Michael Hudson:
"La fatal combinación de la “seguridad nacional estadounidense” y el cabildeo de la industria petrolera están amenazando con destruir el clima del planeta. El aumento del nivel del mar, de la temperatura y las sequias se consideran simplemente un daño colateral en la geopolítica del petróleo. En los últimos años el Departamento de Estado ha destituido a los diplomáticos que se atrevieron denunciar el impacto negativo del calentamiento global.
De hecho, la nueva Guerra Fría para aislar a Rusia, Irán y Venezuela tiene como objetivo aumentar la dependencia extranjera del petróleo estadounidense, británico y francés. Lo que están haciendo los estrategas estadounidenses se “disciplinar” a los países que se nieguen aceptar su hegemonía.
Con el objetivo de controlar el comercio mundial de petróleo – y mantenerlo dolarizado – Estados Unidos derrocó al gobierno iraní en 1953, invadió Irak en 2003, y ahora sanciona a Irán mientras apoya a Arabia Saudita y a su legión extranjera wahabí en Siria, Irak y Yemen.
Hace ya más de sesenta años, la CIA y Gran Bretaña unieron fuerzas para derrocar al presidente electo de Irán, Mohammad Mosaddegh, con el fin de impedir que nacionalizara la Anglo-Iranian Oil Company. Una estrategia similar explica los intentos de Estados Unidos de “cambiar los regímenes” de Venezuela y de Rusia.
Mientras la diplomacia militar de Estados Unidos intenta que otros países dependan del petróleo (que controlan sus grandes compañías) el estado norteamericano se ha propuesto, desde hace mucho tiempo, la autosuficiencia energética.
En la década de 1970, la Administración de Investigación y Desarrollo Energético (ERDA) desarrolló un desastroso plan para promover la independencia energética de América del Norte aprovechando las arenas alquitranadas Athabasca de Canadá.* (Yo era el economista principal del Instituto Hudson que evaluaba los planes de ERDA, y fui separado del estudio cuando señale los problemas que provocaría el exceso de consumo de agua).
Hoy esta claro que el subproducto de la autosuficiencia energética provoca que el agua sea más escasa y más cara. La fractura hidráulica contamina los recursos hídricos locales y derrocha un inmenso flujo de agua dulce en el proceso productivo.
Pese a que nadie medianamente cuerdo puede negar el cambio climático nada ha cambiado en la diplomacia petrolera de los Estados Unidos .
¿Por qué a Washington no le preocupa que toda Europa se sofoque con una ola de calor sin precedentes o que las ciudades de norteamericanas sean devastadas por la sequía, los incendios forestales y las inundaciones?
El petróleo en la balanza de pagos de EE.UU.
El petróleo ha sido durante mucho tiempo uno de los principales contribuyentes al comercio de los Estados Unidos y, por lo tanto, no solo protege la capacidad del dólar para controlar el comercio internacional , también permite mantener la enorme cantidad de gastos militares del Pentágono.
En 1965 llevé a cabo un estudio para el Chase Manhattan Bank y descubrí que en términos de balanza de pagos, cada dólar invertido en la industria petrolera se recupera en sólo 18 meses.
Veamos por qué : cuando Estados Unidos importa petróleo desde el extranjero, esta compra se realiza solo con las grandes petroleras estadounidenses (y sus sucursales) por motivos de «seguridad nacional»). Sólo una pequeña proporción del precio se paga en moneda extranjera.
Las compañías estadounidenses compran petróleo crudo a sus sucursales a precios muy bajos, y asignan todo el pago a sus filiales navieras, junto con los costos de envío, flete, dividendos, intereses, cargos administrativos, inversión de capital y depreciación.
La mayor parte de lo que se cuenta como inversión estadounidense en petróleo toma la forma de exportaciones de maquinaria, materiales y administración, por lo que en realidad no representa un flujo de salida de dólares. El “milagroso” efecto es obtener importaciones de petróleo a un costo mínimo para la balanza de pagos.
Ahora, como las tecnologías de energía solar y otras alternativas “amigables con el medio ambiente” no contribuyen a la balanza de pagos -tanto como la industria petrolera- estas opciones han sido menospreciadas por los estadounidenses. (El resultado es que hoy China ha tomado el liderazgo en el desarrollo de estas tecnologías)
Desde 1974, a Arabia Saudita y a los países árabes vecinos se les ha dicho que pueden cobrar un precio tan alto como quieran por su petróleo. Después de todo, cuanto más alto sea el precio que cobren, mayores serán las ganancias para los productores estadounidenses de petróleo.
La «condición» es que deben reciclar sus ingresos en el mercado financiero estadounidense. Estos países están obligados a mantener sus reservas de divisas y la mayor parte de su riqueza financiera en valores, acciones y bonos del Tesoro de Estados Unidos. Un pérdida del control del petróleo perjudicaría este flujo circular de ganancias hacia los mercados financieros estadounidenses que apuntalan el precios de las acciones en Wall Street (...)
Hace más de cincuenta años, el tesorero de Standard Oil of New Jersey me explicó cómo la industria petrolera pretendía obtener sus beneficios en los paraísos fiscales que no tenían impuesto sobre la renta: pagando un precio bajo a los países productores de petróleo y cobrando un precio alto a las refinerías y empresas de comercialización.
Esto implica que hay muy pocas posibilidades de evitar la evasión fiscal. De hecho, los políticos corruptos y una oligarquía criminal mundial, son los principales beneficiarios de la industria petrolera y minera. Por tanto, debilitar el poder de cabildeo para impedir la evasión fiscal afectaría directamente el tremendo poder económico y político de la industria petrolera.
La política exterior estadounidense se basa en hacer que otros países dependan del petróleo de EE.UU.
La estrategia de Estados Unidos es hacer que otros países dependan de una material vital como el petróleo , de esta manera puede aplicar un torniquete económico cuando los considere conveniente.
El primer ejemplo fueron las sanciones alimentarias impuestas en la década de 1950 a China para estimular la resistencia a la revolución encabezado por Mao.
Si otros países producen con energía solar, eólica o nuclear, serán independientes de la diplomacia petrolera de Estados Unidos. Esto explica por qué la Administración Trump se retiró del acuerdo climático de París para frenar el calentamiento global.
En realidad esta política y la autosuficiencia energética que se ha propuesto Washington tiene un complemento estratégico: Europa debe volverse totalmente dependiente del «Freedom Gas» estadounidense. También no debe consentir la construcción del gasoducto Nord Stream 2, que le permitiría obtener gas a un precio mucho más bajo desde Rusia"
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