“En los países democráticos no se percibe la naturaleza violenta de la economía, mientras que en los países autoritarios lo que no se percibe es la naturaleza económica de la violencia”
Bertolt Brecht

"Hay que aprender de los errores del siglo XX y superarlos. El capitalismo no lo ha hecho. Los socialistas deben hacerlo"
Tariq Ali

"La cuestión no es mercado sí o mercado no, es qué espacio tenemos que concederle al mercado para que tenga efectos positivos y qué espacio tenemos que quitarle para que no tenga efectos negativos"
César Rendueles ("Capitalismo canalla" antídoto para "Los enemigos del comercio" de A. Escohotado)

"Los poderosos siempre han perseguido a los alfabetizadores, a los que paraban las balas con columnas de periódico, a los que hacían escudos con libros cargados de metáforas y razones. También a los que han hecho visibles a los invisibles, a los que enseñan a decir no con una sonrisa y también a los que enseñan desde el monte a recordar que no hay que vivir de rodillas"
J.C. Monedero

Qué son los PsyOps: "Los daños que causan las PsyOps [Operaciones Psicológicas] se reflejan en la aparición de cambios en el plano cognitivo y mental (...) Toda operación militar, y por tanto toda operación psicológica, tiene que contar con una cadena de mando. El análisis detallado de los mensajes a través de Twitter y Facebook ha permitido descubrir «nodos de red», o sea estados mayores implicados en la operación. Estos están entrenados en el uso de métodos de control de las multitudes para crear una situación de contagio entre individuos de diferentes medios y orígenes. De esa manera, los estados mayores logran localizar fácilmente los «repetidores de opinión», o sea los individuos que influyen sobre los demás. Los especialistas pueden entonces optar entre informarlos sobre el proyecto o mantenerlos en la ignorancia de lo que está sucediendo"
Valentin Vasilescu (experto en inteligencia militar)

"Gozamos de tres bienes de valor incalculable. La libertad de conciencia, la libertad de palabra y la prudencia de no usar nunca ninguna de las dos". Mark Twain.


jueves, 22 de agosto de 2019

Competición contra qué

 
Fernando Luengo:
 
"En primer lugar, la competitividad -tanto la que se alimenta de precios bajos, como la que se nutre de las innovaciones tecnológicas y de la oferta de bienes y servicios de calidad- esta anclada en la lógica del crecimiento. Un crecimiento que, como sabemos (o deberíamos saber), ha encendido todas las luces rojas de la insostenibilidad. No importa, se sigue apostando por un modelo que, en todas sus versiones, utiliza una gran cantidad de materiales y energía, cada vez más escasos y que, por esa razón, están y estarán en el origen de todo tipo de conflictos, donde, como siempre, los más pobres tienen todas las de perder; un modelo que, como proclama la inmensa mayoría de la comunidad científica, ya está teniendo efectos devastadores y posiblemente irreversibles sobre el cambio climático. El planteamiento sobre el binomio competitividad/crecimiento se intenta aderezar con propuestas referidas a un supuesto “crecimiento verde”, siempre en la confianza de que las innovaciones tecnológicas permitirán gestionar y reducir los costes. Entre tanto, la relación depredadora con la naturaleza sigue su curso y todos los escenarios de riesgo se precipitan, con un mensaje claro y contundente: no hay tiempo. Las recetas cuyo núcleo es la competitividad, como motor de funcionamiento de las economías, agravan el problema…la lógica de las cantidades -más producción, más recursos- no es viable.
En segundo lugar, la verdadera acepción de la competitividad la encontramos en la esfera de la economía política. Se persigue ese objetivo en un contexto de abierta impugnación por parte de los poderosos de las políticas redistributivas, de acoso y derribo de los estados de bienestar, de fractura de los equilibrios sociales en beneficio del capital, de debilitamiento o ausencia de espacios de negociación colectiva, de libertad sin restricciones en lo que concierne al movimiento transfronterizo de capitales… No estamos, pues, ante un elegante debate académico. En estas coordenadas, el objetivo competitivo conduce, inexorablemente, a presionar sobre los salarios, pero no sólo; también presiona sobre la naturaleza y las instituciones.
No es de recibo seguir aceptando el discurso de la competitividad “buena”, la que apuesta por la innovación, frente a la “mala”, que se articula alrededor del pack salarios/costes/precios bajos. Las economías de los “países modelo”, sus progresos, no se pueden entender sin la confiscación y la degradación de las periferias. Tampoco podemos cerrar los ojos ante las “empresas de éxito”, cuyo modelo de negocio se basa a menudo en salarios bajos, en ritmos de trabajo y jornadas extenuantes o en la subcontratación con firmas que ignoran los derechos laborales más básicos.
Discutamos sobre las carencias del denominado “modelo alemán”, por supuesto. El debate europeo no es debate sin introducir este tema en la agenda; las proclamas hacia más Europa lo ignoran y lo ocultan. Pero seamos conscientes de que los problemas estructurales que urge enfrentar, como el de la competitividad (que Alemania simboliza como nadie) nos hablan de un capitalismo, europeo y global, y de unos grupos dominantes que, si nadie lo remedia, nos llevan directamente al colapso"
 
 
 


No hay comentarios:

Publicar un comentario