“En los países democráticos no se percibe la naturaleza violenta de la economía, mientras que en los países autoritarios lo que no se percibe es la naturaleza económica de la violencia”
Bertolt Brecht

"Hay que aprender de los errores del siglo XX y superarlos. El capitalismo no lo ha hecho. Los socialistas deben hacerlo"
Tariq Ali

"La cuestión no es mercado sí o mercado no, es qué espacio tenemos que concederle al mercado para que tenga efectos positivos y qué espacio tenemos que quitarle para que no tenga efectos negativos"
César Rendueles ("Capitalismo canalla" antídoto para "Los enemigos del comercio" de A. Escohotado)

"Los poderosos siempre han perseguido a los alfabetizadores, a los que paraban las balas con columnas de periódico, a los que hacían escudos con libros cargados de metáforas y razones. También a los que han hecho visibles a los invisibles, a los que enseñan a decir no con una sonrisa y también a los que enseñan desde el monte a recordar que no hay que vivir de rodillas"
J.C. Monedero

Qué son los PsyOps: "Los daños que causan las PsyOps [Operaciones Psicológicas] se reflejan en la aparición de cambios en el plano cognitivo y mental (...) Toda operación militar, y por tanto toda operación psicológica, tiene que contar con una cadena de mando. El análisis detallado de los mensajes a través de Twitter y Facebook ha permitido descubrir «nodos de red», o sea estados mayores implicados en la operación. Estos están entrenados en el uso de métodos de control de las multitudes para crear una situación de contagio entre individuos de diferentes medios y orígenes. De esa manera, los estados mayores logran localizar fácilmente los «repetidores de opinión», o sea los individuos que influyen sobre los demás. Los especialistas pueden entonces optar entre informarlos sobre el proyecto o mantenerlos en la ignorancia de lo que está sucediendo"
Valentin Vasilescu (experto en inteligencia militar)

"Gozamos de tres bienes de valor incalculable. La libertad de conciencia, la libertad de palabra y la prudencia de no usar nunca ninguna de las dos". Mark Twain.


sábado, 4 de junio de 2016

Despertares

 
"Idéntico determinismo rige las relaciones sociales y la desigualdad galopante, que no es fruto del destino sino de un plan de diseño que el viejo Noam Chomsky ha descrito en un documental titulado Réquiem por el sueño americano que revuelve las conciencias y las tripas.
El de Chomsky es un decálogo que explica por qué un 1% acumula la misma riqueza que el 50% de la población mundial y cómo la democracia se ha convertido en un ficción desde que a partir de los años 60 del siglo pasado la industria cedió el poder a los bancos y a las grandes multinacionales, elevados a la categoría de amos de una Humanidad dividida entre quienes dan las órdenes y quienes las obedecen.
Lo que vemos ahora al otro lado de la ventana no dejan de ser las mismas sombras que contemplaba aquel grupo de hombres encadenados en la caverna imaginada por Platón, proyectadas por las grandes corporaciones que integran la plutocracia que nos gobierna. El sistema que describe Chomsky se ha cincelado para permitir que el poder queden en manos de unos pocos y se ha ido perfeccionando para impedir que la tortilla se dé la vuelta.
La única democracia vigente es la de los negocios. Para hacerlo posible, hubo que reducir la participación y despolitizar hasta el sometimiento. La economía fue objeto de un rediseño: la especulación suplantó a la producción y ésta se deslocalizó y creó la auténtica competencia que hoy rige, que no es entre las empresas sino entre los trabajadores, obreros occidentales contra chinos, de manera que la explotación de unos atenace a los otros. Simultáneamente, se alteró la fiscalidad para que los ricos dejaran de pagar y el sostenimiento de los países recayera sobre las espaldas del grueso de la población.
El capitalismo clásico saltó por los aires y la economía de mercado empezó a aplicarse sólo a los pobres. Para los ricos se reservó una suerte de Estado niñera, un red de seguridad para bancos y corporaciones que dejaron de temer a las quiebras porque, llegado el caso (como ha ocurrido) los contribuyentes saldrían al rescate. ¿Cómo conseguir la aceptación de ese estado de cosas? En primer lugar, explica Chomsky, destruyendo la solidaridad y atacando los pilares del Estado del Bienestar, desde la educación pública a la Seguridad Social. Si la máxima imperante es “no te preocupes por los demás”, no tiene sentido pagar pensiones a la viudas o matrículas universitarias. Un licenciado que arrastra la deuda de sus estudios se integrará con más facilidad en el sistema.
En segundo lugar, facilitando a la población una droga similar al soma de Un mundo feliz. La publicidad fabrica los deseos y por ende consumidores perfectamente desinformados que actúan de manera irracional. Igual que votan. La televisión e Internet provocan que las personas dejen de ser protagonistas de sus vidas para asumir el papel de meros espectadores. Y en tercer lugar, arrasando las relaciones laborales con una destrucción sistemática del movimiento sindical, la única barrera frente a la “tiranía corporativa”.
Concentrada la riqueza, concentrado el poder. Las empresas acumulan más derechos y libertades que las personas -condición ésta que se niega a los inmigrantes- y pueden manipular las elecciones e imponer a sus candidatos, simples marionetas en manos de un lobbismo cada vez más refinado. Los supuestos reguladores aplican las normas que les dictan los regulados y, llegados al extremo, los causantes de las crisis son los elegidos para llevar la economía de nuevo a la casilla de salida.
Para salir de la pesadilla en la que se ha convertido el sueño americano y el nuestro, que en eso de los sueños sí que hay una relativa igualdad, Chomsky recomienda el activismo y la organización para la reconquista de los derechos, la suma constante de muchas pequeñas acciones. Tampoco es que derroche optimismo. Le faltó quizás recordar la cita de Paul Valery: “La mejor forma de hacer tus sueños realidad es despertarse”."



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