En ambos casos, andaluz y nacional, suena irremediablemente a PP. Por eso dicen que la oligarquía la prefiere y promociona.
Creo que esa opción en Andalucía reforzaría electoralmente las tesis de Podemos sobre el régimen bipartidista, de cara a las generales.
Y la estratagema debe confiar en que muchos votantes andaluces no echen estas cuentas y acaben decantándose de antemano para contrarrestarla.
A Podemos se le plantea su primera gran disyuntiva. Sus votos unidos a los de IU podrían llegar a empatar con PSOE. Creo que eso lo agradecerían muchos andaluces, y les haría crecer a lo largo de este par de meses a costa del PSOE. Tienen a su favor la marea de Syriza, con toda la publicidad que acapararán desde el principio sus primeras medidas.
Pero me temo lo peor.
En la medida en que Syriza se vea apoyada por el PKK, que promete apoyo anti-OTAN y anti-Troika, o para una buena reforma fiscal o bancaria, sabremos la profundidad sociopolítica y económica de las políticas de Syriza.
Y en la medida en que se apoye en su socio de gobierno veremos cuánto puede acercarse dicho socio conservador y xenófobo a la socialdemocracia o a un New Deal, o cuánto piensa plegarse Syriza a la oligarquía griega.
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