“En los países democráticos no se percibe la naturaleza violenta de la economía, mientras que en los países autoritarios lo que no se percibe es la naturaleza económica de la violencia”
Bertolt Brecht

"Hay que aprender de los errores del siglo XX y superarlos. El capitalismo no lo ha hecho. Los socialistas deben hacerlo"
Tariq Ali

"La cuestión no es mercado sí o mercado no, es qué espacio tenemos que concederle al mercado para que tenga efectos positivos y qué espacio tenemos que quitarle para que no tenga efectos negativos"
César Rendueles ("Capitalismo canalla" antídoto para "Los enemigos del comercio" de A. Escohotado)

"Los poderosos siempre han perseguido a los alfabetizadores, a los que paraban las balas con columnas de periódico, a los que hacían escudos con libros cargados de metáforas y razones. También a los que han hecho visibles a los invisibles, a los que enseñan a decir no con una sonrisa y también a los que enseñan desde el monte a recordar que no hay que vivir de rodillas"
J.C. Monedero

Qué son los PsyOps: "Los daños que causan las PsyOps [Operaciones Psicológicas] se reflejan en la aparición de cambios en el plano cognitivo y mental (...) Toda operación militar, y por tanto toda operación psicológica, tiene que contar con una cadena de mando. El análisis detallado de los mensajes a través de Twitter y Facebook ha permitido descubrir «nodos de red», o sea estados mayores implicados en la operación. Estos están entrenados en el uso de métodos de control de las multitudes para crear una situación de contagio entre individuos de diferentes medios y orígenes. De esa manera, los estados mayores logran localizar fácilmente los «repetidores de opinión», o sea los individuos que influyen sobre los demás. Los especialistas pueden entonces optar entre informarlos sobre el proyecto o mantenerlos en la ignorancia de lo que está sucediendo"
Valentin Vasilescu (experto en inteligencia militar)

"Gozamos de tres bienes de valor incalculable. La libertad de conciencia, la libertad de palabra y la prudencia de no usar nunca ninguna de las dos". Mark Twain.


miércoles, 28 de marzo de 2018

Libro de caras

 
 
 
"Desde que Donald Trump ganó las elecciones estadounidenses llevamos más de un año escuchando que tras ese resultado se encuentra una intervención electrónica de Rusia:  “Cómo fue el ‘hackeo’ de piratas informáticos de Rusia durante las elecciones de Estados Unidos” (BBC, 17-12-2016), “Hillary Clinton dice que perdió las elecciones por Rusia, WikiLeaks y FBI” (AFP-El País, 3-5-2017), “Rusia creó perfiles falsos de estadounidenses para influenciar en las elecciones” (The New York Times, 19-9-2017). Pues bien, ahora hemos sabido que la consultora Cambridge Analytica, que trabajaba para la campaña de Trump, recopiló datos personales de más de 50 millones de usuarios de Facebook para apoyar la candidatura presidencial de Trump y el ‘sí’ en el referéndum del Brexit. Cambridge Analytica  construyó un programa informático destinado a predecir las decisiones de los votantes e influir en ellos. Entre los inversores en Cambridge Analytica están el estratega jefe de Trump y exjefe de su campaña electoral en 2016, Steve Bannon, y un destacado donante republicano, Robert Mercer. La campaña electoral de Trump contrató a Cambridge Analytica en junio de 2016 y pagó más de 6 millones de dólares.
La cadena británica Channel 4 News hizo público un vídeo grabado con cámara oculta a varios directivos de Cambridge Analytica en el que  se ve a los directivos de la empresa reconocer haber manipulado actividades de índole política y social en China, Brasil, México, Malasia y Australia, o haber participado en las últimas elecciones en Kenia. En las grabaciones también se aprecia cómo reconocen que la empresa difunde noticias falsas en redes sociales para presionar a los candidatos. Asimismo, también le explica al periodista que han llegado a contratar prostitutas ucranianas y concertar encuentros con personajes públicos para tenderles trampas. “Se que suena terrible dicho así, pero hay cosas que no necesitan ser verdad siempre, basta con que la gente crea que lo es”, dice el directivo. En realidad es un modus operandi que ya tiene varios años: neonatos arrancados por las tropas de Sadam Hussein de sus incubadoras en Kuwait,  un cormorán manchado de petróleo, una masacre en Timisoara. Todo se descubrió después que era mentira, pero lograron su objetivo, el de promover el estado de opinión que deseaban, incluido el apoyo a intervenciones militares.
Los elementos novedosos ahora son la implicación -incluso complicidad aunque lo nieguen- de Facebook y el hecho de que precisamente los que siguen ejecutando los engaños tienen el cinismo de decir que hay que promover una legislación para protegernos de las mentiras e intoxicaciones informativas e informáticas de los otros países: Rusia, Corea del Norte, Venezuela…
De la primera cuestión vale la pena hacer algunas reflexiones. Una de ellas es que la gente facilitó voluntariamente los datos a través de Facebook, lo que muestra la poca percepción que tenemos del valor de nuestra intimidad y el tremendo poder que se puede lograr accediendo a ella. Otro detalle curioso es el argumento de Facebook para eximirse de responsabilidades. Según señalan, la empresa Cambridge Analytica engañó a los gestores de la red social porque usó para venta y publicidad unos datos recogidos, en teoría, para mejorar la experiencia de usuario en una aplicación. Pero esta cuestión es irrelevante, lo grave es que los datos se solicitan constantemente, la gente los ofrece y luego pueden servir para influir electoralmente y quien sabe en cuántas otras cosas más. Brad Parscale, el experto en redes que trabajó para Trump en la campaña electoral, afirma que lanzó cada día un promedio entre 50.000 y 60.000 variaciones de anuncios de Facebook durante la campaña de Trump, todos dirigidos a distintos segmentos del electorado y que ese trabajo fue clave en el triunfo de Trump, algo que pocos dudan (...)
El otro de los libros es Dietética digital. Para adelgazar al Gran Hermano (Icaria), de Víctor Sampedro. Este catedrático de Comunicación Política y Opinión Pública nos recuerda que, con cuentas en uno de cada cuatro habitantes del planeta hasta sumar dos mil millones de usuarios, Facebook puede simultanear el Gran Hermano de George Orwell y Un Mundo feliz de Adous Huxley, si bien preferirá presentarse siempre como lo segundo. Será el Gran Hermano porque, como bien mostró Edward Snowden, las redes están sirviendo como perfecta herramienta de vigilancia para los poderosos colaborando con la poderosa NSA estadounidense. Pero también han logrado crear el Mundo Feliz de Huxley a través de la ilusión de hacernos creer que estamos teniendo una intensa vida social, que nuestra vida personal es interesante para unos amigos que solo son virtuales. El resultado es que terminamos enganchados a la tecnología y al consumo mientras ofrecemos toda la información sobre nosotros a la red y a Facebook. Nos sorprendería saber todo lo que Facebook puede recoger y procesar de nosotros gracias a la información que le proporcionamos. En su libro Networks of Control (Redes de Control), Wolfie Christl explica que Facebook ha patentado un mecanismo que le permite calcular el tiempo diario de desplazamiento de los usuarios de casa al trabajo. Mediante esos y otros datos logra clasificar a los usuarios en clases sociales y poder adquisitivo. Asimismo, varios usuarios de Facebook al descargar una copia de la información que la compañía guarda sobre ellos han descubrierto que, entre los archivos, junto a las fotos y mensajes publicados en el muro, figuran listados de llamadas y mensajes enviados desde su teléfono durante los últimos años. Las listas detallan la duración de las llamadas, si eran entrantes o salientes, la hora en la que se realizaron y el destinatario.
Por último Sampedro también nos llama la atención sobre el hecho de que Facebook es el ecosistema ideal para las noticias inventadas. Las noticias falsas triunfan porque sus diseñadores saben que la estrategia es viralizarlas a través las redes y las plataformas, lugares donde no existen principios editoriales ni prácticas profesionales. Además, como bien señalaba la periodista Ellie Mae O’Hagan en The Guardian, un cambio de algoritmo de Facebook puede hacer bajar las entradas a un medio a la mitad o duplicarlas, incluso llevarlo a la bancarrota. Redes como Facebook son hoy el formato publicitario ideal para los bulos. Si lo sabrá Donald Trump.
Y, para colmo, no paran de decirnos que eso es la “revolución” digital que nos democratiza y con la que nos movilizamos, y que los espías tecnológicos y los que nos intoxican con falsedades son los rusos"
 
 
 
 
 

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