Andrés Piqueras:
"¿Saben nuestras sociedades, por ejemplo, que Los Hermanos Musulmanes
se crearon a instancias del imperio británico para asegurar su dominio
en Egipto y en Asia occidental (eso que ellos llamaron “Oriente
Próximo”)? ¿Alguien las ha informado por acaso que Al-Qaeda fue creada a
final de los años 70 por EE.UU. para derrocar al legítimo gobierno
afgano? Ese gobierno había desarrollado una política económica de
inclusión de las distintas capas populares, un amplio programa de
alfabetización e incluso una incipiente reforma agraria. Había
conseguido que miles de mujeres fueran a la Universidad y que
desempeñaran funciones y cargos públicos. Los talibanes de EE.UU.
acabaron con todo eso. La desolación de la situación social hoy en
Afganistán nos la muestran parcialmente nuestros telediarios. Del
infierno que están viviendo las mujeres, sólo una pequeña parte.
¿Saben nuestras sociedades que ISIS es también una creación de las
principales dictaduras de Asia Occidental, Arabia Saudita y Qatar entre
otras, grandes aliadas de “Occidente”, bajo el encargo o la delegación
de EE.UU. y Gran Bretaña, y apoyada logísticamente por Israel y Turquía?
Precisamente en estos momentos esas dictaduras feudales se pegan entre
sí por el control de la región y en función de si siguen la vieja
política terrorista (como quieren Gran Bretaña y Qatar), o si van a
cambiar las cosas en función de lo que la nueva Casa Blanca decreta
(Arabia Saudita ha recibido miles de millones de ayuda militar
estadounidense a cambio de que ahora deje de financiar a ISIS, pues ya
no es un peón deseable para los grupos de poder que subieron a Trump al
poder).
¿Es consciente la ciudadanía española de lo que significa que el rey
de España hubiera ido antes a Arabia Saudita a vender armas al país que
está detrás de la mayor parte del terrorismo internacional y que además
ha invadido Yemen, destruyendo sus hospitales, su fuentes de
alimentación y agua potable, generando allí una situación de emergencia
por cólera y hambre?
¿Saben nuestras indefensas sociedades que Francia, Gran Bretaña y
EE.UU. han apoyado militarmente a ISIS y/o a grupos afines (a los que
coordina la OTAN), como Al-Nusra, en su guerra contra el pueblo sirio, y
que el ejército español muy probablemente haya facilitado asesoramiento
militar a grupos que mantienen vínculos con esas organizaciones
terroristas y que aquél llama “oposición moderada”?
¿Saben nuestras buenas gentes que el gobierno español (y en primera
línea algún militar que hoy va de alternativo) colaboró en el bombardeo
de Libia, y que el genocidio de su pueblo no se ha detenido desde
entonces, y que quienes mandan hoy en el país son facciones de las
grandes organizaciones terroristas? Sucursales del fascismo modalidad
asiática que fueron puestas por los países europeos y su jefe, EE.UU.,
con la señora Clinton como adalid de la guerra (hasta Trump en la
campaña electoral la llamó “jefa de los terroristas”. Ninguna tontería).
¿Sabe nuestra población que EE.UU. ha bombardeado en abril pasado una
base militar del único país y el único pueblo que le está haciendo
frente al fascismo asiático (Isis, Al-Qaeda, etc.) en su territorio, en
los numerosos campos de batalla abiertos en él? ¿Y que además ese
bombardeo fue apoyado sin pestañear por nuestros gobiernos?
¿Saben ustedes que el gobierno español envía militares a la
frontera rusa de Letonia, “para frenar el expansionismo ruso”, del país
que gracias a su ayuda a Siria ha impedido que las banderas de Isis
ondeen también en Damasco?
Entonces, ¿no les parece todo esto muy extraño? ¿Cómo se puede
“luchar contra el terrorismo” y a la vez atacar a quienes lo combaten
directamente? ¿Cómo se puede combatirle y al tiempo financiarle o apoyar
a quienes lo financian? ¿Se lo pueden ustedes explicar?
¿Saben que allá donde hay recursos energéticos o riquezas minerales, o
posiciones geoestratégicas, aparecen milagrosamente franquicias o
sucursales de unas u otras de estas organizaciones terroristas: Al Qaida
en el Magreb Islámico (Mali), Boko Haram (Nigeria), Ejército de
Resistencia del Señor (República Centroafricana y Sudán del Sur),
Al-Shabab (Somalia), Al-Qaida en la Península Arábiga (Yemen), Abu
Sayyab (Filipinas)…?
¿Sabe nuestra desinformada población que (al igual que la actual
desestabilización de Filipinas), las invasiones de Afganistán, Iraq,
Siria y la perenne amenaza a Irán, así como el golpe fascista de
Ucrania, intentan entre otros objetivos torpedear la “Nueva Ruta de la
Seda” que quiere trazar China con el apoyo de Rusia? En lugar de
construir redes comerciales y productivas, se trata con ello de dejar
territorios devastados. Como se devastó Yugoslavia. Como se está
intentando hoy por todos los medios reventar Venezuela.
¿Saben nuestras sociedades que los miles y miles de refugiados que
pugnan por llegar a Europa lo hacen por escapar del horror que nuestros
ejércitos y gobiernos han creado en sus países, el caos y la muerte que
hemos llevado a sus casas?
¿Sabemos que la GUERRA, además de instrumento geoestratégico y medio
para la apropiación de los últimos recursos vitales, es un arma
económica de primer orden en estos momentos, para prolongar o preservar
ganancias, para estirar rentas sobre materias, fuentes o ventajas
comparativas, para reconstruir después de ella, para intentar
desesperadamente frenar en suma el derrumbe económico destruyendo
capacidad instalada, capital obsoleto, etc.?
¿Saben nuestras sociedades que alguien está moviendo muy oscuras y
peligrosas fichas en el tablero mundial de la muerte, cuyas
consecuencias son hacernos saltar por los aires, y que además utiliza la
nueva modalidad de fascismo (del siglo XXI) para generar pánico social
y aceptación de cuanta represión, vigilancia y control nos venga
encima? Las calles de cada vez más países europeos están ya
militarizadas. “Estados de excepción”, “estados de exclusión” y “estados
de asedio” nos acompañan y acompañarán cada vez más en el planeta.
¿Alguien podría unir explicativamente y dar respuesta convincente a
todas estas preguntas? ¿Están interesadas nuestras señorías y nuestros
medios en saber, y en decir, algo de la verdad?
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