Fundadora de ATTAC Francia, su lúcido Informe Lugano profetizaba ya en los 90 hacia dónde conducía la globalización neoliberal en lo que refiere a la gran masa sobrante de la humanidad, así como lleva décadas avisando sobre los límites ecológicos del desarrollo hipertrófico.
Susan George:
"Estos tratados no son simplemente sobre “comercio”. Estos acuerdos
sirven para dar más poder a las empresas. Poder para demandar a los
gobiernos si creen que una ley, y no sólo leyes comerciales, puede
afectar a sus beneficios. Sirven para que puedan estar presentes cuando
se escriban esas regulaciones; de ese modo pueden introducir sus
productos de alimentación sin probar si son dañinos para nuestra salud o
no. También son tratados para facilitar la inversión, lo cual antepone
los intereses de los inversores extranjeros sobre los locales (...)
El CETA es igual de peligroso, ya que tiene los mismos factores que
tiene el TTIP. Además, todas las empresas norteamericanas tienen
empresas subsidiarias o sedes en Canadá. La economía de ese país está
fuertemente controlada por la estadounidense. De manera que si la
empresa matriz X, con base en Estados Unidos, tiene un problema con una
ley en España, puede pedir a su empresa subsidiaria Y, con base en
Canadá, que denuncie al Gobierno español para tumbar esa ley. El CETA
también tiene el mecanismo de arbitraje de diferencias inversor-estado
(ISDS por sus siglas en inglés), con el cual las empresas pueden
denunciar a gobiernos ante tribunales privados (...)
No será fácil para los agricultores
europeos competir en un mercado que se inundará de mercancías de Estados
Unidos y Canadá, igual que no lo fue para los campesinos mexicanos que
perdieron casi dos millones de empleos tras la firma del NAFTA, el
tratado entre Estados Unidos, México y Canadá.
Siempre explica
que la lucha contra el TTIP ha sido muy efectiva porque ese tratado
afecta a muchos sectores, y estos sectores han luchado juntos. El
problema global de la deuda externa también afecta a la mayoría de sectores pero no tiene el mismo apoyo. ¿Por qué?
Tuve
el privilegio de conocer a un exministro de Economía brasileño durante
lo que llamamos la “gran crisis de la deuda en el tercer mundo”, a
finales de los 80 y principios de los 90, y le pregunté: “¿Por qué no os
unís varios países y hacéis un impago hasta que se os conceda una
quita?”. Me dijo que lo había intentado, habló con Argentina, Uruguay y
otros países, pero no lo consiguió. Eso debe cambiar y debemos actuar de
otra manera esta vez.
Ahora mismo hay varios países en Europa que se encuentran en la misma
situación en que se encontraban esos países durante aquella crisis de
la deuda. Los enemigos son comunes y sabemos quiénes son: el Fondo Monetario Internacional , la Comisión Europea y el Banco Central
Europeo. Es un enemigo fuerte que tiene muchas formas de atemorizar y
hacernos entrar en vereda. Hemos presenciado un buen intento y trabajo
en este sentido en Grecia, de la mano de mi buen amigo Éric Toussaint,
pero otros países no han apoyado a Grecia porque tienen miedo. Aquí está
el problema y es lo que tenemos que cambiar. Los países bajo el yugo de
la deuda se tienen que unir para decidir qué hacer con sus deudas y no
pagarlas.
Remarca continuamente que la principal batalla debe ser la ecológica y energética. ¿Cómo debemos afrontarla?
Una
de las principales metas que debemos tener en mente es Europa. Como uno
de los continentes más poderosos, tiene una enorme responsabilidad en
el medio ambiente mundial. Yo no creo que tengamos que gastar muchos
esfuerzos en salvar Europa, pero en el tema climático creo que debemos
intentar que Europa no se suicide, porque eso es lo que está haciendo
ahora mismo con sus políticas energéticas y ecológicas. Por lo que
tenemos que intentar cambiar el rumbo político de Europa.
Les he
pedido a mis compañeros de ATTAC Alemania que centren un especial
esfuerzo en intentar influir para ese cambio en su país, ya que
actualmente las políticas neoliberales impuestas por Alemania al resto
de Europa, y por ende las impuestas por Europa a gran parte de los otros
continentes, son una amenaza directa para el planeta. Pero la población
europea ya sabe que el problema ecológico y ambiental es real y que nos
afecta, por lo que la batalla consiste en hacer ver a esa población que
hace falta cambiar esas políticas europeas y a quienes las defienden.
Dice que “España ha sido usada como un laboratorio para ver cuánto podemos resistir”. ¿Ha acabado ya ese experimento?
No,
no tiene pinta de que haya acabado. España sigue sufriendo las
políticas impuestas de austeridad y de continuo endeudamiento, se sigue
agrandando la desigualdad, y el poder de la Troika
sobre España es cada vez mayor. Un cambio político en las últimas
elecciones podría haber cambiado el rumbo de España y terminar con ese
experimento. Pero parece que la coalición entre Podemos y PSOE fue
imposible y España sigue en el mismo sitio y sufriendo las mismas
políticas neoliberales que lleva aplicando desde que empezó la crisis.
Hace
un año y medio dijo en una entrevista que “Podemos es una gran
oportunidad, no sólo para España, sino para Europa”. ¿Todavía lo sigue
pensando?
Sí, sigo pensando que Podemos puede ser una muestra
muy positiva para el resto de países. Si llegaran al poder, ya sea
dentro de una coalición con el PSOE o fuera de ella, podrían intentar
cambiar el signo de la política española y mostrar el camino para otros
partidos europeos que no parecen confiar en que un verdadero cambio del
rumbo político de Europa sea posible"
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