El club Bilderberg invita a Pedro Sánchez. Por ahora no sienten necesidad de invitar a Pablo Iglesias.
Pero tiremos por la borda el 5% de votos de IU junto con el guante lanzado por Garzón o Anguita, que no era de duelistas aunque así se lo tomen en la cúpula de Podemos (a saber si las bases).
Presentemos el mismo proyecto socialdemócrata por duplicado.
Así la responsabilidad de que el PSOE gane en porcentaje y representación al resto de la izquierda la seguirá teniendo Vistalegre.
Igual un año de estos se terminan reuniendo allí los Bilderberg de Cebrián y Botín, quién sabe.
El G-7 por su parte no deja de diseminar de sangre sus alrededores como tantas otras veces. La letra con sangre entra, la democracia con sangre a lo mejor sale.
Y el caballo de Troya de la gente sigue de gira internacional, excepto en nuestros rotativos uniformados.
Los socialistas españoles que no se aclaran ni nos aclaran su posición respecto al TTIP. En Europa fueron rotundos en apoyarlo junto a los conservadores europeos, y ha habido lío y retractación de otros partidos llamados socialistas (en esta era de nombres absurdos).
Wikileaks nos desvela además con el TISA, tan orwelliano.
Echar al PP con la ayuda de Podemos, para que luego PP y C´s terminen portándole el velo a un PSOE global-imperial matrimoniado con Bruselas, o con el FMI de los IVAs y copagos.
Vamos a ver cuántos tamayazos todavía: un flanco explotable en el PSOE en tantas partes. Y la derecha parece que lo quiere apurar sin pudor. ¿Podía esperarse cosa diferente?
¿Por qué iban a detener ahora la berlusconización del país, que viene de largo? Así es que Cospedal, Barberá et al. no pararán de corromper e intrigar hasta el último momento, en la línea de la condesa ya no tan dicharachera y descalzada.
Colau habla de desobedecer leyes injustas. Aprovechan los delicuentes habituales para el rasgado de vestiduras, con ecos callejeros de antiguos sables (véanse las manifestaciones contra Carmena en Madrid antes de haber empezado, la próxima literalmente venezolana).
En España, señora mía, esas son precisamente las únicas leyes que es antidemocrático no acatar. Por definición.
Otra cosa muy diferente son las admoniciones de Estrasburgo o la ONU, o leyes como la de Memoria Histórica. En general solo las que la derecha o la Iglesia estimen que están para ser violadas.
En definitiva Podemos se reserva hasta la siguiente legislatura tras la próxima, cuando los niveles sociales y un PIB que no será tan rimbombante como estos meses requieran una Syriza, con tal de no añadirle ahora a la marca un guión incluyente.
Solo que para entonces resultará mucho más creíble Garzón que Iglesias.
Por qué es inevitable que la economía española se vuelva a hundir:
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