo, incendiando, saqueando, mientras sus principales dirigentes
se fotografían con presidentes, ministros, el Secretario General de la
OEA y demás agentes del imperio. Esto mismo hicieron hace unos años con
gran éxito en Libia, en donde Washington y sus compinches inventaron los
“combatientes por la libertad” en Benghasi. La prensa hegemónica
difundió esa falsa noticia a los cuatro vientos y la OTAN hizo lo que
hacía falta. El resultado final: destrucción de Libia bombardeada a
mansalva durante meses, caída y linchamiento de Gadafi, entre las
risotadas de una hiena llamada Hillary Clinton. En Venezuela están
aplicando el mismo plan, con bandas armadas que destruyen y matan lo que
sea ante una policía poco menos que indefensa (...)
Esa prensa proclama indignada que la represión cobró la vida de más de
treinta personas pero oculta aviesamente que la mayoría de los muertos
son chavistas y que por lo menos cinco de ellos policías bolivarianos
ultimados por los "combatientes por la libertad". Los incendios, saqueos
y asesinatos, la incitación y la comisión de actos sediciosos son
publicitados como la comprensible exaltación de un pueblo sometido a una
monstruosa dictadura que, curiosamente, deja que sus opositores entren y
salgan del país a voluntad, visiten a gobiernos amigos o a
instituciones putrefactas como la OEA para requerir que su país sea
invadido por tropas enemigas, hagan periódicas declaraciones a la
prensa, convaliden la violencia desatada, se reúnan en una farsa de
Asamblea Nacional, dispongan de un fenomenal aparato mediático que
miente como jamás antes, vayan a terceros países a apoyar a candidatos
de extrema derecha en elecciones presidenciales sin que ninguno sea
molestado por las autoridades [léase la mujer de Leopoldo López celebrando junto a Trump, por ejemplo] ¡Curiosa dictadura la de Maduro! Todas
estas protestas y sus instigadores están encaminadas a un solo fin:
garantizar el triunfo de la contrarrevolución y restaurar el viejo orden
pre-chavista mediante un caos científicamente programado por gentes
como Gene Sharp y otros consultores de la CIA que han escrito varios
manuales de instrucción sobre como desestabilizar gobiernos"
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